Covid-19: cuestionan la vuelta a la presencialidad con una dosis en la administración pública de Río Negro
ATE sostuvo que no están dadas las condiciones sanitarias, el riesgo epidemiológico es alto y la mayoría de los ministerios no garantiza protocolos.
La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) cuestionó al Gobierno rionegrino de volver masivamente al trabajo presencial y consideró que esto es imposible sin contar con las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus y el cumplimiento estricto de todos los protocolos.
Esto quedó expuesto en la última reunión mantenida con la Función Pública, espacio en el que ATE expresó un lineamiento en concordancia con lo planteado a nivel nacional. Y es que si bien desde el Gobierno se tiene la intención de una vuelta total al trabajo presencial, para el gremio esto es imposible en las actuales condiciones sanitarias.
En este contexto también se planteó con gran preocupación la necesidad de avanzar en licencias especiales para trabajadores que han padecido covid y que con el transcurrir del tiempo presentan enfermedades post coronavirus que dificulta particularmente su desempeño.
“No podemos permitir que se juegue con la vida de los trabajadores y trabajadoras. Mientras las nuevas variantes siguen poniendo en alerta el sistema sanitario y el riesgo epidemiológico continua alto, es imposible pensar en la presencialidad sin contar, mínimamente, con las dos dosis de la vacuna, anticuerpos comprobables y protocolos estrictos. Un llamado masivo en este momento pondría en riesgo no sólo a los empleados públicos, sino también a los usuarios de los servicios estatales”, dijo Rodrigo Vicente secretario general de ATE Río Negro.
El sindicato indicó que debe considerarse la grave situación epidemiológica existente, y evitar poner en riesgo a los trabajadores y trabajadoras que no están inoculados con las dos dosis de la vacuna.
También señaló que actualmente se están garantizando plenamente las prestaciones del Estado y todos los servicios.
En ese sentido sostuvo que «es descabellada la idea de convocar a la presencialidad sin considerar la gravedad del contexto actual, donde, además, se sumarían decenas de miles de personas al transporte público todavía reservado para esenciales, aumentado de esta manera la preocupación por las nuevas cepas del virus y las consecuencias que podrían traer al sistema sanitario».
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