Cuidar al personal de salud
Los preocupantes cierres temporales para la atención al público de cuatro importantes centros de salud en Río Negro y Neuquén pusieron el foco esta semana en uno de los temas más delicados en la pandemia en nuestro país: el contagio en el personal de salud, sobre todo en la primera línea de contención de la enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud, hasta el 10% del personal médico y trabajadores sanitarios (más de 200.000 personas) fueron afectados a nivel global, con casos extremos en España o ciudades de EE. UU. donde hasta el 20% de los casos positivos trabajaban en hospitales, consultorios y clínicas, situación que la OMS considera “alarmante” ya que “las medidas insuficientes de prevención y control de infecciones, la seguridad y salud en el trabajo, la salud mental y el apoyo psicosocial para los trabajadores de la salud resultan en altas tasas de absentismo y agotan uno de los recursos más necesarios para detener el brote”.
En Río Negro, hasta el jueves se habían contabilizado 81 trabajadores de la salud afectados, un 15,7% del total de los casos confirmados; mientras que en Neuquén hubo 13, un 7,18% del total
En nuestro país, según el Ministerio de Salud, cerca de un 10% de los casos de covid-19 son de personal sanitario: 2.506 personas entre médicos, enfermeras, kinesiólogos, instrumentadores, personal de maestranza y limpieza o administrativos. Hubo cuatro médicos y 9 trabajadores de salud entre los fallecidos. Así lo reconoció el secretario de Calidad en Salud de la Nación, Arnaldo Medina, al presentar el Plan de Cuidados de Trabajadores de la Salud para establecimientos nacionales, que se espera extender en breve a todas las provincias.
En Río Negro, hasta el jueves se habían contabilizado 81 trabajadores de la salud afectados, un 15,7% del total de los casos confirmados; mientras que en Neuquén hubo 13, un 7,18% del total. Hubo contagios en al menos cuatro instituciones privadas, dos en cada provincia, y también en hospitales públicos como los de Choele Choel, Roca y en Allen. Son sanatorios fuera de juego que merman la capacidad operativa del sistema sanitario en momentos de recrudecimiento de casos.
Las razones son básicamente tres: fuera de las instituciones, trabajadores que tuvieron contacto con un caso conocido entre un miembro de su familia; personal que dentro de los centros de salud entró en contacto con pacientes en salas que no están equipadas para casos con covid-19 y empleados que pasaron largos períodos en salas con casos activos de coronavirus con equipos de protección inadecuados e higiene no óptima.
Organizaciones gremiales y de profesionales del país alertaron sobre la preocupante situación en las zonas donde aumentan los casos y crece la demanda sobre el sistema de salud, que sufre por décadas de desidia y desinversión del Estado en todos sus niveles. Denuncian falta de insumos adecuados, precarización y bajos salarios que llevan a muchos trabajadores al pluriempleo en instituciones públicas y privadas, falta de capacitación sobre protocolos de seguridad y en el uso de los nuevos equipos de prevención y escasos testeos regulares. Además de los contagios, el personal se enfrenta a largos turnos de trabajo, fatiga, angustia y también situaciones de discriminación e incluso violencia dentro y fuera de las instituciones, lo que afecta no solo al personal sanitario, sino a sus familias.
Aunque los gobiernos aprovecharon la cuarentena para mejorar las capacidades del sistema de salud, queda mucho por hacer para proteger a quienes trabajan en él, cuando se acerca el pico máximo de la enfermedad. Entre ellas fomentar el empleo único y mejorar condiciones laborales, separar más estrictamente “áreas covid” y “no-covid” en guardias y consultorios, mejorar la aplicación de protocolos de bioseguridad y capacitación, otorgar rápidas licencias al personal con factores de riesgo o síntomas, proveer barbijos quirúrgicos y equipos de protección personal, reforzar prácticas de distanciamiento social y limpieza en los establecimientos y no descuidar el apoyo psicosocial al personal. Como señalan organizaciones del sector “la lucha contra el covid-19 debe ser integral. Si no protegemos a sus trabajadores no ganaremos la batalla contra la pandemia”.
Comentarios