«La joven y el mar»: la gran hazaña de la nadadora olímpica que cruzó el Canal de la Mancha en 1926 e inspiró la película de Disney+
La película narra la inspiradora historia de Trudy Ederle, la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha que se sobrepuso a una enfermedad y la oposición de su familia.
«La joven y el mar», la película ya disponible en Disney +., está inspirada en acontecimientos reales y narra la historia de la joven nadadora estadounidense Trudy Ederle y una hazaña sin precedentes: en 1926, se convirtió en la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha.
La película está protagonizada por Daisy Ridley como la consumada nadadora, hija de inmigrantes, nacida en Nueva York en 1905, quien con el apoyo incondicional de su hermana mayor y de sus entrenadores, superó la adversidad y la hostilidad para ascender en el equipo olímpico de natación y llevar a cabo la asombrosa hazaña de nadar 21 millas desde Francia hasta Inglaterra.
La hazaña cumplida por Trudy Ederle el 6 de agosto de 1926, quien nadó 34 kilómetros en 14 horas y 31 minutos, es un valioso testimonio de resistencia y determinación, protagonizado por una mujer que se salió del molde de su época.
Nacida en Nueva York en el seno de una familia de inmigrantes alemanes, Trudy desafió las normas sociales y superó numerosos obstáculos para alcanzar su ambicioso objetivo. De niña contrajo una enfermedad que la dejó con una leve pérdida de la audición y años después se enfrentó a un padre obstinado y tradicional, quien se oponía a que nadara.
Trudy comenzó a nadar competitivamente en su adolescencia y batió 29 récords nacionales y mundiales durante toda su vida, incluyendo el récord masculino del cruce del Canal de la Mancha. Dos años antes de esa hazaña, ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París.
Al final de sus días, perdió la audición y dedicó su tiempo a enseñar a nadar a niños con discapacidad auditiva. Murió en 2003 a los 98 años.
Ahora, Disney + comparte un video sobre la preparación de la actriz para el papel y su estrecha colaboración con el director del film, Joachim Rønning, cuyo vínculo antes y durante el rodaje tiene un paralelismo sorprendente con el que mantuvo la deportista con sus entrenadores en el proceso de preparación para la gran hazaña de 1926.
Tras apasionarse por la historia de Trudy Ederle y sumarse al proyecto, Daisy Ridley y Joachim Rønning rápidamente entablaron un vínculo especial. La actriz sabía que tenía por delante un proceso de entrenamiento arduo para dar vida a la nadadora, y el realizador brindó la guía y la contención necesarias para lograr un retrato auténtico. “Daisy Ridley es la persona perfecta para interpretar a este personaje. Tiene mucha fuerza de voluntad. Fue simplemente tremenda. Básicamente estaba en el agua a 15, 16 grados”, señala Rønning en el nuevo video de detrás de escena. Para lograr la autenticidad del personaje, Ridley entrenó durante tres meses con la nadadora olímpica Siobhan O’Connor, ganadora de la medalla de plata en los juegos de Río de Janeiro de 2016. Cuenta Ridley: “En la primera sesión con ella, nadé unos 25 metros y me quedé sin aliento. Así que sabía que iba a tener que trabajar mucho. Entrené durante tres meses antes de comenzar el rodaje, y luego seguí entrenando durante la filmación. Mi estilo de natación mejoró muchísimo. En el último plano que hice, nadé probablemente 150 metros en el mar, luchando contra la corriente y manteniendo la velocidad del bote de cámara”.
Ese proceso de entrenamiento tuvo puntos de contacto con la preparación que la misma Ederle enfrentó un siglo atrás. Así como Rønning fue el sostén de Ridley durante su entrenamiento, Ederle contó con el apoyo invaluable de la entrenadora Charlotte “Eppy” Epstein (interpretada en la película por Sian Clifford), directora de la Asociación de Natación de Mujeres y una figura de importancia crucial en su progreso. La nadadora también recibió entrenamiento de Bill Burgess (interpretado en la película por Stephen Graham), quien la ayudó en su segundo y exitoso intento de cruzar el Canal de la Mancha.
Nadar para la cámara
Al momento de rodar las múltiples escenas de nado la colaboración entre Ridley y el director también tuvo semejanzas con la hazaña real, en la que Ederle recibía la guía constante de sus entrenadores, acompañándola brazada tras brazada. Para la actriz, el apoyo de Rønning fue crucial, ya que él la alentó constantemente y la ayudó a sortear los obstáculos propios de un rodaje en aguas abiertas, donde la imprevisibilidad está a la orden del día.
Por otra parte, las escenas en altamar no solo implicaron un gran desafío para Ridley, sino para todo el equipo de rodaje. Cuenta la actriz que Rønning era un auténtico “entrenador” de todos durante las arduas jornadas de rodaje, llevando una energía al set que mantuvo elevado el espíritu del elenco y del equipo técnico. “Joachim tiene una energía inagotable que es bastante impresionante. Su compromiso era increíble”, concluye Ridley.
Para Rønning, desde el punto de vista técnico, poder filmar en el agua le agregó al rodaje un elemento de complejidad, pero necesario. “Era esencial para mí mostrar la belleza, la realidad y lo impredecible del mar”. Rønning tiene mucha experiencia en filmar películas que transcurren en el agua, en especial «Piratas del Caribe: la venganza de salazar» y «Un viaje fantástico», y estaba entusiasmado por usar su experiencia en este proyecto. “El océano es un lugar hermoso para contar historias. El mar me fascinó siempre, desde niño. Me crie a la orilla del mar. Así que eso fue parte de lo atractivo para mí de esta película, poder contar la historia de esta joven que realiza una hazaña casi imposible”.
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