Construcción sustentable: nueva oportunidad para sumarse en el Alto Valle
El “Ciclo participativo de construcción sustentable del Alto Valle” retoma sus encuentros. De qué se trata. Cómo podés inscribirte.
Por Gabriel Vaccaro,
del Equipo de Gestión del Ciclo participativo de construcción sustentable del Alto Valle
El “Ciclo participativo de construcción sustentable del Alto Valle”, inaugurado vía internet el diciembre pasado, retoma sus encuentros y la invitación a incorporarse a actores gubernamentales, técnicos y sociales de la región que aporten a la estrategia de sustentabilidad en edificaciones, en sus aspectos técnicos, económicos, sociales y ambientales.
Luego de un 2020 que encontró a los integrantes del Ciclo teletrabajando desde Allen, Río Negro, Neuquén, Córdoba, Mendoza, Buenos Aires y hasta otros países, avanza el 2021 la iniciativa del Municipio de Allen de convocar al diseño colectivo de edificios sustentables. La apuesta se inició con el planteo de un edificio público, pero el caudal de participación se incrementó y se suma la proyección y materialización de un modelo de vivienda patagónica sustentable.
Los encuentros se iniciaron cuando desde la Gestión Ambiental de la comuna de Allen se interesaron en los ciclos participativos que el Área de Tecnologías Sustentables del Instituto Nacional de Tecnología Industrial asistió técnica y metodológicamente en Córdoba y Mendoza. La idea de replicarlos localmente motivó a autoridades, investigadores e integrantes de muchos organismos nacionales y provinciales. La Universidad Nacional de Rio Negro, el INTA IPAF Alto Valle, el CONICET, el Colegio de Arquitectos de Rio Negro, escuelas técnicas, pymes y cooperativas de la región ya están imaginando la mejor manera de aprovechar las energías de la naturaleza y de incorporar materiales naturales locales a dos proyectos: un salón de usos múltiples municipal y un prototipo de vivienda familiar.
El desafío de interactuar entre una diversidad de personas, instituciones y disciplinas se incrementó en la virtualidad y requirió de herramientas metodológicas que propiciaron el diálogo de saberes y la planificación participativa. Grupos de whatsapp, documentos de redacción compartida, intercambios por teleconferencia, gráficas de tiempos y tareas, ponencias académicas subidas vía streaming o publicaciones de código abierto, son algunos de los recursos con los que la gestión de este intercambio intenta convertirse en un hecho coral.
La incorporación permanente de actores también está prevista desde el comienzo de la metodología, la hoja de ruta del ciclo plantea hitos que van quedando documentados y organiza el trabajo por delante surgido de acuerdos y compromisos que las instituciones van suscribiendo en convenios que dan marco y especifican las tareas futuras.
Bioarquitectura, arquitectura sustentable o construcción natural son algunas de las etiquetas que recibe el intento por promover nuevos patrones de consumo y producción sostenibles en la construcción del hábitat. Lejos de postularse como dogma, estas etiquetas confirman una tendencia heterodoxa que, para plasmarse, necesita del impulso de cambios en los estilos de vida, la transformación de procesos productivos y servicios, marcos regulatorios apropiados, planificación y educación focalizada. Cuando se toma dimensión de la cantidad de aspectos locales biofísicos y sociales a tener en cuenta para proyectar una edificación sostenible se entiende el “porqué” de una actuación transdisciplinaria: memorias climáticas, eventos geológicos, flora, fauna, matrices productivas actuales, prospectivas demográficas, etc.
La utilización de lana de oveja como aislante térmico o la producción de especies maderables son algunas alternativas investigadas por el INTA y el INTI en zonas patagónicas.
Gabriel Vaccaro, Equipo de Gestión en Alto Valle
El desarrollo de los proyectos arquitectónicos, y su materialización, se plantean como hechos colectivos, la apuesta será explicitar los criterios y reflexiones que los inspiraron y divulgar su existencia mediante visitas guiadas, audiovisuales y documentos de libre descarga (conferencias, memorias descriptivas, planos, detalles de cálculos).
El año lectivo recién comienza, la inclusión de la construcción natural en la agenda pública va ocupando los calendarios de funcionarios, docentes, estudiantes y laboratorios. Queda por delante el estudio y la divulgación de Reglamentos Nacionales como el flamante CIRSOC 601, que desde 2016 detalla el uso de la madera como elemento estructural. También será una oportunidad para el relevamiento, caracterización y ensayo de materiales locales que pudieran ser considerados en futuros códigos de edificación urbana, como las fibras vegetales nativas o los áridos presentes en el suelo de la zona.
El uso de materiales naturales no solo minimiza la emisión de gases de efecto invernadero sino que captura carbono atmosférico para convertirlo en maderas o fibras vegetales. La utilización de lana de oveja como aislante térmico o la producción de especies maderables son algunas alternativas investigadas por el INTA y el INTI en zonas patagónicas. En un contexto de cambio climático, con la adopción de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y sus Objetivos del Desarrollo Sostenible, el “Ciclo participativo de construcción sustentable del Alto Valle” intenta abonar buenas prácticas ambientales con información, sensibilización y ejemplos palpables en temas de sostenibilidad que pueda impulsar la demanda hacia productos y servicios con menores impactos ambientales, y un estímulo a sectores productivos que ofrezca bienes y servicios, que mejoren la calidad de vida de sectores vulnerables.
El dato de contexto del déficit habitacional nacional, que en Argentina ronda las 3,5 millones de viviendas, da lugar a la promoción de la construcción natural que pudiera aportar soluciones de costos, a la vez que proyecta el surgimiento de empleos en torno a unidades productivas necesarias para la fabricación de entramados livianos de madera, aislaciones térmicas y acústicas, revoques premezclados o cuadrillas de montaje de obra.
La inspiración de este ciclo también proviene de asumir la existencia de la informalidad en realidades muchas veces invisibilizadas, por ejemplo: la autoconstrucción de viviendas se estima en un 60%, en muchos casos materializadas por personas que desconocen sobre cálculo de materiales y estructuras, estas prácticas pueden ser causales de accidentes, patologías o costos innecesarios. Este déficit en la mensura sucede tanto en la construcción con materiales industriales, como en las construcciones con madera, fibra vegetal y tierra.
La participación de referentes nacionales y regionales orienta a la propuesta del ciclo hacia una técnica constructiva denominada “quincha”, considerada mixta por utilizar más de un material. Con antecedentes territoriales respaldados en normativas municipales, provinciales e internacionales, el término quincha proviene del quechua, significa cañizo, seto o barrera, y refiere a cerramientos basados en el uso de madera, caña, fibras vegetales y tierra. Esta diversidad de elementos y proporciones dio origen a distintas quinchas americanas con muchas variantes, dependiendo de la región y los materiales disponibles.
La premisa es dejar disponible un documento de libre descarga con el proyecto estructural y térmicamente dimensionado, calculado, medido y ensayado, para que pueda ser replicado o considerado como antecedente por profesionales de los Colegios de Arquitectos de Neuquén y Río Negro, que también son impulsores del ciclo.
Cómo participar
Luego de la reunión celebrada en diciembre, disponible en el canal del municipio https://www.youtube.com/municipalidaddeallen el Ciclo retoma las actividades en el 2021. La invitación a sumarse, aprender y trabajar, sigue abierta. Para comunicarte con el “Ciclo de Participativo de Construcción Sustentable del Alto Valle” podés escribir al correo cicloaltovalle@gmail.com y te invitarán a las próximas reuniones.
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