Cortes de ruta y restricciones generan una caída de reservas en Bariloche
Las medidas contra los contagios en Buenos Aires más los problemas de abastecimiento de combustible hacen caer las reservas en plena temporada baja.
Los anuncios del presidente Alberto Fernández vinculados a nuevas restricciones ante un disparo de los casos de Covid, sumados a los cortes de ruta en Neuquén y la falta de combustible en la región, generaron un combo explosivo que se tradujo en una caída estrepitosa de reservas turísticas en Bariloche y terminó de sepultar por completo las pocas expectativas para la temporada baja.
Muchos hoteleros coinciden en que el nivel de reservas para el mes de abril era bueno en el orden del 40 y 50% y daba continuidad a la excelente temporada estival y Semana Santa. Tras los anuncios de Fernández, comenzaron a llover los llamados con cancelaciones.
“Mucha gente pensó que las provincias iban a acatar las órdenes y que se iba a complicar la circulación. Les explicamos que acá solo rige una restricción horaria para circular pero como no hay una palabra única y una orden clara, la gente teme quedar varada de nuevo”, resumió Silvana Camelli, propietaria de un pequeño hotel en el centro de Bariloche.
La falta de abastecimiento de combustible y las largas esperas por los cortes de ruta profundizaron la caída de reservas. “Muchos ven además que Bariloche está estallado. Yo creo que hoy es el momento de hacer un corte y guardarnos un poco para llegar a julio. Estamos generando un gasto y viendo si te llega uno o dos pasajeros. Así no llegamos al invierno ni por asomo”, sostuvo la hotelera.
Aníbal Hernández, propietario de una hostería, relató que no solo registraron un parate de reservas para estos meses de baja temporada sino también para junio, julio y agosto. “Se paró todo de golpe. No notamos temor por los casos en Bariloche pero sí a las nuevas restricciones. Como nunca, hemos recibido gente del interior del país, como Chaco, Formosa, Entre Ríos, el interior de Santa Fe”, dijo.
Uno sabe cuándo cierran pero no cuando se vuelve a abrir. El año pasado se paralizó todo hasta el 4 diciembre”.
Claudio Roccatagliata, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica.
En los últimos meses, Bariloche recibió principalmente “turismo de cercanía”. Los empresarios del sector coinciden en que esto estuvo motivado en que la gente teme emprender viajes largos. “A muchos se les cortó la escapada a Chile y un viaje a Bariloche resulta una buena opción”, plantean. Pero los cortes de ruta con esperas extensas llevan a que muchos turistas cambien el destino. Muchos, aseguran, se volcaron a Mendoza.
Si a esto se suman las restricciones para el turismo estudiantil y de grupos, solo queda el turismo que llega a Bariloche vía aérea pero las restricciones del AMBA también incidieron.
Claudio Roccatagliata, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica de Bariloche, aseguró que “Bariloche ya asiste a un cierre de hecho de la actividad”. Consideró que “la combinación de los cortes de ruta, la falta de nafta y la pelea entre ciudad y provincia de Buenos Aires genera temor y pinta un panorama muy negro y peligroso”.
En relación a las recientes medidas anunciadas por la gobernadora Arabela Carreras, planteó: “Los cierres nunca son buenos porque uno sabe cuando cierran pero no cuando se vuelve a abrir. El año pasado, el 18 de marzo se paralizó todo hasta el 4 diciembre que estuvimos sin actividad”, dijo y agregó: “La gente viene muy golpeada como para forzar otro cierre. Y el problema no pasa por el turismo”.
Cierre
- 261 días
- permaneció restringido el acceso pleno de turistas a la ciudad de Bariloche durante el año pasado.
Belén García Bertone, presidenta de la Cámara de Turismo de Bariloche, reconoció la necesidad de tomar medidas para detener la curva de casos de Covid-19. “Mayo es un mes que no tracciona mucho turismo y claramente, los números sanitarios asustan. Pero cerrar las actividades formales con protocolos y factibles de controlar no es la solución porque la gente se vuelve a la clandestinidad. Va a buscar alojamiento informal. Lo mismo en gastronomía. Blindar las actividades formales no es la solución; sí controlarlas”, indicó.
Hernández consideró acertadas las medidas en Río Negro pero manifestó que “nadie controla”. “Las restricciones horarias no afectan al turismo porque en esta época, a las 10, todo están adentro. El mayor problema de los contagios está en la noche. Es tierra de nadie. Vuelvo de la hostería a la medianoche y anda la gente en la calle como si nada”, dijo.
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