Festival Audiovisual de Neuquén: cerró con el emotivo documental de «Don Ata»

Arrancó el miércoles pasado y ayer cerró con todo el Festival Audiovisual de Neuquén (FAN) que en su tercera edición demostró que llegó para quedarse. El sábado se dieron a conocer los cortos y largometrajes ganadores de las competencias locales y ayer el film «Atahualpa Yupanqui, un trashumante», de Federico Randazzo se llevó los últimos aplausos y apagó las luces hasta el año que viene. La ciudad de Neuquén fue una fiesta cinéfila.

El FAN es un evento organizado desde hace tres años, por la municipalidad de la ciudad de Neuquén, que tiene como objetivo principal potenciar las producciones locales, regionales y nacionales que están por fuera del circuito comercial. Esas que no vas a encontrar en las cadenas de cine ni en las plataformas digitales. Durante los cinco días en los desfilaron 850 producciones de todo el país en cinco sedes de la capital y que fueron vistas por miles de personas.

Desde la organización aseguraron que el balance fue positivo y aseguraron que el festival Audiovisual de Neuquén «llegó para quedarse». “Seguimos apostando porque entendemos que el FAN echó raíces, y porque entendemos que si hay algo que no se puede desfinanciar es la cultura. Un país sin cultura es un país sin futuro”, aseguró la subsecretaria de Jefatura de Gabinete, María Pasqualini.

Los museos Nacional de Bellas Artes, Paraje Confluencia y Gregorio Álvarez, el Centro Cultural del Oeste y Cinépolis fueron las sedes de este festival a la que concurrieron miles de personas no solo para disfrutar de las producciones cinematográficas, sino también para ser parte de las charlas que dieron productores, realizadores y actores de las mismas.

Y en la última noche, la frutilla del postre fue la peli de «don Ata», «Atahualpa Yupanqui, un trashumante», un documental que dirigido por Randazzo, se gestó luego de un trabajo de digitalización de archivos que tenía en su poder Roberto Chavero, hijo de Atahualpa y la pianista francesa Nenette Pepin Fitzpatrick y otros que se encontraban en la fundación «Atahualpa Yupanqui» del Museo Agua Escondida, que funciona en la casa que perteneció al músico popular argentino en Cerro Colorado, provincia de Córdoba.

Largometraje documental: «Suerte Josefa», de Javier Témoli. Neuquén

«Por la naturaleza aventurera y la intimidad compartida, por lo introspectivo y emotivo de la
historia. Llena de aciertos narrativos en la estructura y construcción del documental,
llevándonos de la risa a las lágrimas, permitiéndonos acompañar este viaje como
espectadores», evaluaron los jurados.

Ella se anima a un viaje que sin duda le cambiará la vida. Ella confía en la intuición y en la entrega total por alguien, por algo o por sí misma. Sabe que lo que siente la llevará a buen puerto, arma valija y sale. Habrá que ver que pasa luego.

Cortos patagónicos: «Camino de regreso» de Violeta Arzamendia.

«La poética del montaje y la sutileza del guión en Camino permiten no solo
conocer la historia personal de Dora Seguel, víctima junto a sus hermanas Argentina y
Arlene del Operativo Cutral Co en junio de 1976, sino también producir un archivo histórico
testimonial de la primera mujer en Neuquén, en llevar adelante un juicio que acusa de
violación a represores de la última dictadura cívico eclesiástica militar, en el séptimo juicio
de Lesa Humanidad en Neuquén, conocido como “La Escuelita”, Centro Clandestino de
Detención de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires», fue la definición del jurado evaluador.

Videoclips: «Mirada Noble» de Franco D´Avando.

Minutos memorables para recrear lo que es la vida de los crianceros del norte neuquino. Ese camino solitario pero no tan solitario en el que el hombre recorre «leguas» con sus animales, su perro y su caballo buscando pasturas frescas. El descanso al calor del fogón y esos mates a oscuras.

Estos fueron los más destacados del festival, pero otros tantos que se llevaron los aplausos y el pulgas hacia arriba del jurado y por supuesto, del público que asistió a las funciones. Las 850 producciones que se presentaron por fuera y por dentro de las competencias demostraron que la producción audiovisual sigue viva y resistiendo.