«Clipped», la escandalosa historia detrás del equipo de la NBA, los L.A. Clippers que recrea Star+
Esta es una historia real: la del escándalo que envolvió a los Clippers, equipo de Los Ángeles de la NBA, cuando se conocieron los audios racistas de su propietario, Donald Sterling, un magnate inmobiliario bravucón, errático, tacaño, despectivo, que se creía tan dueño del equipo como de sus jugadores. Todo esto ocurrió el 9 de abril de 2014 cuando se filtró uno de los tantos audios que su amante había grabado: “No traigas personas negras a mi juego (y mucho menos Magic Johnson)”. El hecho se convirtió en uno de los mayores escándalos de la NBA: Sterling terminó vendiendo el equipo y fue suspendido por vida de la NBA, pero sobre todo, marcó un punto de inflexión para que los jugadores sean conscientes de su poder para desafiar los sistemas de desigualdad.
Basada en el exitoso podcast “The Sterling Affairs” de “ESPN 30 por 30”, la miniserie de la que ya hay dos capítulos disponibles en Star+ (serán seis en total) no solo captura el espíritu de aquellos “condenados” Clippers, como se los llamaba porque no podían ganar nada, sino el de aquellos años, con actores que se lucen en sus papeles. Protagonizado por Ed O’Neill como Sterling; Cleopatra Coleman como su amante, V. Stiviano; Jacki Weaver como Rochelle “Shelley” Sterling, la esposa de Donald, y Laurence Fishburne como el coach, Doc Rivers, la serie bebe algo del espíritu de la primera “American Crime Story: el pueblo contra O.J. Simpson”. El caso Sterling lo amerita.
El famoso entrenador Doc Rivers llega a los LA Clippers en 2013. Con un equipo prometedor, parece tener el potencial para ganar su primer campeonato, excepto, claro, por Sterling, que sigue siendo considerado el peor de todos los dueños que hubo alguna vez de un equipo de la NBA. No sólo quería ahorrar pretendiendo que el propio entrenador vendara a sus jugadores, sino que irrumpía con su amante en el vestuario para presumir de ella, y, peor aún, menospreciaba a todos y se creía dueño no sólo del equipo sino de la vida de todos los que trabajaban ahí.
Uno de los grandes papeles de la serie es el de Coleman que encarna a V. Stiviano, la asistente personal de Sterling, una mujer compleja, ambiciosa, que soñaba con ser una Kardashian, que renegaba de su mixtura negra y mexicana, y que básicamente quería hacerse del control de los Clippers. Es ella la que graba todas las conversaciones con Sterling, aunque siempre negó haber filtrado sus comentarios.
El audio se hizo público durante los playoffs de la NBA de 2014, cuando los Clippers, en ascenso por primera vez en años, se enfrentaban a los Golden State Warriors. Después de que se conocieran, Rivers y los jugadores discutieron sobre qué hacer. Algunos querían boicotear el juego, otros realizar una protesta en la cancha. Finalmente decidieron jugar con sus camisetas dadas vuelta para ocultar el logo de los Clippers. Inmediatamente, otros jugadores de la NBA, se sumaron, incluido LeBron James, entonces jugador del Miami Heat. “No hay lugar para eso en nuestro juego”, dijo James el día después de que se filtrara la cinta. “No podemos permitirr eso de un jugador, nunca podemos permitirlo de un dueño, no podemos permitirlo de un fanático, y así sucesivamente. No importa si eres negro, blanco, hispano”. o cualquiera que sea el caso, no podemos tener eso como parte de nuestro juego”.
En “Clipped”, V. Stiviano es una suerte de antiheroína, que sirve de contrapunto a Shelley Sterling, la astuta y cautelosa esposa de Donald. En la vida real, Stiviano, que se convirtió en un imán para los flashes y las revistas por excentricidades como usar una visera que ocultara su rostro, patinar para los paparazzi y afirmar que algún día sería presidenta, era un estafadora difícil de enmarcar. Nacida María Vanessa Pérez, cambió su nombre a V. Stiviano en 2010 porque sintió que nunca fue “completamente aceptada por mi raza”.
En una grabación, Sterling se deleita al ver que ella no parece pertenecer a ni a los negros ni a los latinos. Mirado desde hoy, parece extraño que Stiviano no le reproche ninguno de esos comentarios a Sterling y, sin embargo, no es tan extraño como todo el escándalo estalló sobre lo que era esencialmente una relación extramatrimonial que carecía por completo de sexo. Cuando la conductora televisiva Barbara Walters le preguntó a Stiviano cuál era su relación con Sterling, en 2014, Stiviano se llamó a sí misma como “su conejo tonto”. Lo único que hacía era darle masajes en los pies a Sterling, que por entonces tenía 80 años.
“Clipped” funciona entonces como la recreación pero también como la memoria de un hecho hoy inconcebible que tiene apenas diez años.
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