Crearían polos comerciales en la periferia de Bariloche

En los populosos barrios altos de la ciudad la actividad comercial es mucho menor que en el centro.

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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El municipio tiene registradas en la actualidad un total de 4.840 empresas y comercios activos, de los cuales unos 3.500 están asentados en el centro de la ciudad, mientras que en los barrios del Alto –de alta densidad poblacional– la actividad tiene una actividad apenas simbólica. Con el fin de revertir este cuadro la Cámara de Comercio e Industria (CCI) presentó tiempo atrás una iniciativa para promover desde el Estado la conformación de polos comerciales en puntos periféricos, pero no tuvo eco municipal. La subsecretaría de Desarrollo Económico difundió un relevamiento estadístico según el cual el 73% de las habilitaciones comerciales están agrupadas en el centro, un 10% en la jurisdicción de cerro Otto, un 6% en el este de la ciudad, otro tanto en el oeste más alejado ( Lago Moreno) y un 4% en el cerro Catedral, que tiene actividad plena sólo tres meses por año. En cambio en la delegación Pampa de Huenuleo, si bien alberga desde hace poco un gran supermercado, no hay estaciones de servicio, bancos, ni cajero automático. Según el informe, en toda esa área tienen está el 1% de los comercios de Bariloche. El subsecretario de Desarrollo Económico, Jorge Temporetti, dijo que muchas inversiones de envergadura desisten de radicarse en la ciudad por las trabas que imponen las normas urbanísticas. “Los barrios crecieron mucho pero el Código Urbano no acompaña –opinó–. Una empresa pidió orientación para instalar una planta fraccionadora de gas envasado sobre una superficie de dos hectáreas, pero la norma sólo destina para ese uso la zona céntrica, lo cual es lo mismo que decirle ‘no venga’”. El responsable ejecutivo de la CCI, Claudio Cabaleiro, dijo que hace unos años plantearon al municipio –sin mayor respuesta– una iniciativa para facilitar y fomentar la creación de dos polos comerciales en el Oeste de la ciudad, uno en la zona de Ñireco, uno más en la calle Onelli “arriba” y otro sobre la ruta Juan Herman, en el corazón del Alto. “Lo que hacía falta era asegurar un sector con buena iluminación, veredas y cestos uniformes, limpieza y accesibilidad. Es algo que no tiene un costo importante y que el Estado debería hacer con el objeto de crear las condiciones para que los emprendimientos comerciales no fracasen”. En principio la idea era atarlo a la modernización de la calle Mitre y como los frentistas iban a pagar parcialmente la obra, se podía invertir ese dinero en el desarrollo de los centros comerciales alternativos.