Llegó el otoño y estas fotos de San Martín de los Andes te invitan a lo que se viene

Caminatas para hacer en familia y salidas en bicicleta para disfrutar en la ciudad neuquina a orillas del lago Lácar antes de que llegue el frío.

Redacción

Por Redacción

San Marín de los Andes, de a poco se comenzará a vestir con su gran color porque el otoño es, quizás, la temporada más placentera que tienen los paisajes patagónicos. La naturaleza se enciende con los tonos ocre, amarillos y anaranjados que tiñen la cordillera, que se reflejan en lagos y ríos. El calor da tregua de a poco, el frío todavía no asoma y las jornadas se pueden disfrutar bajo luz ambarina de esta temporada que hoy comienza.

La estepa y sus ciervos.

El otoño en la Patagonia es un tiempo muy especial, delicado. Puede gustarte más, o menos, o nada, pero jamás pasará sin hacerte detener un momento a contemplar algunos de sus colores y aromas, de sus reflejos en los cristales de los lagos, de sus atardeceres mansos.

Cardos al atardecer.

Una de las mejores maneras de disfrutar de estas tonalidades es poniéndose en movimiento y aprovechar para caminar por los circuitos, andar en bici entre árboles centenarios del bosque andino patagónico, actividades que, no requieren experiencia ni gran estado físico.

El cuadro perfecto.

Una caminata, suave, es el trekking en la laguna Rosales, que queda a siete kilómetros del centro. La senda se inicia en el barrio Caleuche. Se trata de un trekking ameno, de baja dificultad y familiar.

A trotar en un entorno de película.

Para aquellos que les guste pedalear, pero no tanto, hay una nueva alternativa: las bicicletas de montaña eléctricas. Los prestadores proponen varios recorridos alrededor del pueblo y más allá. Se trata de bicicletas con un motor eléctrico y batería, con diferentes niveles de asistencia.

El bosque, como un cuadro.

Una pedaleada clásica, que lleva medio día en las inmediaciones de San Martín, es la que sube al mirador Bandurrias, por el “Camino de la pantalla” como se conoce a este sendero. Son cinco kilómetros cuesta arriba, por un sendero inmerso en el monte nativo, repleto de cipreses, radales, robles y coihues, dentro de la comunidad mapuche Curruhinca

En los bosques y en los hogares es el tiempo de cosechas de moras, manzanas, tal vez membrillos, y cuando ya sus hojas pierden algo de vigor, hay que estar atentos a los hongos de pino, que, con las llegadas de las lloviznas y heladas matinales, tiñen al bosque de misterios y magia.

El arroyo y los tonos de otoño.

Si bien hoy comienza el otoño, habrá que esperar porque entrado abril, y hasta fines de junio, es cuando los ocres, los anaranjados, los rojos, los fucsias, todos los follajes comienzan su pavoneo otoñal, primero las lengas y raulíes, luego los ñires, y así hasta los robles pellín, cada uno en su punto justo.

Paleta de colores.
La costanera del Lácar.

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