Cuarentena «total»: ¿Y ese movimiento que vemos hoy?
"Todos guardados en casa. Seremos inflexibles con el que salga", dijo el presidente. Pero igual observamos trajín, un poco menguado claro. ¿Cómo se explica?
“Nadie puede moverse de su casa”. “Todos tienen que quedarse en su casa”. “El que no pueda explicar dónde va tendrá sanciones que el Código Penal prevé para quienes violan normas”. “Seremos Inflexibles”.
Palabras contundentes del mensaje presidencial de anoche -al anunciar la cuarentena total, preventiva y obligatoria- que no dejan dudas.
Las dudas en realidad comenzaron cuando Alberto Fernández habló de excepciones: comercios de cercanía, supermercados, ferreterías, gobiernos nacionales, provinciales y municipales, medios de comunicación, organizaciones partidarias, sanidad, fuerzas de seguridad, productores de alimentos, fármacos, petroleros, transportistas…
Luego se conocieron varias actividades más exceptuadas: veterinarias; personas que asistan a otras personas, comedores escolares, comunitarios y merenderos; industrias de limpieza, producción agropecuaria; lavandería; obra pública; transporte público urbano; recolección de residuos; servicios públicos básicos; estaciones de servicios, servicios postales…
Si nos preguntamos hoy por qué las calles no están desiertas, por qué vemos tránsito de vehículos constante (no el habitual, claro); en definitiva, por qué la gente no está guardada en sus casas, la respuesta está en los dos párrafos anteriores.
En primer lugar, las excepciones pueden dar lugar a interpretaciones laxas. Si la ferretería puede, la casa de repuestos de autos también; ¿productoras de alimentos? Una fábrica de pastas o una rotisería naturalmente se sentirían incluidas. “El negocio de cercanía”, podría ser cualquier negocio que satisfaga las necesidades básicas e inmediatas del ciudadano.
En segundo lugar, el comerciante necesita vender -vivir y dar empleo-. Y en la medida que interprete que está habilitado por la norma lo hará. Viene aquí la otra pregunta: ¿quién asiste a abrir el comercio? ¿Solo el dueño, o también los empleados (dependiendo de la complejidad del rubro)?
Habrá que esperar la letra chica o los anexos del decreto emitido anoche para responder estos dilemas.
El problema es que profesionales de la ciencia y la medicina nos vienen advirtiendo que sí o sí hay que quedarse en casa. No hay otro remedio si queremos ponerle freno al virus y no reproducir las dramáticas experiencias que vemos en Italia y España.
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