Daniel Drexler regresa a la Patagonia: “Soy un devoto del santo patrono de la canción”

El aclamado cantautor uruguayo regresa a la Patagonia para una serie de shows en Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes y El Bolsón. En una entrevista con Diario RÍO NEGRO, habló de su nuevo disco, del que vendrá y de las formas de la canción.

Daniel Drexler regresa a la Patagonia para presentar su último disco editado hasta el momento, el celebratorio y, ya lo explicará él, caótico “La voz de la diosa Entropía”. La gira, que comenzará el próximo jueves, incluye shows en Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes y El Bolsón (ver abajo), ya pasó por Uruguay y Brasil y ahora retorna a la Argentina .


El multipremiado cantautor uruguayo, hermano de Jorge, apenas había regresado de Madrid cuando atendió a Diario RÍO NEGRO en su casa de Montevideo para hablar de su ya no tan nuevo disco y de su próximo nuevo disco, del que ya (nos) mostró la bellísima “Lentamente”.


Editado en 2022, La Voz de la Entropía es el noveno trabajo de una original discografía en la cual Daniel, con un pie en sus raíces regionales y otro en el mundo, transita en la canción pop con influencias de géneros folclóricos urbanos y rurales del Río de la Plata. Sus letras exploran el mundo de la poesía, así como el de la ciencia y la filosofía. De todo eso también hablará con Diario RÍO NEGRO.


Su obra se caracteriza por la creación de diferentes universos sonoros, conceptuales y geográficos, donde las fronteras son líquidas. En “Vacío” (2006) se sumergió en las dudas existenciales y unió la música uruguaya con la música pop.


Con “Micromundo” (2010) recorrió los universos paralelos y la dialéctica macro y micro, la idea de que lo grande contiene lo pequeño y lo pequeño imita lo grande. En “Mar Abierto” (2013) tuvo como referencia creativa el álbum clásico de Miles Davis “Kind of Blue” y la “Modernidad líquida” de Bauman. En “Uno” (2017) exploró la idea de que somos múltiples y únicos al mismo tiempo.


Así, llegamos a “La voz de la diosa Entropía” (2022), donde, fascinado por el concepto científico y filosófico de que el mundo tiende al desorden, el artista personifica la conocida ley de la física en una figura femenina y sagrada, que inspiró el carácter existencial del proyecto.

P: Daniel, hace unos días aún estabas de gira en Madrid. ¿Cómo está resultando esta gira que es algo así como una despedida de tu, por ahora, último disco?
R:
Esta gira en general es un fenómeno un poco extraño porque este impasse que nos generó en la vida a todos la pandemia de alguna manera llevó a que yo saque un disco en el 2022 y que esté haciendo una gira de despedida en el 2024; en realidad, a los efectos del caso es una gira de presentación del disco. Llevo 45 conciertos en lo que va del año y me fui dando cuenta en todos los territorios que estaba presentando un disco que para el público era nuevo. Es una situación un poquito disociada para mí porque dentro de mi cabeza ya están empezando a aparecer las canciones del disco nuevo y yo ya me siento como yendo hacia un disco nuevo y, sin embargo, estoy presentando un disco. Nunca me había pasado.

P: ¿Cuándo lo empezaste a trabajar? ¿Cuándo empezó a estar dentro tuyo?
R:
Casi todas las canciones ya estaban durante la pandemia. Había ideas que venían un poquito más atrás, pero en realidad es un disco que lo compuse acá donde estoy ahora en el estudio en casa en Montevideo, durante la pandemia y, ya te digo, los primeros 4 o 5 meses para mí fueron, más allá del horror que se estaba viviendo, una sensación de ¡guau!, tengo tiempo ilimitado para estar acá en el estudio trabajando y dejando que la cabeza vaya para donde quiera.

Daniel Drexler y su guitarra, frente al público en el Teatro SESIMinas, de Belo Horizonte, en Brasil.

P: ¿Era un proyecto que vos ya tenías pensado de antes y la pandemia te encerró o directamente lo concebiste ya guardado?
R:
No, no, lo concebí básicamente durante la pandemia. Empecé a leer un libro de Steven Pinker que le llama En defensa de la Ilustración y había un capítulo sobre la entropía. A mí el tema de la entropía ya me había tocado varias veces, pero la forma en que estaba planteada la entropía me gustó.
Me parece que tiene un enorme contenido poético pensar que el cosmos tiende al desorden y que nosotros, como entidades biológicas, estamos embistiendo molinos de viento intentando generar un mínimo de orden que nos permita ser viables en nuestro término vital un mínimo de orden. Que nos permita ordenar nuestras economías, nuestros cuerpos, nuestros vínculos humanos, nuestra cocina y que eso es un esfuerzo diario contracorriente.

P: “Lentamente”, el último tema que sacaste se contrapone mucho al disco, al tono del disco. Si en “La voz de la diosa Entropía” la música se entrega a una celebración, a una fiesta, al caos de estar dispuesto a entregarse a algo sin un orden aparente, “Lentamente, es otra cosa, es algo más intimista, que no por nada viene después de este disco.
R:
Sí, claramente tiene relación con lo que hablábamos al principio. Yo estoy gestando dentro mío un nuevo proyecto y “Lentamente” es como la punta del hilo de ese proyecto y claramente es un capítulo diferente. “Lentamente” no está dentro del grupo de La Voz de la Entropía, es una dirección que no sé hacia dónde va.
Creo que la peor forma de empezar un proyecto es saber hacia dónde irá. Volvemos a la entropía, digamos. La entropía y la incertidumbre. Recuerdo una metáfora de Pablo Casacuberta, el escritor uruguayo, que decía “yo, cuando empiezo a escribir una novela, es como si tuviera una cajita, un cubo cerrado, al cual le abro un agujerito y empiezo a mirar para adentro y por ahí me meto y después veo hacia dónde me lleva”.
Si uno intenta, cuando empieza a escribir un disco, saber exactamente hacia dónde va, primero es aburridísimo, porque perdés esa dosis maravillosa de incertidumbre que tiene la composición. Eso es la sal de la vida para mí. Pero, aparte de eso, te bloqueas. Porque si querés resolver todos los problemas que van a pasar desde acá, fíjate que el proceso de un disco es de dos o tres años. Si vos querés resolver de antemano el punto al que vas a llegar, estando acá con los millones de incertidumbres que hay en el medio, puede ser un bloqueo eso. Entonces, en realidad, yo no sé hacia dónde va “Lentamente”, no sé qué tipo de proyecto se está insinuando ahí. Lo que sí te puedo decir claramente es que es un proyecto bien diferente a la búsqueda de las incertidumbres.

P: ¿Y qué más hay? ¿O por ahora “Lentamente” es lo primero y único que tenés entre manos?
R:
Mira, hay una carpeta adentro de la compu que dice nuevo disco. Y dentro de esa carpeta hay 16 subcarpetas. Básicamente todas esas subcarpetas surgieron en los primeros 15 días de marzo de este año. Yo me fui al lugar donde naturalmente me voy a hacer este tipo de laburo, que es a la playa del faro de Santa María, a los pies del faro de Santa María, con una sombrilla, el termo y el perro (risas).

Yo me siento ahí, en marzo, empiezo a mirar el horizonte y bueno, ahí ese horizonte canta. Ahí hay días que ves que está entrando el agua fría de la corriente de las Malvinas, hay días que ves que está entrando el agua caliente de la corriente de Brasil o que el río de la Plata está echando agua dulce. Todo eso se golpea ahí, en ese rinconcito en el cual doblaban los barcos o siguen doblando los barcos que vienen de Europa y entran al río de la Plata.

Es un lugar muy potente. Es una encrucijada absolutamente mágica con unas rocas que están solo en ese lugar. En todo el resto de la costa de Uruguay no están esas rocas, salvo La paloma y La pedrera. Rocas de cientos de millones de años de antigüedad. En ese lugar yo me siento y simplemente lo que me dedico es a pescar. Yo pesco melodías.

Aprendí con los años de que para mí la composición es eso, sentarme a pescar. Este año tuve 15 días y ahora estoy tratando de ver en qué momento voy a encontrar de nuevo una ocasión para hacer una pesca. Pero tiene que ser muchos días porque si llego el primer día, al menos dos o tres días no pasa nada.

Los primeros dos o tres días estoy preparando las artes de pesca, preparando los anzuelos, las plomadas, las boyas, todo. Y recién al que hace cuarto día aparece y cuando aparece la máquina, por suerte, toco madera, cuando aparece la máquina hasta hoy en día siempre que aparece ha sido muy fructífera.

Y en esas 16 carpetas, que no necesariamente son 16 canciones, está Lentamente, que se transformó en una canción, después está la Cuna del Candombe, que también la voy a tocar en esta gira en la Patagonia. Pero después hay un montón de cosas que a veces es una frase o una línea melódica que está silbada en el celular o un garabateo de un pentagrama con un arreglito y dos o tres palabras que pueden caminar alrededor.

Yo siempre digo que lo más importante en la composición es encontrar la punta del hilo. Cuando encontrás la punta de la madeja, después es trabajo, después es sentarte y tirando esa madeja y dejar que te vaya llevando. Pero lo más desesperante para un artista o para un compositor es no encontrar la punta de la madeja.

Daniel Drexler. (Foto: Duda Portela)

P: En esta extraña gira de presentación y de despedida al mismo tiempo, ¿qué es lo que vas a traer aquí a la Patagonia? ¿Cómo te veremos y cómo te escucharemos?

R: Viste cuando un cuadro de fútbol viene afilado, bueno, yo vengo afilado (risas). Vengo de una gira por España que fue una sorpresa enorme desde todo punto de vista porque era mi reconexión después de siete años de no ir por la península. Me cargué de sorpresas, me cargué de salas agotadas, cosa que no esperaba. Vengo de una gira por Brasil donde estuvimos en teatros hermosos como el Teatro Pompeya de San Pablo o el Teatro Guairiña de Curitiba o el Teatro San Pedro de Porto Alegre, más unos shows muy lindos que hicimos en Córdoba y en la Sierra de Córdoba y el Café Berlín, que hicimos en Buenos Aires que también fue precioso.

Vengo en un momento que estoy con mucho rodaje, estoy muy contento con el canto, estoy muy centrado en el canto en el último año y llevo un grupo de canciones que están afiladas entre sí. Tengo un repertorio que ya lo probé 45 veces arriba del escenario entonces voy muy cómodo.

P: ¿Tiene una presencia especial en el último disco o no necesariamente a esta altura?

R: Sí, tiene una presencia central. Fíjate que de las 10 canciones del disco estoy tocando 6. Después pasa también lo que le pasa a uno cuando ya tiene 9 discos grabados que metés la mano en la valija y siempre salen cosas. ¿Sabes cuál es la diferencia que tengo con la situación de hace 10 años? No hay una sola canción de relleno.

Porque como tengo 200 canciones para elegir yo el único que realmente diga esta la quiero tocar porque en este momento me hace sentido y porque me funciona bien en vivo y porque no me complica o todo, está en su tono, está en su tempo está en todo lo que preciso y esa canción va.

P: Eso cuando ya manejas un corpus de obra que te permite incluso armar diversos repertorios jugando con combinaciones y probando cosas que bueno, que también hace uno imagino que arma repertorios es como armar discos: qué canciones voy a llevar, qué canciones voy a tocar con qué arreglos y me parece que en este caso es un poco lo que me contás.

R: Sí, yo creo que eso que dijiste de las combinaciones es realmente como funciona porque cantar un recital completo no es cantar por ejemplo este repertorio que yo tengo para llevar ahora son 13 canciones más 3 o 4 bises y no son 13 canciones, en realidad es una sola canción que dura lo que duran esas 13 canciones y uno se da cuenta después de que está arriba del escenario o después de que asiste como espectador a un concierto por eso que para mí es muy importante tener este repertorio tan probado porque yo sé que ya funciona ya las combinaciones que tenía que hacer las fui haciendo en San Pablo, en Curitiba en Buenos Aires en Villa General Belgrano. Sé que las canciones dialogan bien entre sí hay una curva emocional que es muy importante a lo largo del concierto y eso es lo que hace la diferencia entre hay muchos artistas que tienen de repente canciones maravillosas pero vas a ver el concierto y el concierto no funciona y hay otros artistas que no tienen canciones tan increíbles pero te hacen un concierto que te parte al medio yo creo que entender que el concierto es una unidad, es como una sola gran canción es gran parte de la magia para que un concierto funcione y eso específicamente es a lo que me refiero vengo afilado, vengo con un concierto que tiene una curva que me funciona claro, claro

P: ¿Instrumentalmente que vas a traer?

R: Voy absolutamente despojado la guitarra española a la falda esa también es otra novedad muy grande esta gira arrancó con dos conciertos en el Sesc Pompeia que es un teatro para 1400 personas en San Pablo me dio un susto enorme porque en realidad no era la idea, la idea era arrancar en la sierra de Córdoba y bueno justo apareció esta posibilidad, que es una posibilidad que obviamente no podía decirle que no porque es probablemente uno de los teatros más importantes de San Pablo y debuté saliendo con mi guitarra solito con una puesta de sonido muy compleja. La guitarra tiene un micrófono de condensador adelante tiene una línea atrás, todo va por sistema inalámbrico yo tengo un sistema inalámbrico en mis oídos y un micrófono escondido con lo cual tengo cinco transmisores en la espalda, no hay monitores arriba del escenario y me muevo para donde quiera, pero en definitiva lo que ve el público es un tipo con una guitarra en la espalda parado, haciendo todo lo que tenga que hacer. Es más, muchas veces ni siquiera ve el micrófono.

Daniel Drexler. (Foto: Vini Albernaz)

P: ¿Qué es para vos la canción, ¿cuál es tu versión de la canción como pieza, como elemento artístico hecho de letra y música?

R: Bueno yo te decía hoy que no tengo ninguna religión institucional y no, es mentira, yo soy un cancionista soy un devoto del santo patrono de la canción. Hay una canción que Gilberto Gil le sigue a Antonio Carlos Jobim, donde él dice que somos devotos de la santa patrona de la canción. Yo creo que lo más importante que tiene el arte es la capacidad de transmitir emoción y en ese sentido la canción es compactar en dos o tres minutos letra música, ritmo, armonía, melodía y generar una capacidad de transmisión de emoción que para mí es mágica, es potente, o sea la canción es una piña en el órgano de la emoción, es una piña para el que está cantando y para el que recibe del otro lado y genera una emocionalidad tan importante que es un género mágico y, tengo la sensación también, que tiene ciertos visos de eternidad, por eso hablo de la canción como si fuera una especie de deidad.

P: ¿Y en relación a la canción uruguaya?

R: En El Canto del Viento, Atahualpa Yupanqui dice que le llama la atención que habiendo tan buenos guitarreros orientales y tan buenos cantores orientales no haya un cancionero oriental y es verdad, antes de la década de 50 prácticamente no había canciones escritas en Uruguay cuando para entonces ya se habían escrito enormes temas en México, en Cuba, en Argentina, en Brasil, en todos lados. En Uruguay, no teníamos un cancionero, que va a arrancar prácticamente en la década de 50 con una generación integrada por Amalia de la Vega, Osiris Rodríguez Castillo, después vino Aníbal Sampayo. Rubén Lena fue uno de los primeros también y a partir de ahí hubo una eclosión absolutamente desproporcionada.

Yo pesco melodías. Aprendí con los años de que para mí la composición es eso, sentarme a pescar».

Daniel Drexler

Yo justo ahora vuelvo de España, donde obviamente vas a hacer prensa y lo primero que te preguntan es qué está pasando en ese país de tres millones y medio de habitantes para que nos llegue un Martín Buscaglia, nos llegue El Príncipe, nos llegue un Fernando Cabrera, Sofía Viola, Camila Ferrari… o sea, es una eclosión musical absolutamente desproporcionada para el tamaño de esta ciudad. Yo estoy acá, en casa, en Montevideo y en un radio de 50 cuadras lo tengo viendo a Martín, lo tengo viendo a Fernando, sé dónde vive Hugo Fattoruso, o sea, están acá en la vuelta esto es medio un campo mirado ¿no? para el que hace canciones es un desafío constante porque los que están viviendo en tu barrio están haciendo unas canciones que te parten la cabeza al medio.

Yo no sé cuánto tiempo más va a durar esto son ciclos creo que Buenos Aires tuvo un punto muy muy fuerte en determinado momento de la primera mitad del siglo pasado, fines del siglo XIX el Cuyo tuvo un momento fuertísimo ¿no? También hubo un momento increíble de La Habana, un momento increíble de México y creo que esa posta en los últimos 20, 30 años me animo a decir estuvo muy fuerte en mi ciudad. Tuve la suerte de vivirla en tiempo real de criarme en ese entorno ¿no? tuve la suerte de ir de chiquito a ver a Maslía yo iba con 15, 16 años a ver en los boliches, un boliche que había acá en la esquina de casa, se llamaba Utopía íbamos a ver a Maslíah, íbamos a ver al Príncipe, aparecía Cabrera, aparecía Mariana Ingold y era una cosa normal. Yo no me daba cuenta que tener a Jaime Ross viviendo acá en la vuelta es una locura.

A veces tengo la sensación de que ya estamos, que lo más importante de esto ya se dio y que ahora estamos viviendo de un impulso que arrancó antes pero después resulta que aparece una Sofía Viola, aparece un Facundo Balta, aparece una Camila Ferrari y vos decís bueno, esto sigue y que todavía la canción tiene mucho para dar

P: ¿Y de qué está hecha esa canción uruguaya, respecto de otras formas de concebir la canción como por ejemplo en Buenos Aires?

R: La canción de este Lado del Río de la Plata es un capítulo más de la canción de las Provincias Unidas que tiene un pie en la síncopa del candombe y en el acento de la música afro-brasilera. Somos un capítulo más de Yupanqui, de Charly García o de Spinetta, pero tenemos un acento que tiene que ver con Jobim, que tiene que ver con Djavan, que tiene que ver con Cartola o con Lupicinio Rodríguez; o sea, no es más ni menos que otro acento de nuestra posición geográfica y de nuestra historia. Esta es la única zona de todo el subcontinente que fue parte del imperio portugués y parte del imperio español parte de Argentina, parte de Brasil entonces nuestra música no es más que eso.


Daniel Drexler, de gira: fechas y lugares

Daniel Drexler, fragmentado. (Foto: Bruno Nogueira)

Bariloche
Jueves 3 de octubre a las 21.
Moma Multiespacio
Entradas: https://www.entradaweb.com.ar/evento/54b09e55/step/1

Villa La Angostura
Viernes 4 de octubre a las 21.
Casa de la Cultura
Entradas: https://www.entradaweb.com.ar/evento/de8b6801/step/1

San Martín de los Andes
Sábado 5 de octubre, a las 21.
Espacio Trama
Entradas: https://www.entradaweb.com.ar/evento/7790e30a/step/1

El Bolsón
Domingo 6 de octubre, a las 21.
Centro Cultural Galeano
Entradas: https://www.entradaweb.com.ar/evento/994ec097/step/1


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