«Hotel Triunfo», el nuevo libro de Liliana Campazzo: poemas para una bitácora del dolor
Publicado por Ediciones Las Guachas, está hecho de poemas escritos durante una serie de viajes que la autora, atravesada por dolorosas pérdidas, hizo entre Viedma y La Rioja.
Doce veces viajó Liliana Campazzo a La Rioja. Doce veces, desde Viedma. Mil quinientos kilómetros separan ambas capitales provinciales según la ruta recomendad por Google Maps, que fue la ruta elegida por ella. Pero todo viaje de ida a La Rioja tuvo su viaje de regreso a Viedma. La cuenta da tres mil ciento noventa y cuatro kilómetros. Por las doce veces que los recorrió da treinta y ocho mil trescientos veintiocho kilómetros. Todos recorridos en el transcurso de un año, el 2022.
Hotel Triunfo es la consecuencia de semejante aventura, un libro de poemas escritos, literalmente, en tránsito e inspirados en esos larguísimos y solitarios -porque Liliana siempre viajó sola- viajes de sur a norte y de norte a sur pero que fueron escritos siempre en el tramo norte sur, es decir durante la vuelta. Se dio cuenta de eso ayer a la mañana, mientras hablaba con Diario RÍO NEGRO
Mientras estaba en sus cosas, Liliana Campazzo supo de la muerte de su hermana, que vivía en La Rioja, casi al mismo tiempo que sucedía otra muerte mucho más cercana al menos geográficamente, la de su gran amigo y también poeta viedmense Nito Fritz. En esas circunstancias, emprendió los sucesivos viajes al noroeste argentino sin parar.
Por eso, no es extraño que, a lo largo de la entrevista con este diario, la poetisa radicada en el balneario El Cóndor haya descripto a su libro como un libro triste, una bitácora del dolor. “Es un libro escrito en tránsito”, dirá también de Hotel Triunfo, otra bellísima edición de Las Guachas, la editorial de San Martín de los Andes.
Durante un tiempo largo estuve viajando de Viedma a La Rioja por distintas causas, la muerte de mi hermana. Tuve que descubrir una ruta distinta, yo que soy viajera del sur. Ir al norte me significó otro paisaje, percibir otras realidades que ni me imaginaba”. Y entonces dirá de Hotel Triunfo que es un libro doloroso porque es un libro de un año en el que su vida estuvo rodeada de pérdidas. No sé, yo me sentí perdida, fue un libro raro para mí”.
Hotel Triunfo fue un libro raro para Campazzo en muchos aspectos, desde el modo en que escribió los poemas hasta los lugares en que ocurrió esa escritura. Habituada a hacerlo en su casa, esta vez lo hizo en estaciones de servicios y en banquinas, al costado de las rutas. Y ella, que siempre fue muy cuidadosa con sus textos, esta vez (se) soltó: los poemas escritos en tránsito casi no tienen correcciones, lo que se lee es (casi) lo que escribió en aquellas circunstancias. “Sí, es un libro absolutamente espontáneo», resume.
“Yo escribo mucho en viaje, realmente mi estado de escritura me aparece cuando manejo. Es lo habitual en mí, pero, por lo general, es a la vuelta, en casa ya sentada, recordando los momentos del viaje, este, en cambio, lo escribí en tránsito”, cuenta Liliana.
Quizás no todos fueron escritos en el camino, sugiere la autora. “Me parece que escribí uno en casa, que tenía que ver cuando estaba abriendo las cajas que traía con cosas de mi hermana o cuando llegué y encontré la casa desordenada. Los otros son todos en viaje. En viaje de vuelta, curiosamente”.
Sus libros, dice Liliana, transcurren siempre en la intimidad de su casa y con las cosas más pequeñas y cotidianas que la habitan. “Para mí hay un mundo, como una poética doméstica que siempre me quedó muy cómoda y este libro no me quedó cómodo. Este libro fue, como muy así, muy fuerte en esta cuestión de estar en un universo que para mí era desconocido, que es el universo de la muerte. Es un libro escrito desde la ruptura de una intimidad doméstica. Un libro de estar afuera y es fuerte eso, ahora que lo estoy diciendo, recién me doy cuenta”.
“El libro atraviesa la muerte de mi hermana y la muerte de mi amigo más querido, que era el poeta Nito Fritz”.
Liliana Campazzo
Es un libro rarísimo, repite Liliana al explicar Hotel Triunfo. “No escribo nunca un libro así, de sopetón, yo soy muy obsesiva con las correcciones, con la limitación del lenguaje. Mi búsqueda personal en la poesía es la de achicar el lenguaje a una circunstancia mínima que esté dentro del pequeño universo de mi casa. A mí me gusta escribir cosas chiquitas. Me gusta lo mínimo, me gustan las miniaturas. Y este libro es un libro de afuera”. Un libro de treinta mil kilómetros, vaya universo el de Hotel triunfo.
Dividido en tres partes, la primera, funciona como una introducción a lo que seguirá en la segunda y tercera parte. Oscilante entre el viaje real y los viajes oníricos, la poética de esa primera parte predispone a la poética que vendrá. No por nada el primer poema de esa segunda parte comienza diciendo
Se podría comenzar el poema
diciendo:
“el año en que murió mi hermana”
Solo entonces se suceden lugares, nombres, vivencias, caminos y todo lo que Liliana pudo expresar en su poética del dolor.
“Es un libro triste”, vuelve a decir Liliana y (se) explica: “Es un libro triste porque yo sabía que tenía que ir, que había cierta obligación familiar de hacerme cargo de la situación, pero, al mismo tiempo, acá dejaba a mis afectos, a lo más cercano que tengo, también en malas condiciones porque el libro atraviesa la muerte de mi hermana y la muerte de mi de mi amigo más querido, que era el poeta Nito Fritz. Y yo necesitaba estar acá y necesitaba estar allá, entonces había en mi escritura esta cuestión casi de exorcismo o de sentir lo que pensaba en esta dualidad que me ponía la situación».
Parar para escribir, dice Liliana, fue como parar cambiar una rueda, como poner un auxilio en el camino. El poema sirvió de auxilio y bueno, después me perdí en la ruta varias veces porque se me cortaba el GPS, se me cortaba el GPS en todos los sentidos, hasta el emocional”.
¿Por qué Hotel Triunfo? “Porque fue el lugar donde más sufrí”, confiesa Liliana. “Por las condiciones anímicas y por haber llegado a ese lugar como a las dos de la madrugada y ser la única posibilidad de resguardarme y de dormir un rato y bueno, por esa recepción tan extraña de que no quería alojar mujeres solas”.
El lugar donde está el Hotel Triunfo se llama Buena Esperanza, una localidad del sur puntano y parecía como una trampa a todo lo que había pasado, reflexiona Campazzo. “Llegar a un lugar que es Buena Esperanza y no encontrar dónde dormir, no encontrar dónde comer y sin nafta porque no se vendía esa noche”. Dos veces durmió allí, una de ida y otra de vuelta en viajes diferentes. Los detalles de aquellas circunstancias están desparramados por varios poemas. En verdad los treinta y pico de miles de kilómetros lo están.
¿Pudo llamarse de otro modo el libro? No, responde sin dudar. “El libro empezó con esta idea de juntar los textos que yo había escrito en el viaje y y lo más definitivo fue que desde el principio yo sabía que se tenía que llamar Hotel Triunfo. De cierta manera, será a un mismo lugar donde todo iremos a parar y quizás se llame Hotel Triunfo y no cielo”.
Hotel Triunfo es otra edición de Las Guachas, la editorial independiente y feminista de San Martín de Los Andes. “Las Guachas son unas gauchas”, afirma Liliana entre risas. «Me dieron la posibilidad en este contexto tan difícil para editar libros. Pero Las Guachas me hicieron un lugarcito y me dijeron ‘nosotras te queremos publicar, queremos que estés con nosotras en el fondo bibliográfico’. Y bueno, cuando terminé el libro se lo mandé a Tamara Padrón y ella, generosamente, me dijo sí, nosotras nos vamos a hacer cargo porque es un libro que nos gusta. Estoy reagradecida a la editorial porque sin ellas no lo podría haber hecho”.
Liliana Campazzo nació en Buenos Aires en 1959 y vive en Río Negro desde 1977. Docente, bibliotecaria, lee y comparte lo que lee. Además, es coordinadora de talleres de escritura, talleres de Educación por el Arte, talleres de promoción de la lectura.
Algunos de sus libros publicados son Firme como el acaso (Fund. Banco Pcia. de Neuquén), De no poder (Feminaria, 1992), Las mujeres de mi casa (Patagonia Poesía, Chile, 1998), Quieta para la foto (Simurg, 2003), Las voces de escritoras de la Patagonia (Asoc. Culturas del Sur del Mundo, Chiloé, 2004), Yuyo seco (Limón, 2006), Escritos en vidrio (Llanto de mudo, 2009), A boca de pájaro (Vela al viento, 2011), Fuera de juego ( Espacio Hudson, 2021) y Los viajes de ahora (La Ballestea Magnífica, 2021) y Hotel Triunfo ( Ediciones Las Guachas, 2024).
En 2010 su obra Yuyo Seco fue traducida y publicada en Italia, participando de un ciclo de lecturas en Roma, Barcelona, Madrid y en la Casa Argentina de la Cuidad Universitaria de París.
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