Cortar la soga
“No es como los diarios dicen, hay cola en el crematorio; porque velorios no se puede, y en el hospital le pusieron una máscara de oxígeno y nos dijeron que si no respondía bien tenían que sacársela” contaba con la voz quebrada un muchacho, otrora alegre de no más de cuarenta, que habiendo perdido a su suegra de 53 años temía ahora por la vida de su esposa. “Le dije que pensara en los chicos, pero quiso acompañar al padre y ahora están los dos enfermos”; Lucas y Maia de ocho y cinco años esperan.
Esta escena se replica en cada barrio, cada ciudad y provincia; pintada en distintos tonos y acentos se unifica en una triste realidad que pudo evitarse. Para quienes nos esforzamos tempranamente por que los medios prestaran atención a “eso” que para algunos fuera “… un virus menos peligrosos que el Dengue”, por acercar datos, modelos, alertas, cada vida que suma en el conteo de argentinos muertos por covid-19 es una puñalada a la razón, al conocimiento, a la vida de todos y al futuro promisorio de Argentina.
Es hora de que la soga se corte en donde debe; la gente desde hace ya mucho naufraga a la deriva.
Karina Zerillo Cazzaro
DNI 21.653.863
Mar del Plata
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