Contra el presidencialismo
El vicepresidente Julio César Cobos se distanció de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al difundir una carta abierta en la que pedía "dejar atrás los agravios, la búsqueda de culpables, la intolerancia y esforzarnos entre todos para encontrar una solución". Por lo demás, subrayaba que el Congreso Nacional debería desempeñar un papel protagónico por tratarse del "lugar por excelencia de la expresión de la pluralidad y representatividad de una sociedad democrática", lo que es una forma de decir que sería mejor que el Poder Ejecutivo, o sea, los Kirchner, diera un paso al costado para que otros procuren solucionar una crisis que no ha sabido manejar. Si bien Cobos criticaba con severidad insólita la propensión del matrimonio gobernante a concentrar todo el poder en sus propias manos, la presidenta, claramente alarmada por los cacerolazos masivos del día anterior, vio en su propuesta una cuerda salvavidas, de ahí la decisión de permitir que el Congreso se ocupe de las retenciones a las exportaciones de soja. Aunque sólo se haya tratado de una movida táctica, ya que Cristina confía en que la mayoría peronista las ratifique de manera automática sin intentar modificarlas, sirvió para "descomprimir", acaso sólo pasajeramente, una situación explosiva. Por lo demás, fue una forma de reconocer, a regañadientes, que mantener marginado al Congreso podría resultarle muy peligroso.
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