Isabel Allende se mete en la literatura infantil de la mano de su mascota, Perla, para hablar de bullying: «el acosador es siempre un cobarde»

A sus 81 años, la escritora chilena acaba de publicar su primer libro de literatura infantil. Inspirado en su propia perrita, Perla, busca poner sobre la mesa el tema del acoso y la posibilidad de hacerle frente. También habla de su infancia, de la literatura erótica que le hubiera gustado escribir y de lo que ya está escribiendo.

Ahí está, del otro lado de la pantalla del zoom, en San Francisco, Estados Unidos, la escritora chilena Isabel Allende, elegante como siempre, con una camisa fucsia, una musculosa negra abajo, unos aros enormes, sentada en un escritorio. Es su cita anual con la prensa, en la que responde preguntas sobre su nueva obra. Esta vez es distinto. Sí, presenta un libro, por supuesto. Pero la autora de “La casa de los espíritus” y de “Eva luna”, entre otros, hablará esta vez durante una hora de su nueva aventura editorial: por primera vez, a sus 81 años, ha decidido incursionar en la literatura infantil. De lo que hablará, entonces es de Perla, su perrita adoptada, que en este caso es además la estrella de su nuevo libro, “Perla”, editado por Pengüin Random House, y hablará del bullying, de cómo enfrentarse a los acosadores, de no callar ese tema.


Son las 9 de la mañana del otro lado de la pantalla, pero Allende, impecable, ya fue al gimnasio y está lista para escuchar las preguntas que le llegan desde todos lados del mundo sobre la publicación de su primer libro infantil, ilustrado por la artista Sandy Rodríguez, que llegará a las librerías este jueves.

No es que Allende hubiera pensado en meterse en la literatura infantil. Pero la idea le llegó como un arrebato. «Yo no tengo niños alrededor porque mis nietos ya tienen 30 años y ninguno quiere tener niños. Pero resulta que tengo una vecina que viene los martes y jueves con su nieta, Camila, y ella siempre entra a la casa gritando en inglés: Libros, libros. Entonces nos sentamos con Camila, a leer y a tomar helados. Y me di cuenta de que a esa edad, a esa niña, le gustan los libros y los animales. Yo tengo dos perros, ella tiene una perra y dos gatos, y está acostumbrada a comer la comida del perro. Es una relación demasiado linda como para perderla«, dice, sonriente, sobre una parte de la génesis del libro. Porque hay otra más.

La propia Allende tiene una relación con los perros desde que nació. «Mi madre tenía la idea de que si uno se cría con animales, desarrolla un mejor sistema inmunológico. Decía que así, no te iba a salir nada en el estómago, no ibas a desarrollar alergias… Entonces, compró una bulldog francesa y me la metió en la cama. Y funcionó: yo nunca tuve problemas estomacales: puedo tomar agua del Ganges, y no me pasa nada», se ríe, desde el otro lado del zoom, y del mundo.

En la casa de Allende hay dos perros. Uno de ellos es Perla, la protagonista del libro. Es muy parecida al dibujo que hizo de ella Sandy Rodríguez. Ella quería que fuera así, porque el carácter de Perla, la historia que protagoniza y lo que le enseña a Nico, el niño del cuento, son centrales en la historia. «Perla llegó a mi casa casi por casualidad. La rescató mi ex marido Wlly. El se murió y yo heredé a la perrita. Es una perrita ordinaria a más no poder, parece una rata de alcantarillas, pero se cree una princesa. Es arrogante, valiente y tiene un problema en las cuerdas vocales así que gruñe como un perro policía. Si no la ves, crees que hay un mastín detrás de la reja. La queremos mucho y aprendimos mucho de ella: a tener confianza en uno mismo, porque lo que nos pasa, sobre todo a las mujeres, es que en general nos disminuimos; ella, al contrario, se expande», dice Allende.

Ese es el superpoder de «Perla» y lo que quiere transmitir Allende en esta aventura infantil que habla del bullying y que propone no sólo hablar del tema sino enfrentarlo, convencida como está de que los acosadores suelen ser cobardes. Y esta es la otra génesis del libro.

«Cuando el niño se siente víctima y se achica, no habla del tema porque siente miedo, se siente una víctima. Una de las pocas cosas que puedo decir en defensa del librito, es que pone el tema en la mesa. Pero yo no tuve que inventar nada porque Perla existe y la aventura de Perla existió. Fui con ella al parque y un perro enorme la atacó. Antes de que yo pudiera abrirme de brazos para protegerla, ella se dio vuelta y enfrentó al mastín, gruñendo como un león. El perro grande echó a correr y ella corrió detrás ladrando. Fue tan espectacular, que la gente filmaba videos. Ese incidente me dio la idea de que los abusadores son cobardes, cuando uno los enfrenta escapan, porque solos no se atreven, siempre necesitan de unos camarillas que los respalden. El mensaje es que el abusador es cobarde y hay que enfrentarlo», dice.

Eso es lo que le sucede a Nico, el personaje del libro que toma el nombre de su hijo: padece el acoso de un compañero y encuentra en los consejos de la perrita Perla la manera de decírselo a sus padres y enfrentarse a su agresor: “Hay tantos niños asustados que quisiera decirle que todo va a estar bien, defiéndete, habla, comparte, busca amigos, pero es tan difícil (…), eso tienen que tratarlo los padres y los maestros tienen que estar observando; si el niño no se atreve a hablar hay que darle la oportunidad para que lo haga”.

Los dos “superpoderes” de la “heroína de cuatro patas” enseñarán a Nico a hacerle frente a su problema: “el poder de hacerse querer con amabilidad y el poder de defenderse rugiendo como un león, o sea, enfrentando las cosas con valor y sin violencia”.

-¿Cree que las redes sociales han hecho que el bullying se haya hecho más duro en estos tiempos?

– Sin duda, sin duda, porque ahora hay un bullying anónimo y virtual que ha llevado a niños a cometer suicidio porque es tan fuerte la presión social a esa edad. Y desgraciadamente es muy difícil controlarlo. Porque tú puedes tal vez controlar el bullying en la clase, en una escuela porque estás mirando, pero el de las redes sociales es tremendo. Y no solamente produce el bullying de la agresión, la exclusión, que también es muy fuerte. Los niños que se sienten excluidos sufren casi tanto como los que sufren bullying. Yo nunca nunca sufrí abuso físico ni de ese tipo. Y en la época en que yo era chica, por supuesto no existían las redes sociales. Pero yo era hija de diplomático y nos cambiábamos de país a cada rato y cambiábamos de amigos, de lengua, de colegio. Yo siempre era la niña nueva y no tenía amigas, era tímida, no me atrevía a acercarme. Entonces siempre me sentí excluida. Me refugiaba en los libros. Me acuerdo en el recreo yo escondida detrás de un libro, aunque no estuviera ni siquiera leyéndolo, para que no se notara que estaba sola y que nadie quería jugar conmigo. Además era pésima para los deportes. Con una voz terrible no podía cantar en el coro tampoco. Así que no podía pertenecer a ningún grupo. Nadie me habría escogido a mí para jugar voleibol. Imagínate, por ningún motivo. Entonces muy sola y muy excluida. Creo que eso duele casi tanto como el bullying.

Aunque no le gusta dejar un «mensaje», dice que «el único mensaje en este libro es que los abusadores son cobardes. Cuando uno se achica y se victimiza, te va peor. Y otro mensaje, que no he buscado, pero que me han señalado, y me parece muy importante es que la mamá le cree al niño. Cuando se presentan en el colegio y el director acusa a Nico, la mamá lo defiende, le cree. Eso me parece importante: que el niño no se sienta solo, que sienta apoyo, que sienta seguridad para hablar, para contar lo que le pasa». dice.

También dice que la relación con las mascotas es crucial. Ella está convencida de que «debería haber mascotas donde hay más violencia: en las prisiones; donde hay más dolor: en los hospitales; donde hay más abuso, donde estás los niños más chicos: en las escuelas. En todas partes debiera haber animales porque hay una relación con el animal que es extraordinaria. Nosotros, que vivimos en ciudades, en espacios restringidos, necesitamos tener animales. Y además, hay tantos animales que mecesitan un hogar: por favor, no compren perros ni gatos, rescátenlos»

– ¿Cree que todavía te falta algo más como escritora por escribir?, ¿Algún género o algún estilo que le gustaría explorar aún?

– Sí, siempre quise escribir una novela erótica, pero mi mamá estaba viva. Entonces tuve que esperar que se muriera mi mamá y se murió a los 98. Ya era muy tarde para mi. Ya no tengo hormonas para escribir una novela erótica, así que desgraciadamente eso ya me sobrepasó.

Allende es una mujer de ritos. Todos los años se reúne con la prensa del mundo para hablar de su nueva publicación (este año anunció además que pronto llegarán «Perla y el pirata» y «Perla y la princesa‘, su trilogía infantil alrededor de su heroína de cuatro patas). Y todos los años, los 8 de enero, comienza una nueva novela. Este año también lo hizo, y marca su regreso a la novela adulta. «Terminé una novela histórica que se va a publicar el próximo año, y ahora estoy tratando de escribir una memoria».


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