Crecimiento e inflación, los retos de la economía 2021
El Gobierno apuesta a un rebote de más de 5 puntos en el PBI. La evolución del índice de precios dependerá de variables como el déficit, el dólar y la emisión monetaria.
El histórico derrumbe económico de la Argentina pandémica en 2020, con una situación de expansión generalizada del covid en todo el mundo, ofrece un horizonte complicado en el inicio de este 2021, con una recuperación parcial de la actividad económica, una inflación claramente más alta y un tipo de cambio que se empieza acelerar, reservas monetarias bajas y alta desocupación y pobreza.
Todo este manto de realidad que muestra la escena final de la economía en 2020 y en las primeras horas de 2021 implican desafíos mucho más empinados para el gobierno nacional, que en la primera parte del año se espera cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En primer término, consultores, economistas y hasta fuentes del gabinete económico prefieren expresar cierta cautela a la hora de hablar de la recuperación de la actividad para 2021.
En principio, el gobierno fijó en el Presupuesto una pauta de crecimiento del PBI del 5,5 por ciento, cifra que se considera cumplible siempre y cuando no haya que volver a cerrar actividades económicas producto de la nueva expansión del covid.
Con este panorama incierto que envuelve a todo el espectro económico del país, la cifra más real de recuperación del PBI, después de una caída cercana al 11 por ciento en 2020, se ubicaría en torno a una cifra que oscilaría entre los 4 y 5 puntos.
El segundo gran desafío del gabinete económico que conduce el ministro Martín Guzmán, es precisamente el talón de Aquiles estructural que padece la economía argentina desde hace décadas: la inflación.
Con un aumento del costo de vida que en 2020 finalizó alrededor del 36%, un número muy elevado teniendo en cuenta la recesión y el congelamiento de tarifas, la aceleración inflacionaria es una realidad.
De allí que las estimaciones de diversos consultores ubican a la inflación de 2021 con un piso del 40 al 45 por ciento, aunque algunos más pesimistas aseguran que el mínimo para este año es 50 por ciento.
Pero la evolución del costo de vida dependerá de lo que ocurra con la cotización del dólar, el déficit fiscal, la emisión monetaria y las negociaciones salariales por paritarias que se concreten en este año.
Precisamente, la decisión del Gobierno de realizar, el 15 de septiembre de este año y con los contundentes efectos de la pandemia, un súper cepo llevó a que la desconfianza se incrementara en forma sideral, lo que hizo que el dólar a mitad de octubre trepara a 195 pesos.
Con la decidida intervención del ministro Guzmán poniendo un freno a la avanzada del Miguel Pesce, titular del Banco Central, y algunas flexiblizaciones en el súper cepo le otorgaron al Gobierno un cierto respiro con el dólar desde mitad de abril casi hasta fin de año, cuando la divisa finalizó en alza a 166 pesos para la venta.
Un dato demoledor que no se puede dejar pasar por alto. El 30 de diciembre de 2019 el dólar paralelo cerró en 78 pesos a la venta y en cambio el último miércoles lo hizo en 166 pesos.
Esto da una magnitud clara del nivel de devaluación que tuvo el país en un año, más una pérdida de reservas monetarias que se ubicó en el año en una cifra de 5.300 millones de dólares.
De allí es que el panorama de la cotización del dólar presenta un horizonte preocupante, por lo menos, para el inicio de 2021, teniendo en cuenta que la demanda de pesos terminó hacia fines de diciembre y el ingreso de divisas por la cosecha este año será menor debido a la sequía y está por verse si la mejora de la cotización internacional de los granos logre compensar ese descenso en el rendimiento.
Con esta realidad de incertidumbre sobre la actividad, la inflación, el tipo de cambio y caída de las reservas, el gobierno profundizará hacia principios de febrero la negociación con el FMI, para lograr un acuerdo de facilidades extendidas que permita refinanciar los 44.000 millones de dólares tomados como endeudamiento por la gestión de Cambiemos.
Sin dudas que en estas discusiones el tema fiscal será uno de los excluyentes, y el Gobierno trató de avanzar fijando una pauta de déficit primario del 4,5 por ciento del PBI.
Sin embargo, se pone en duda que se pueda llegar a reducir el déficit primario de 2020, del orden del 7,5 por ciento del PBI, al 4,5% en 2021, por las presiones que habrá sobre el gasto público, especialmente desde que el sector más duro del kirchnerismo se impuso la idea de continuar con el congelamiento de tarifas de servicios públicos, lo que implica mayor gasto en este inicio de 2021.
Otro aspecto para tener en cuenta es que un menor rendimiento de la cosecha implicará un descenso en los saldos exportables y por ende, se presenta también inquietudes sobre el superávit de balanza comercial.
De hecho, en los últimos cuatro meses de 2020 el superávit comercial se fue reduciendo notablemente y empezó a quedar muy rezagado a los resultados positivos obtenidos en el mismo período de 2019.
El hecho de presentarse tantos interrogantes sobre la actividad económica, el tipo de cambio, la inflación y la evolución fiscal hace que la inversión también sea un desafío para este año, teniendo en cuenta que la misma cayó en 2020 un 19 por ciento promedio.
Semejante caída de la inversión catapultó una suba significativa del desempleo y la pobreza.
La desocupación se ubicó en torno al 12 por ciento finalizando 2020, pero se estima que en el primer trimestre de este año mostrará un incremento, a pesar de las duras medidas restrictivas aplicadas en el mercado laboral como la doble indemnización y la prohibición de despidos.
Igualmente hay que considerar que los salarios en el año pasado perdieron entre ocho y diez puntos con respecto a la inflación, lo que promovió que el consumo masivo se derrumbara en el año pasado en un nivel cercano a los dos dígitos.
Un desempleo creciente y un fuerte aumento que se dio en la informalidad en el trabajo hace que la pobreza en este comienzo del año se ubique en un nivel superior al 40 por ciento.
Pese a este panorama, en el Ministerio de Economía confían en una recuperación más sostenida, de la mano de la construcción, algunos rubros del agro y determinadas industrias. «Hay sectores que están mostrando una recuperación genuina y el panorama hacia 2021 va ser más positivo, más allá de la incertidumbre por la pandemia», concluyó una fuente de gobierno.
Datos
- 50%
- proyectan algunas consultoras que llegará la inflación en 2021. Las más optimistas prevén un 40%.
- 10,9%
- se desplomó la economía en 2020, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central.
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