Horacio Lavandera en la Patagonia: un pianista clásico y popular que habita en YouTube

El virtuoso pianista argentino vuelve a la región este fin de semana para dos conciertos, en Neuquén y Bariloche. Interpretará el mismo programa que presentó en el Carnegie Hall de Nueva York, a mediados de este año. En una entrevista con Diario RÍO NEGRO, dio detalles de los conciertos, de Gershwin y Saluzzi y explicó por qué se siente cómodo en YouTube.

Horacio Lavandera es uno de los pianistas clásicos más destacados de su generación.

Tras una larga ausencia, el sobresaliente pianista argentino Horacio Lavandera regresa a la Patagonia para una serie de dos conciertos, este sábado, a las 21, en el Cine Teatro Español de Neuquén; y el domingo, a las 20, en el Campus de Artes y Música Bariloche Las entradas para concierto de Neuquén están disponible en Flipper y por tuentrada.com; mientras que para el de Bariloche, a través de passline.com.


En esta ocasión, Lavandera interpretará un repertorio ecléctico que incluirá obras de Mozart, Beethoven y Mendelssohn, así como de George Gershwin y del célebre compositor argentino contemporáneo y maestro del bandoneón, Dino Saluzzi. Se trata nada menos que del elegido por el pianista para su gira estadounidense de mediados de año, que incluyó conciertos en incluyendo conciertos en la Universidad de Miami y el Carnegie Hall de New York.


Horacio Lavandera (Buenos Aires, 1984) es uno de los pianistas clásicos jóvenes más aclamados de los últimos veinte años. Reconocido por su virtuosismo y sus interpretaciones precoces, comenzó su carrera profesional a los 16 años, cuando ganó el III Concurso Internacional de Piano Umberto Micheli en el Teatro alla Scala de Milán (Italia). Desde entonces, ha sido invitado a tocar como solista con prestigiosas orquestas y directores, y ha ofrecido recitales alrededor del mundo.

Lo nuevo de Horacio Lavandera en su canal de You Tube


Rodeado de pianos y teclados, en su casa de Buenos Aires. Horacio Lavandera dialogó por videollamada con Diario RÍO NEGRO, a pocos días de viajar hacia la Patagonia.

P: ¿Qué te traerá por acá?
R:
Con una felicidad enorme de volver a Neuquén y a Bariloche después de tantísimos años lo voy a hacer en el marco de una gira que hice en Estados Unidos, cuyo concierto principal fue en el Carnegie Hall, de Nueva York. Este programa que voy a hacer en Neuquén y Bariloche es ese mismo programa.
Va a ser una experiencia muy hermosa de poder compartir la música que estoy haciendo y que hice en Nueva York, con todo el público de la Patagonia.

P: ¿Cómo armaste este programa, cuál fue el criterio para combinar estos compositores?
R:
Fue un programa ideado para el Carnegie Hall, donde hay algunas de las obras más reconocidas. Reconocidas en el hecho de lo que es la música clásica, lo que se llama una obra maestra. Luego, combinarlas con obras muy poco habituales, obras que voy a estrenar. Por caso, el gran compositor argentino Dino Saluzzi. Estas piezas que voy a estrenar son parte de un disco que yo hice con su música en Noruega. Y son piezas nuevas que están compuestas para mí.
La verdad que estoy muy feliz de poder tocarlas en público. Es una música muy difícil, no es una música fácil. Es una música donde Saluzzi experimenta con técnicas que nunca abordó en otro trabajo que no sea el mío pianístico. Mucho atonalismo, técnicas dodecafónicas. Todo inmerso en su estilo de esta búsqueda de lo indígena, lo ancestral, lo folclórico. Entonces, es uno de los grandes retos de este programa.

Horacio Lavandera, en el Carnegie Hall de Nueva York, en mayo pasado.

P: ¿Cómo combinás esta música tan compleja de Dino Saluzzi?
R:
Creo que está muy bien rodeado por Schubert, por Mozart, por Beethoven. Y luego, para finalizar, ya que estuve en Nueva York, un homenaje al compositor más querido de esta ciudad que es George Gershwin, un pianista excepcional, un compositor también fuera de serie, un genio de la historia.
Pero lo que voy a tocar de él también es complejo. Son obras que yo no conozco a ningún pianista que esté haciendo. Es tomar sus grabaciones, nota por nota, si hay estudiosos que han tomado nota por nota sus improvisaciones. Una de ellas es casi imposible de tocar porque es de rollos de pianola. También me interesa mucho el estudio de los rollos de pianola porque me da mucha información de las prácticas históricas. Es otro reto muy particular porque quizás no está grabado esto a dos manos. Los rollos de pianola te permitían, en aquellos años del comienzo del siglo XX en los que era una tecnología muy grande, grabar muchas voces, agregar manos. De hecho, hay experimentos del propio Gershwin que parece que el piano fuera, no sé, como que hubiera ocho manos. El reto era cómo llegar a hacerlo con mis dos manos.
Es un programa larguísimo, muy intenso y del que espero que la gente lo disfrute mucho. El único que toca la música de Dino Saluzzi en piano soy yo. Y esto de Gershwin no conozco a nadie que lo esté tocando, así que también.

P: Antes de volver a Saluzzi y ya que lo acabas de mencionar a Gershwin, ¿por qué elegiste estas piezas? ¿Tiene que ver con una búsqueda tuya, un interés personal, particular, técnico?
R:
Sí, es ir a rescatar algo, un mundo perdido. Inclusive, estando hoy en Nueva York, ese mundo de Gershwin no está. O sea, hay que ir a otras ciudades donde aparece más ese espíritu de comienzo del siglo XX, donde parece que está todo por hacerse.

P: ¿Esa parte de Gershwin o Gershwin en general?
R:
Bueno, Nueva York ya no suena tanto a Gershwin. No es lo mismo cuando ya vas a… Estuve, por ejemplo, en Minnesota y allí sí, así está. Es como que hay otro ritmo en las personas. En Nueva York estamos en un mundo, no sé, ya en la posmodernidad de la posmodernidad, es toda una locura. Es un mundo muy distinto a lo que se vivía en los años 20, donde había otro tipo de conceptos, de la evolución y todo. Gershwin estaba en ese mundo y la música tiene esa energía.

«Es un programa larguísimo, muy intenso y del que espero que la gente lo disfrute mucho», dice Horacio Lavandera sobre el repertorio que interpretará este fin de semana.

P: Y esto que vos tocás en particular, más aún, digamos. Es como que te sumergís en una parte aún más oculta o más, muy poco recorrido.
R:
Debido a la dificultad, es un tipo de técnicas extremadamente difíciles. Esto está todo hecho durante la época en que los afroamericanos estaban creando técnicas para cada instrumento, entre los cuales estaba el piano también, y que tenía íconos del pianismo, como James P. Johnson o Fats Waller, que manejaban una mano izquierda a una velocidad increíble. Y bueno, George Gershwin estaba muy al tanto de todo eso.
Él estaba tratando de tenerlos a ellos como modelo y trasladarlo a su manera de tocar. Pero bueno, es una manera de tocar muy de esa época, muy difícil, donde hay que recordar el ambiente de los pianistas afroamericanos, quizás, tocando doce horas por día. Y para lograr esa técnica y estar tocando también para un modo de vida y tratando de hacer algo que nadie los pudiera imitar.
Entonces, bueno, llegaron a niveles de virtuosismo que luego el jazz fue para otros lugares que no tienen nada que ver con ese tipo de técnicas.

P: ¿Y a vos qué te exigió como pianista con tu entrenamiento, tu formación y todo lo que sabés y podés tocar cuando te metiste en eso? ¿Qué sentiste que necesitó de vos eso?

R: Es un quebradero de cabeza, sí, sí, sí. Porque no tiene nada que ver con las técnicas clásicas. Es otro mundo. Así que puedo decir que tres meses antes del concierto en el Carnegie Hall, cuatro meses ya estaba ahí tratando de lograr este estilo y este tipo de ida y vuelta. Y es un reto, un reto enorme.

P: Sabías que te metías ahí, ¿tuviste que salir a buscar herramientas nuevas?.
R:
Por supuesto, sí, sí, sí. Herramientas muy nuevas, muy difíciles. Y bueno, la verdad, contento de poder compartirlo con el público. Haberlo compartido en Estados Unidos también, que ellos lo… A ver, lo que dije es como que quizás no está tan presente. Sí, es una realidad, no está presente, pero en los subterráneos las personas lo llevan, ese tipo de ritmo, ese tipo de música. Y sobre todo, bueno, cuando ya salí un poco más hacia Minnesota, hacia el interior, la gente mientras tocaba literalmente movían el piecito.

P: ¿Y finalmente cómo te fue en Nueva York con Gershwin, con esta aventura musical, qué sentiste que pasó con ese auditorio?
R:
¡Fantástico! Yo me siento como en mi casa en Nueva York, porque vive mi hermana hace ya unos seis años. Así que para mí es como tocar en mi casa, estoy muy tranquilo, tengo familia allá. Y el público, sí, es un público, en Estados Unidos, muy exultante, le gusta mucho la entrega de los artistas. De hecho, en algunas músicas que son muy de Estados Unidos que toqué la gente empieza a palmear con el ritmo, porque bueno, es algo que suelen hacer con esa música. Es algo que quizás uno puede pensar que es un concierto de música clásica, pero bueno, ellos un poco lo entienden como que es su idiosincrasia de ser espontáneo.

P: ¿Y sucede eso de que alguien de afuera, entre comillas, como en tu caso, un músico argentino, se meta con autores o compositores tan propios, o son más abiertos a saber qué propone un pianista argentino con Gershwin en Nueva York? ¿Asumen eso, o miran como de rojo a ver qué nos va a proponer?
R:
Sí, a ver, se acercaron músicos a hablarme y me decían, ¿qué estás haciendo? ¿dónde te vas a meter? (risas) No, ¿qué estás haciendo? En el sentido, ¿cómo lo hiciste? ¿Cómo una persona toca toda la música clásica que vos tocas? Y toca nuestra música con este nivel. ¿De dónde viene esto? Y yo les contaba que lo que sucede es que el jazz en Argentina, en mi familia, era muy habitual, yo crecí escuchando a Chick Corea, no entienden nada porque ellos piensan que Argentina… La imagen que se tiene de Argentina es de un país que nadie dimensiona la riqueza cultural que hay en Argentina.
Por ejemplo, yo tocaba una, también me comentaban los músicos norteamericanos, que yo toqué Saluzzi, y dijeron, pero Saluzzi tiene mucho jazz, y yo les decía no, lo que pasa es que el folclore de Argentina llega a niveles que no es que a vos te suena jazz porque vos sos norteamericano, pero en realidad es música argentina.

P: También es un lindo descubrimiento el que propones porque la música argentina está hecha de fusiones.
R:
Nuestra música popular es así. Argentina es un país con una historia cultural muy rica. No es tan conocido, todo lo que hay acá, todo lo que puede aportar Argentina. Mi pensamiento con respecto a esto es, a ver, no sé si hace falta decirlo, yo no creo en las fronteras, no creo en las nacionalidades, creo en la música, creo en la unidad, creo en esta idea de Parménides, de Platón, sin querer llegar a una filosofía muy abstracta, en mi caso, ni querer ser muy religioso con respecto a la unidad, pero creo que sí, que todos venimos de un único lugar y todo lo demás se dio por añadidura.
Y entonces, bueno, lo que sí, a nivel cultural sí es cierto que hay muchas veces rasgos que se pueden poner en valor, hay tanta riqueza en Argentina de la música indígena, sin ir más lejos, allí en el sur, todos los trabajos que está haciendo Anahí Rayé Mariluán, con la música mapuche, hay tanto por descubrir, toda la música y más al sur aún. Toda esta música es un mundo, un mundo cultural que tenemos que ser responsables de que eso esté vivo, de que eso se pueda difundir todo el tiempo, porque es algo único y maravilloso.

P: Volviendo a Saluzzi, cuando decías que él compuso para vos, exactamente es así, digamos, lo que vas a tocar, ¿cómo fue exactamente esa relación?, ¿por qué él termina componiendo música para que vos interpretes?,
R:
De antes que yo naciera en realidad (risas) porque mi papá tocaba con Dino Saluzzi y ahí se forjó una excelente relación; de hecho, el hijo de Dino se llama como mi papá, José María.
Entonces, cuando yo tenía 18 años, es decir, unos tantos años más tarde, en el año 2003, yo tocaba en el Colón y luego tocaba Dino Saluzzi, era un concierto en contra de las guerras que se dio en ese momento, año 2003. Y en ese momento nos cruzamos en el jardín del Teatro Colón y Dino me dijo tengo algo para vos y ahí, enseguida, nos empezamos a juntar y empezamos a hacer todo lo que se va a volcar en este disco de Alemania y que desde ese momento estoy tocando ya, una vez que está autorizado todo, digamos, a nivel legal, no sé cómo decirlo, ya poder tocarlo todo en público y poder transmitir este tipo de música tan particular, tan compleja que hace Dino Saluzzi, pero tan importante también, volvemos a hablar de nacionalidades para los argentinos, porque da todo un paisaje de los Andes, de todo lo ancestral que tiene que ver con la música que él escuchaba de pequeño, de su padre, un excelente músico, y bueno, todo está atravesado por algo muy idiomático de él y bueno, la verdad, es la responsabilidad de cómo llevarlo a la gente, todo este mundo.

P: Viendo tu discografía, has grabado clásicos, has grabado música popular, has grabado Piazzolla, que podemos decir que es moderno para lo que él hacía, has grabado a compositores españoles, la famosa Generación de 51, y esto que vos me decís, que te decían, cómo un pianista clásico se mete con Gershwin, ¿cómo sos vos con todo eso? ¿Dónde te sentís que es tu lugar? ¿sos un clásico que va y viene de lo popular? ¿Cómo es tu relación con las distintas músicas?

P: Sí, lo estoy pensando yo también a eso. Si bien hace muchos años que no hago grabaciones para Spotify o grabaciones para discográficas, estoy más abocado a mi canal de YouTube porque me permite otras herramientas de conexión con el público que son distintas a los pasos burocráticos de una discográfica, es otra manera de vincularme con el público y con lo que yo puedo hacer y lo que creo también. No estoy vinculado con discográficas en el futuro, porque con lo que me estoy vinculando en estos últimos años es con YouTube. Hay una ida y vuelta allí. Yo creo que es muy, muy complejo porque lo que puedo estar haciendo en YouTube quizás nunca lo vaya a hacer en un concierto en vivo y quizás tampoco en un disco.


El programa del concierto

Parte I
W. A. Mozart
12 Variaciones sobre «Ah! Vous dirai-je, maman» K.265 (300e)

L.V. Beethoven
Sonata no. 23 «Appassionata», en fa menor, op. 57

  • Allegro assai
  • Andante con moto
  • Allegro ma non troppo – Presto

Parte II
Dino Saluzzi
Tres piezas (estreno):

  • La Casa 13
  • Claveles
  • Donde Nací

Franz Schubert
Momentos musicales D.780, op. 94

  • Nr. 3 fa menor
    mpromptus D.899, op. 90
  • Nr. 1 Allegro molto moderato do menor
  • Nr. 2 Allegro mi bemol

Félix Mendelssohn
Variaciones serias en re menor, op. 54

George Gershwin
Improvisaciones originales:

  • Swanee
  • Someone to Watch Over Me
  • ‘S Wonderful / Funny Face The Man I Love / I Got Rhythm

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