Consenso político para reducir el número de miembros del TSJ
Los bloques legislativos neuquinos están de acuerdo en incluir el tema en la agenda.Ya hay una propuesta para bajar a tres los vocales, previa reforma constitucional.
NEUQUEN (AN)- Entre los políticos neuquinos existe consenso para reducir el número de miembros del Tribunal Superior de Justicia, y los que no avalan directamente el achique están de acuerdo en que la discusión por lo menos debe instalarse. El debate nacional sobre la Corte Suprema de Justicia empuja los ánimos. En lo inmediato, se traducirá a nivel local en la selección de los reemplazantes de los vocales que renunciaron para jubilarse.
La reducción de vocales de cinco a tres, previa reforma de la Constitución provincial, no debería ser traumática. Además, hace menos de dos años la Legislatura aprobó la ley 2.239, que en su artículo 35 faculta al TSJ a funcionar en dos salas de tres miembros cada una. Esa ley nunca fue reglamentada ni se la aplicó.
«Hemos conversado sobre la necesidad de reducir todos los cuerpos colegiados. Cuando se debata la reforma constitucional, el número de miembros del Tribunal Superior estará en la agenda», dijo el diputado emepenista Osvaldo Ferreyra. Su colega de la Alianza, Raúl Radonich, también consideró saludable que ese punto se incorpore a la discusión, y lo mismo dijeron Aldo Duzdevich (peronismo) y Carlos Moraña (ARI) cuando fueron consultados por «Río Negro».
Todos hicieron referencia al debate nacional sobre la Corte Suprema como uno de los motores de la discusión a nivel provincial.
A los integrantes de la justicia neuquina les provoca profunda irritación que los comparen con la Corte Suprema. Cuando evalúan la situación en otras provincias o en la Nación, consideran que están por encima de la media en la jerarquía de sus magistrados y su independencia respecto del poder político. Por eso les molesta que la lluvia del desprestigio los moje a todos sin distinciones.
Pero el debate avanza. El primero en proponer que el TSJ pase a tener tres miembros en vez de los cinco actuales fue el abogado peronista Oscar Parrilli, hace menos de quince días. Lo fundamentó con argumentos políticos, jurídicos y económicos. Pareció una voz destinada a perderse en el desierto, llevada por el viento de otras urgencias. Sin embargo, 48 horas después tuvo un inesperado respaldo: el primer cacerolazo contra la Corte Suprema porque había avalado el candado en los depósitos.
Después vino la salida de Adolfo Rodríguez Saá de la presidencia, la asunción de Eduardo Duhalde, y el tema de la Corte quedó agendado si bien no como prioridad, entre los necesarios a resolver.
Mientras tanto en Neuquén, el Poder Judicial también se movía: en apenas una quincena se fueron tres de los cinco vocales del TSJ, empujados por una extraña mezcla de argumentos que iban desde razones de salud hasta apuros por obtener un beneficio jubilatorio antes de que cambiaran las reglas de juego.
Con la misma celeridad, el gobernador Jorge Sobisch envió la primera terna para cubrir una de las vacantes con un número puesto: Juan Horacio Angiorama, quien fue su abogado personal y lo acompañó como fiscal de Estado en la anterior gestión.
La combinación de ambos hechos fertilizó el terreno para el debate. «Si la Corte Suprema quedó sumergida en el desprestigio porque estaba subordinada al poder político, no podemos repetir ese error aquí. Es fundamental mantener la independencia del poder judicial», planteó Radonich. En similares términos se pronunciaron Duzdevich y Moraña (ver aparte).
Así, lejos de marchitarse en el desierto la propuesta de Parrilli se nutrió e hizo más fuerte. «Ojalá que se genere esta discusión», dijo el autor del proyecto a este diario. «Tenemos la oportunidad de debatir qué perfil de Tribunal Superior queremos».
Agregó que reducir a tres el número de miembros del Tribunal «no afectaría para nada su funcionamiento, tiene una estructura de relatores que permitiría contener los expedientes que lleguen y no habría un desborde».
La propuesta que Parrilli hizo llegar a todos los bloques legislativos tiene tres fundamentos: el TSJ ya no funciona como Cámara de Apelaciones, lo cual sucedía cuando los constituyentes de 1957 dispusieron la integración de cinco miembros (ver aparte); es necesario racionalizar el gasto en los organismos del Estado; y se evitaría el «juego de presiones de los partidos políticos para ubicar un vocal afín, a través de negociaciones generalmente rechazadas como mecanismo de selección idónea y justa».
El diputado Ferreyra admitió que en el bloque oficialista hubo conversaciones sobre «la necesidad de reducir todos los cuerpos colegiados (Legislatura, Concejos Deliberantes)», y aunque no se analizó puntualmente el caso del TSJ, dijo que «será motivos de análisis en su momento».
Radonich también estuvo de acuerdo en que ese punto se incorpore a la discusión de una eventual reforma constitucional. Aldo Duzdevich, en tanto, indicó que «es uno de los temas a debatir aunque no sé si este es el momento de hacerlo».
Moraña, en tanto, expresó que compartía la propuesta de achique.
«Por la renuncia de tres de los cinco vocales estamos ante una oportunidad, podemos empezar de cero y tenemos que aprovecharlo», dijo.
Guillermo Berto
gberto@rionegro.com.ar
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