Cuidar vs. obligar
“Obligar” es forzar al otro a hacer “algo” por miedo a un castigo o pena, algo que bajo su propia voluntad y libre albedrío tal vez no haría. Las consecuencias de ese acto de obediencia pueden ser molestas y hasta letales para quien obedece, y está en manos de quien “obliga” el limitar esa relación de dominio/ subordinación y beneficio/ riesgo considerando todos los actores y cada uno de ellos a nivel individual antes de reglar una nueva pauta social de obediencia.
La actual pandemia nos ha enfrentado a los argentinos con situaciones confusas de pérdidas transitorias de derechos individuales (como el de libre circulación) ponderados en relación a la efectividad de una cuarentena que terminó burlando su eficacia.
Pero cuando la “pérdida de derechos” que postula una nueva norma es permanente, como lo es el efecto sobre cada individuo de la inoculación “obligatoria” de una vacuna de controvertida prueba (Sputnik V), su reglamentación debería no sólo tener la aprobación del Congreso de la Nación, sino además suficiente prueba clínica de efectividad e inocuidad que respalde su uso. Los tiempos de prueba responsable de cualquier vacuna son largos, los protocolos de inocuidad demandan pasos que no pueden resumirse pocos meses.
Si el actual gobierno argentino dicta y aplica una vacunación “obligatoria” con “Sputnik V” (o cualquier otra) para los ciudadanos que se encuadren en los “grupos de riesgo”, en lugar de permitirle a cada argentino el decidir sobre su propia vida y optar por vacunarse o no, estará atentando en forma permanente y hasta letal contra los derechos cívicos más básicos de cada argentino.
De insistir en hacerlo debería entonces promulgarse antes la “Ley de Eutanasia” para otorgarle a cada uno de los nuestros el derecho que el Estado, ya no democrático, tácitamente se ha atribuido.
Karina Zerillo Cazzaro
DNI 21653863
Mar del Plata
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