Convulsionado inicio de la nueva cobertura en farmacias del Ipross
Ayer fue el primer día con el nuevo régimen de medicamentos. Confundidos afiliados llegaban a las delegaciones frente a los rechazos de sus recetas. También concurrían para registrarse como “crónicos”. Di Tella, satisfecho en la primera jornada.
Los engorrosos pasos para renovar recetas por el Instituto Provincial del Seguro de Salud (Ipross) provocaron más de un dolor de cabeza a afiliados, farmacéuticos y empleados de las delegaciones en la jornada de ayer. La convulsión obedece a que ayer comenzó a regir , con pocos mecanismos aceitados, el nuevo programa de acceso a medicamentos que permite contener gastos a la obra social.
En las delegaciones se observó que los afiliados llegaban desde las farmacias con rechazos de las solicitudes dado de que las recetas confeccionadas por los médicos tratantes contenían especialidades medicinales que ya no forman parte del vademécum actualizado, y además, los responsables de las bocas de expendio se veían forzados a salir a buscar marcas alternativas para poder dispensar los remedios.
Asimismo, otro de los motivos que obligaba a los afiliados a pasar por las oficinas del Ipross es que algunos medicamentos no se vendían por contener drogas combinadas –que si bien están autorizadas– dentro del listado oficial se encuentra separadas, con lo cual los pacientes tenían que volver a pedir un turno médico para se le cambien las recetas, según se supo de los reclamos que recibían los agentes de la obra social provincial.
Algunos pacientes con síntomas de resfrío o gripes, de acuerdo a lo que contaron a este medio, optaron por apelar a su bolsillo y abonar sin los descuentos oficiales la compra de un “Actrón” ante la necesidad de disminuir efectos febriles, en virtud de que en las bocas de expendio se les exigía que el médico debía consignar el modo de dispensa y la cantidad de unidades a digerir durante un determinado lapso.
Por caso, los empleados de la obra social les comunicaban a los afiliados que “en las farmacias tienen que aprender a leer las recetas y no rechazarlas” tomando en cuenta que se trata de una transición hacia un nuevo sistema.
El apuntado programa representa un gran avance, porque actualiza el listado de medicamentos cubiertos por la obra social y modifica la forma de acceso a medicamentos en farmacias, permitiendo a los afiliados elegir las opciones de cobertura que mejor se ajusten a su economía.
También se puso a prueba el validador de recetas del instituto, que ahora autorizará directamente con su sistema informático en línea con las farmacias. Hasta ahora, esa autorización la concentraba el Colegio de Farmacéutico de Río Negro.
Actualmente, figuran unos 20 mil afiliados registrados como “crónicos”. Esa nómina no es suya entonces la obra social provincial dispuso un empadronamiento y, por eso, esos enfermos –mayormente– tienen que cumplir con ese trámite en las delegaciones si quieren mantener la actual cobertura.
El programa en marcha desde la víspera introduce la cobertura por un monto fijo, basado en garantizar el 50% y, según la elección del medicamento, la obra social puede cubrir un porcentaje mayor.
Salvo los subprogramas de cobertura 100%, el valor de reconocimiento por parte del Ipross será su valor fijo por medicamento, el cual, surgirá de promediar las marcas comerciales de cada genérico.
Di Tella satisfecho en la puesta en marcha
El presidente del Ipross, Claudio Di Tella, se mostró satisfecho con los primeros resultados pero reconoció que “siempre hay cosas para mejorar. Hubo desconocimiento por parte de algunos farmacéuticos”, dijo.
Agregó que esas dificultades “ya no son problemas nuestros sino del Colegio Farmacéutico que no transmitió (el instructivo) o alguien no quiso leer”. A su entender, el sistema informático “funcionó” a la vez que admitió que “los médicos, pacientes y farmacéuticos tendrán que ir adaptándose”. Calificó a los inconvenientes de “minúsculos”.
En cuanto a las quejas que le fueron transmitidas, reveló que tuvo que responder a un afiliado de Cipolletti porque tuvo que trasladarse tres veces al Policlínico, y lo obligaron a ir hasta la delegación a buscar un recetario. Di Tella explicó que el afiliado “no tendría que haberse presentado (en la delegación) porque no leyó la información o no la tuvo”.
Análisis: un ejercicio de paciencia
Por Adrián Pecollo
Este embrollado inicio era previsible.
El cambio es importante y, aún el largo trabajo previo, el Ipross no se tomó el tiempo suficiente en comunicarlo a sus afiliados.
La mayoría se enteró ayer cuando concurrió por sus medicamentos.
Entonces, la instrucción recayó en prestadores: los médicos y las farmacias. Actores ajenos a la autoría de la transformación, que impulsó la conducción de Claudio Di Tella.
Ellos, obviamente, no serán militantes de reformas que pretenden sacarlos de su histórico confort y, también, avanzar en su control.
Tampoco la jefatura del Ipross se ocupó de sumarlos estratégicamente.
Existe un vínculo institucional, pero hay malestar abajo. Cinco quincenas por cobrar suman las farmacias, tres vencidas y vienen desde mayo.
“Ahora, el problema es de ellos. Por qué preocuparme cuando aún nos deben mayo”, decía uno de ellos.
Los médicos, creando sus reglas, deben adecuarse al flamante esquema y, además, informar de sus “bondades” a sus afiliados. No será así.
Esta necesaria revisión descendió abruptamente. Avanzará, con ciertos ajustes. Hoy, se impone un estado en los afiliados: el ejercicio de paciencia y tolerancia.
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