Controversia por la confesión de un detenido
Fue el que ayudó a encontrar el cuerpo de la víctima.Un policía relató lo que hablaron esa noche.
NEUQUÉN (AN)- La confesión de uno de los detenidos fue el eje de la primera audiencia por el asesinato del comerciante Sergio Sánchez Sierra. El día que se descubrió el crimen, el aporte de este individuo resultó decisivo para encontrar el cadáver de la víctima según se pudo apreciar ayer en el juicio oral.
Sánchez Sierra, un vecino de Centenario que se dedicaba a la venta de ladrillos, fue asesinado a golpes el 7 de febrero pasado en Plottier. Ayer comenzó el juicio contra los acusados del crimen: Mónica Correa (34); José Luis Valenzuela (35); Julio Muñoz (30); Luis Muñoz (33) y César Meneses (22). También participó un menor, cuya situación se tramita en el fuero de menores.
El debate se realiza en la Cámara Primera con los jueces Luis Fernández, Mario Rodríguez Gómez y Carlos Sierra. Son fiscales Rómulo Patti y Alfredo Velasco Copello, el querellante es Lino Gutiérrez, y como defensores se desempeñan José Cartolano, Pedro Telleriarte, Carlos Lardit y Miguel Valero, todos oficiales.
El imputado Valenzuela fue el que señaló a la policía dónde estaba el cuerpo. Pero en la audiencia de ayer quedaron algunas dudas respecto de su confesión. El oficial ayudante Francisco Pincheira relató que la noche del 7 de febrero de 2007 concurrió a un sector del barrio Los Álamos porque un Chevrolet Monza con varios ocupantes había chocado contra un poste. Ninguno de ellos quería decir quién era el dueño, y por eso fueron demorados.
Al hacerles la requisa, descubrieron que tenían un celular del cual tampoco se hacían responsables, y los documentos y tarjeta verde del vehículo a nombre de Sánchez Sierra. Lo que Pincheira no supo explicar es a cuál de los detenidos le incautaron esos elementos, detalle que la defensa se ocupó de remarcar.
El oficial relató que momentos después, cuando todos estaban en el calabozo, un policía le dijo a uno de ellos al azar: «a vos te van a hacer cargo del muerto».
Pincheira dejó en claro que «es una frase común, una mala costumbre policial. Nosotros en ese momento no sabíamos que Sánchez Sierra estaba muerto, solamente investigábamos el presunto robo de un Monza y un celular».
Pero la frase «generó una reacción en los demorados» y uno de ellos, al que identificó como Valenzuela, pidió hablar con él.
Ante Pincheira relató que habían «golpeado a un hombre» y lo habían «tirado». El detenido aceptó guiar a los policías hacia el sector donde había ocurrido la agresión, pero por falta de medios (era de madrugada) no pudieron hallar nada. Al otro día el cadáver de Sánchez Sierra fue extraído de un desagüe. Lo habían matado a golpes, según relató en la audiencia el forense José Flores, luego envolvieron su cuerpo en una mediasombra, lo sumergieron y taparon con escombros.
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