Cuatro novedades y anticipos de buenos libros para estos días
Reír, conmoverse, verse reflejado, aprender. Los libros, las historías que cuentan los libros, nos llegan de distintas maneras. Las propuestas abarcan un enorme abanico: desde un libro que reflexiona sobre las nuevas costumbres alimenticias a la ganadora del premio Lumen, sobre una mujer nacida a pocos kilómetros de la radioactiva Chernóbil.
Como cada semana, aquí va una propuesta de cuatro lecturas. Desde el libro sobre las restricciones alimenticias que se autoimponen muchos, poniendo en riesgo la salud, a la historia ganadora del premio Lumen, «Luciérnaga», escrito por la poeta bielorrusa emigrada a la Argentina, que cuenta la historia de una mujer nacida en la radioactiva Chernóbil.
Mujer peor, de Ana Ojeda
Tres breves novelas en verso que entre el humor y el delirio desarman de modo formidable la sintaxis y se abren a un nuevo lenguaje político y poético. Ana Ojeda enardece en “Mujer peor”, editada por Random House, su asalto literario-feminista-anticapitalista anunciado ya en “Furor fulgor”.
En la primera de estas tres nouvelles, “Lograr los logros”, un trío de monjas busca reconvertir su convento, mancillado por una embarazosa irrupción nocturna, en un emprendimiento lucrativo; en “Urara”, una oficinista —harta de una multinacional— dinamita el rito pavote y bienintencionado de los deseos navideños, brindando a la muerte de su jefe; por último, en “Alcanfor”, una anciana vuelve milagrosamente del alzhéimer para descubrir un oscuro contubernio entre vecinos y sobrinos, que han aprovechado el impasse para despojarla del departamento en el que vive.
Con un linaje soberbio a sus espaldas, que enhebra sin mayores esfuerzos a Puig, Copi, Lamborghini, Gorodischer, Ana Ojeda va más allá: su operación es más desaforada, constante y extrema que la de sus célebres antecedentes.
Trabaja la tradición de la literatura argentina y da a luz a algo nuevo, extraordinariamente personal y, a la vez, capaz de traducir a los sueños y deseos de un colectivo. Al leerla, reflexionamos y nos descostillamos de risa en partes iguales. “Lo que Ana Ojeda está haciendo con el lenguaje en los sucesivos libros que va escribiendo es deslumbrante. No está escribiendo una obra; inventó una sintaxis. Es formidable”, dice Martín Kohan.
Ana Ojeda nació en Buenos Aires en 1979. Es escritora y editora. Se recibió de licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y publicó las novelas Modos de asedio (2007), Falso contacto (2012), No es lo que pensás (2015), Mosca blanca, mosca muerta (2017), Vikinga Bonsái (2019), Seda metamorfa (2021) y Furor fulgor (2022); los relatos de La invención de lo cotidiano (2013) y Necias y nercias (2017) y el volumen de microrrelatos (o poemitas en prosa) Motivos particulares (2013).
Luciérnaga, de Natalia Litvinova
Ganadora del premio Lumen 2024, “Luciérnaga”, la novela de Natalia Litvinova, poeta y escritora bielorrusa emigrada a la Argentina, llega los primeros días de septiembre a las librerías.
“No quería nacer en otoño en un país radiactivo. Pero el médico me sacó a través de un corte realizado con bisturí, y con los pies toqué la tragedia, mientras que con las manos intentaba aferrarme a las entrañas de mi madre.
“El tajo de mamá no cerró bien. Era demasiado largo y su organismo no tenía las vitaminas suficientes para curarse. Y aunque ya pasó mucho tiempo, cuando le cuento algo gracioso, al reír, se agarra de la panza como si fuera una granada a punto de estallar, y me dice: “Basta ya, me voy a descoser y se me van a salir las tripas”.
Así comienza esta historia que fue elegida por unanimidad por un jurado que calificó a la autora y a su primera novela como “una voz deslumbrante y conmovedora, con la difícil cualidad de la sencillez. […] Pasa del realismo a lo mítico con naturalidad y sabe recurrir al humor y la ironía para narrar una historia que todavía no habíamos leído. […] Una novela luminosa y radiactiva”.
La narradora de esta historia nace a pocos kilómetros de Chernóbil el mismo año que explota la central nuclear y crece en un país atravesado por la confusión, la miseria y el silencio. En la tierra de los “niños radiactivos”, las frutas monstruosas de la Zona, los cielos rojos y los hombres alcohólicos, enfermos o desorientados, las mujeres resisten haciendo de la cotidianeidad un refugio: la madre cuyo nacimiento no fue registrado para evitar la persecución de Stalin; la abuela secuestrada por los nazis que regresa al final de la guerra y, acusada de traición, debe trabajar recogiendo turba junto a sus amigas del pantano, como la joven enamorada de Mayakovski o la que pesca con sus trenzas. Desde la Buenos Aires a la que emigró con su familia, Natalia Litvinova rompe el silencio para reconstruir toda una estirpe en Luciérnaga, ganadora por unanimidad del Premio Lumen de novela.
Hija Ilustre, de Bernardita Olmedo
Una zona legendaria por la resistencia mapuche ensalza a conquistadores y colonos, una familia se arma por el empuje de las abuelas, una amistad se bifurca en la adolescencia, mientras una diva del cine se convierte en un referente difícil de superar. Así, entre el campo, la cordillera de Nahuelbuta y las calles del pueblo, una voz enigmática y llena de humor negro divaga sobre el amor filial, el egoísmo, la identidad, el racismo y el sentido de pertenencia.
“Hija ilustre”, de la chilena Bernardita Olmedo y editado por Pollera, es un álbum de estampas tan brumosas como luminosas: un recorrido entre laberintos y fantasmas para entender cómo el paso del tiempo dibuja nuevas capas, colores y resonancias.
Conocida por ser la creadora detrás de las viñetas de ‘Bruta’, su trabajo ha estado enfocado en mostrar con un lenguaje simple situaciones cotidianas reflexionando sobre los afectos, las identidades y los mandatos sociales. Con un marcado enfoque de género, la ilustradora ha acercado discusiones sobre los derechos de las mujeres, los estereotipos, las distintas maneras de construir familia, la maternidad, entre otros temas que ha abordado en sus dos libros de viñetas Señorita buena presencia (2019) y De preferencia, solterona (2021), ambos de editorial Lumen.
A diferencia de los anteriores, este libro de relatos breves fue editado por la editorial independiente La Pollera que lo incluyó dentro de colección Surcos del territorio, en la cual invitan a autores del interior de Chile a hablar sobre sus lugares de origen. Surcos del territorio es una colección de obras de no ficción que narran la experiencia de crecer en algún pueblo o ciudad de la provincia. Cada libro es una exploración por los intersticios de la infancia y, al mismo tiempo, una radiografía sentimental, histórica y política lejana a los constructos turísticos o gubernamentales.
¡Eso no se come!, de Mónica Katz y Valeria Sol Groisman
Las restricciones alimentarias pueden alejarnos de una vida plena. Es hora de replantearnos nuestra relación con la comida y de reencontrarnos con el placer en cada bocado, porque el alimento no debería ser motivo de conflicto sino una fuente de alegría y satisfacción para el cuerpo y el alma.
¿Azúcar? ¡No! ¿Leche? ¡No! ¿Salmón? ¡No! ¿Choclo en lata? ¡No! ¿Harinas? ¡No! ¿Endulzante? ¡No! ¿Verduras y frutas no orgánicas? ¡Eso no se come! La lista podría ser interminable, y con cada exclusión nos desviamos un poco más de la simple satisfacción de alimentar nuestro cuerpo.
En “¡Eso No se come!”, editado por Aguilar, Mónica Katz, médica nutricionista creadora del Método No Dieta, junto a la periodista y escritora Valeria Sol Groisman, analizan cómo las restricciones alimentarias, lejos de brindarnos bienestar, pueden transformarse en cadenas que nos separan de una vida plena y conectada.
En las redes sociales, la comida se convierte en espectáculo, en una pose cuidadosamente calculada para obtener likes y seguidores. La cámara come primero y el placer queda en segundo plano.
Mónica Katz. Es médica especialista en Nutrición, fundadora del Equipo de Trastornos Alimentarios del Hospital Municipal Dr. Carlos G. Durand; directora de la carrera de Médico Especialista en Nutrición con orientación en Obesidad y de cursos de posgrado en Nutrición de la Universidad Favaloro.
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