Coronavirus: una red de apoyo para un personal de salud al límite

La sobrecarga de trabajo y situaciones estresantes por la pandemia agobian a quienes trabajan en hospitales y clínicas. Un grupo de profesionales elaboró una propuesta para asistirlos.

R. es un médico, cardiólogo, y forma parte de un equipo que hoy está “en la trinchera” de la atención a pacientes con coronavirus. Lleva ya seis meses de jornadas extenuantes, con sobrecarga de trabajo, incertidumbre y siempre atento a las medidas de prevención. En los últimos días, siente cada vez mayor malestar físico y mental tanto al comenzar como al terminar los ciclos de guardia. Su mayor temor es contagiarse y perjudicar a su familia, a la que ve solo de a ratos. Por su parte, A es enfermera en un hospital público. Se contagió en el trabajo, donde había falta de equipamiento y problemas para cumplir los cambiantes protocolos para atender una enfermedad desconocida. Ya recuperada, volvió al servicio y cuenta que se siente desprotegida, con estrés y angustia, a menudo desbordada por las situaciones que se viven en un sistema que funciona al límite de su capacidad desde hace varias semanas. Considera que a menudo la tarea de las enfermeras no es valorada como debiera, y también le preocupa cierto rechazo que siente afuera del hospital, cuando la gente se entera de que es personal de salud.

Situaciones como ésta se repiten en el país y en la región, donde muchos sistemas sanitarios están al borde del colapso: camas de terapias intensivas ocupadas en más del 90% y alas enteras de los hospitales y clínicas fueron destinadas solo a la atención de pacientes con coronavirus. La curva de contagios sigue hacia arriba, y aún no se sabe cuándo llegará el famoso pico de la enfermedad.

En medio de esta crítica situación, un grupo de profesionales de la medicina y la salud mental creó a fines de marzo una red de voluntarios llamada Comunidad de Cuidado Consciente, dedicada específicamente a atender en forma gratuita al personal de salud. Son más de 80 médicos clínicos, psicólogos, psiquiatras, intensivistas e infectólogos que ponen a disposición de quienes están en la primera línea de atención una serie de recursos de aplicación concisa y breve para ayudarlos a manejar el estrés y las situaciones complejas y límites que viven a diario.

Beatriz Moyano. presidenta de Capítulo de Investigacion en Psiquiatria de APSA

El grupo está coordinado por la médica especialista en psiquiatría María Beatriz Moyano y Miguel Ángel Castro, presidente honorario del capítulo de salud mental, actividad física y deporte de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). Ambos son instructores de Mindfulness (Atención Plena), una práctica que adaptó técnicas de meditación orientales a una medicina integrativa que se combina con las terapias habituales para tratar enfermedades físicas o trastornos psíquicos o mentales (ver aparte). A ellos se unió el infectólogo Tomás Orduna, que es parte del equipo de expertos que asesora al gobierno en el manejo de la pandemia. En poco tiempo creció una red que incluye a 80 profesionales en todo el país, incluyendo Río Negro y Neuquén, del área de salud mental, medicina y educación.

Debates dialogó con varios profesionales del equipo para conocer los principales problemas que enfrentan los profesionales y trabajadores del sector salud y las medidas que han implementado para ayudarlos.

Miguel Ángel Castro, psicoanalista y presidente honorario del Capítulo de Salud Mental, Actividad Física y Deporte de APSA.

Beatriz Moyano señala que tanto enfermeras, paramédicos, doctores y otros trabajadores de la salud llevan 6 meses con una enorme carga estrés que tiene múltiples fuentes.

“Al principio era la percepción de vivir bajo la amenaza constante del contagio, no solo de ellos, sino de llevar a sus familias un virus para el cual no hay tratamiento efectivo aún y es potencialmente letal”, señala. “Esto les significó autosepararse del resto de la población, estar hipervigilantes a las medidas de seguridad y en los casos de contagiarse estar obligados a separarse de sus familias, la única fuente de alivio y confort emocional en medio de la sobrecarga laboral a la que están sometidos”, explica la profesional.

No es un tratamiento psicológico, sino una intervención con profesionales con el objetivo de reducir el efecto nocivo de las condiciones de trabajo actuales y su impacto en el bienestar emocional.

En el interior de sus trabajos se enfrentan a la falta de medios y a jornadas agotadoras que se agravaron cuando parte de los compañeros se enfermaron e incluso fallecieron. “El uso mismo del equipo de protección es agobiante: cascos, monos, barbijos, antiparras que producen incomodidad, calor, e insumen tiempo y energía al cambiarse varias veces al día”, agrega Moyano. Muchas veces deben atender en forma múltiple a varios pacientes. Los que están graves en Terapia Intensiva tienen estancias prolongadas de entre 15 a 60 días. Estos pacientes están aislados de sus familias, y a menudo el personal de salud es el único contacto humano que tienen. Del otro lado deben además contener a las familias de los pacientes en los informes diarios y a menudo comunicar fallecimientos.

Patricia de Pedro, psiquiatra y una de las admisoras de Cuidado Consciente señala que “uno de los primeros indicios de crisis aparece en las transiciones. Muchos trabajadores de salud trabajan por bloques de días (x días de trabajo por x días de franco) y entonces aparece ansiedad o angustia cuando se termina el tiempo en casa y hay que volver al trabajo o al revés, cuando se termina la jornada laboral y hay que volver con la familia”, señala. “Muchos trabajadores de salud tienen como una doble lealtad: viven con culpa o angustia el abandonar a su compañeros en lo que ven casi como un frente de batalla, donde está permanentemente la carga de lo que hay que resolver, no quieren dejarlos. Sus familias son la gran contención, pero por otro lado también está el temor a llevarles el virus”. En estas transiciones es donde a menudo aparecen síntomas como gastritis, dolor de cabeza, alteraciones de sueño, falta de apetito, embotamiento o bloqueo emocional, entre otras, comenta de Pedro.

Ante este tipo de situaciones el equipo de Cuidado Consciente ofrece algunas alternativas, que, aclaran, no son terapia psicológica, sino que tienen un perfil más bien preventivo y de alivio ante las situaciones de extremo estrés o tensión. El objetivo es “acercarles calma, presencia, cuidados, y en sí recursos para aliviar situaciones de sufrimiento y ayudarlos a enfocarse en la tarea”, señala Moyano.

Las herramientas incluyen consejos profesionales sencillos y breves de autocuidado, y también un acceso guiado a aplicaciones, audios, videos cortos o links con prácticas de Mindfulness y compasión en varias áreas específicas: trauma, elaboración de duelo, síntomas de “burn out”, regulación emocional o cómo enfrentar el covid. Algunas, como el “Protocolo Calma” son parte de capacitaciones para personal de salud de los doctores Jorge Rodríguez Yañez y Julio Giorgini, médicos intensivistas del hospital Argerich. También un botiquín de autocuidado para profesionales, familiares y pacientes con covid-19 diseñado por Mariana Atwell, Patricia Kalfaian y Doménica Klinar.También María Noel Anchorena del área Mindfulness y Manuela O’Conell del Area de Terapia de Aceptación y Compromiso (Face Covid)

El contacto se realiza a través de un formulario sencillo disponible en la páginas de Cuidado Consciente en Facebook, Instagram o vía Gmail (cuidado.consciente.arg@gmail.com) el contacto, según la necesidad, con algunos de los voluntarios del equipo en forma virtual.

Una reunión por zoom de la red Comunidad Cuidado Consciente

Los profesionales aseguran que las prácticas e intervenciones son breves y han mostrado buenos resultados en generar “resiliencia frente al estrés y recursos muy valiosos que alivianan en forma considerable el sufrimiento”. Sin embargo, agregan que es compleja la llegada al personal de salud, que a menudo está con una “visión de túnel” en medio de la crisis sanitaria. “Muchos están agotados, lo único que quieren es llegar a casa, descansar lo poco que puede y distraerse jugando al Candy Crush más que meditando”, explica Moyano. También existe un tema cultural: “A los profesionales de salud nos cuesta mucho cuidarnos, hay un currículum oculto de servicio a toda costa, aun a costa de la propia salud, y un espíritu de cuerpo con los colegas a los que no se quiere abandonar”, explica Patricia de Pedro.

Por eso, destacan los testimonios de varios profesionales que ya han pasado por el programa y que mostraron notables mejorías en su relación con el complejo momento que les toca vivir en esta pandemia. (Ver aparte)

Carina Lascano, que ha trabajado desde Cuidados Conscientes con médicos de Jujuy, Buenos Aires y Córdoba, señala que “muchos vienen cumpliendo sus labores sobreadaptándose, exigiéndose física y emocionalmente, dentro y fuera de lo laboral. Ha sido gratificante acompañarlos y acercarles herramientas básicas, a veces tan sencillas como hacer un pausa y escuchar sus necesidades, e intentar satisfacerlas”.

Los problemas más comunes

Estos son algunas de las dificultades que los trabajadores de salud expresaron en sus entrevistas:

• Alteraciones del sueño y del apetito, irritabilidad.

Angustia, ansiedad, conducta de aislamiento, embotamiento o bloqueo emocional, pánico.

Disociación emocional para poder lidiar con todo, dificultades de concentración y memoria.

• Resentimiento y culpa, fatiga, rumiación mental sostenida.

Cefaleas, malestar intestinal, hipertensión arterial, tensión y dolores musculares.

• En los casos más graves, síndrome de “burn out” y sentimiento de querer dejar la medicina.

• Impotencia, autocrítica y sensación de culpa por haberse contagiado y no poder ayudar a su equipo de trabajo.

Temor de tener que lidiar con la condena social al ser las personas más expuestas al virus. Enojo ante situaciones de apertura de actividades y reuniones sociales que generan aumento de contagios.

La doctora Amalia Deltell , voluntaria del grupo señala que
“en mi experiencia con los consultantes, todos necesitan que se les remarque la necesidad de autopercibirse. Tanto los médicos de UTI que asisten a pacientes graves por covid, como el personal de Salud, están extenuados ( ésto no es novedad) y sólo quieren descansar. A los que no tuvieron un acercamiento a alguna práctica de mindfulness u otro tipo de meditación, sólo se les puede remarcar que es necesario que coman, aunque sea, una barra de chocolate y se hidraten; porque no perciben sus necesidades. El que tuvo experiencia en meditación, que la realice mientras se está bañando. A los demás miembros de Salud también hay que remarcarles lo mismo”.
“Estamos en un momento de muchas muertes y también es necesarios acompañarlos, al paciente y a los familiares. No en todos los lugares se pusieron en funcionamiento los protocolos de acompañamiento, de manera que, aunque sea, a través de un dispositivo que le acerque algún miembro del equipo de UTI, puedan escuchar la voz del familiar mientras se le sostiene la mano y se le trata de sacar el temor y llevarle calma”, agrega.


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