Crisis climática: la sequía se consolida y obliga a replantear el uso de los recursos en la región
No solo impacta sobre las temporadas turísticas de invierno, si no que genera incertidumbre sobre el faltante de agua para la generación de energía en el verano, y cómo se usará el agua para el riego en los valles.
La temporada invernal de este 2021 pasará a la historia como una de las más secas que se recuerden en todo el norte de la Patagonia. Las cantidades de nieve que se han acumulado sobre el final del mes de julio, que debería ser el pico de la temporada, están sensiblemente por debajo de los parámetros estacionales. Esta realidad no solo impacta sobre las temporadas turísticas de invierno, si no que abre la incertidumbre sobre el faltante de agua para la generación de energía en el verano, y cómo se usará el agua ante las necesidades de riego en la zona de los valles.
Los meteorólogos siempre explicamos que un solo evento por sí sólo no explica el cambio climático.
Pero en determinados casos la situación que lleva a esos eventos solo se puede explicar con un cambio en la circulación general asociada a ese cambio global de clima.
Por ejemplo, las temperaturas que rozaron los 50 °C en la Columbia Británica, Canadá, fueron el resultado de una situación que no se habría generado de no ser por algunas señales muy claras de cambio climático.
Algunos estudios recientes señalan que la circulación general que dio lugar a esa situación estuvo emparentada con las inundaciones que se vivieron en Alemania, y países vecinos.
En el caso de la falta de precipitaciones en el norte de la Patagonia ya no estamos hablando de un evento excepcional.
En la declaración de emergencia hídrica la AIC señala que ese déficit ya lleva 13 años.
Para poder explicar el clima de un lugar de latitudes medias como es el norte de la Patagonia necesitamos unas 3 décadas de datos sobre el estado del tiempo.
Aquí vemos que esta tendencia de falta de precipitaciones, sacando algunos eventos puntuales y muy aislados, más que tendencia se ha transformado en la nueva situación dominante del clima del lugar.
La explicación de este comportamiento del clima regional está emparentada fundamentalmente en un fortalecimiento del anticiclón del Pacífico que en los verano se está ubicando más cerca de la costa chilena, haciendo que los frentes que lleguen a la región en la mayoría de los casos se desplacen muy rápido y que los centros de baja presión queden relegados al sur de la Patagonia.
Y en esta temporada la realidad de falta de lluvias impacta a gran parte del país, aun cuando El Niño / La Niña está en fase neutral.
Las bajantes del Paraná son históricas, y de momento no hay previsiones que muestran un cambio.
Es más, La Niña podría reactivarse hacia fines de año con una nueva temporada de déficit de lluvias.
Y en el caso del norte de la Patagonia hay que entender que esta realidad pulsa por ser el nuevo escenario climático dominante.
Es momento de redefinir muchas actividades humanas y económicas, y el uso del agua en toda la región, no como algo de temporada, sino como algo permanente.
En el corto plazo, una temporada con tanta falta de lluvias puede facilitar los procesos que llevan a heladas radiativas en épocas de mayor sensibilidad en los valles, en medio de un duro presente económico.
El turismo deberá tener en cuenta que la realidad los enfrentará con mucha más frecuencia a estos escenarios.
El gobierno nacional debe tomar nota de estas realidades, y plantear políticas realistas para poder adaptar al país a la nueva realidad.
Las ciudades consumen cada vez más energía, pero esa energía debe ser obtenida de alguna forma.
Paralelamente, otros eventos como las olas de calor tienden a ser más frecuentes e intensas, incluso en el norte de la Patagonia.
* Meteorólogo. Actualmente dirige el sitio https://www.somoselclima.com/ . También realiza publicaciones en Instagram (@ecampetella) y en TikTok (@doctorclima). En Twitter: @ecampetella
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