Con fotos satelitales, desarrollan alerta sobre la vegetación que aumenta la productividad

Lo desarrollaron científicos del INTA y el Conicet en Bariloche. Ayuda a los productores y en áreas protegidas para tomar mejores decisiones.

Investigadores de la Estación Experimental del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Bariloche desarrollaron un sistema de monitoreo y alerta temprano de cambios en la vegetación, a través de imágenes satelitales. 

El nuevo sistema tiene beneficios para productores y la sociedad en general. Es una herramienta que permite conocer el impacto de la variabilidad de la lluvia, la temperatura, la nieve y los incendios en bosques, estepa o pastizales, durante los últimos 20 años.

“Desde hace varios años, trabajamos en el desarrollo de un software que hace un análisis del índice de vegetación, muestra la productividad de un campo y cuán activa es la vegetación en un momento dado”, precisó a RIO NEGRO  el ingeniero agrónomo Marcos Easdale, investigador del INTA y Conicet.

La información aportada por el nuevo sistema permite tomar decisiones a futuro. Se hace en base al análisis de imágenes de la agencia espacial de los Estados Unidos, la NASA, desde el año 2000 hasta la actualidad. Esa información se actualiza cada 16 días. “Cada píxel de una imagen –detalló Easdale- abarca 6,25 hectáreas. Esto nos permite monitorear toda Patagonia Norte, cada 6,25 hectáreas, cada 16 días”. El desafío de avanzar en el estudio de los cambios en la vegetación comenzó en 2014.

“Las herramientas satelitales se usan para cartografiar. Son fotografías muy buenas de un momento dado pero falta información: ¿cómo conocer los impactos que sufrió un campo y hacia dónde va la producción? Con esa idea, empezamos a trabajar con Octavio Bruzzone”, relató Easdale.

En el marco del problema del cambio climático, en Argentina hay poca experiencia en el uso de análisis de series temporales aplicadas sobre imágenes satelitales. A modo de prueba, en los últimos años, los trabajadores del organismo gubernamental evaluaron pastizales en estancias para estimar el alimento para los animales.

Easdale recordó que años atrás los dueños de un campo tenían la intención de aumentar la cantidad de animales.  “En un caso, tenían la mitad de los animales que en el 2006 por la sequía y el volcán. Fueron recuperando poco a poco el pastizal y querían tener más animales. Pero el sistema nos marcó que esa recuperación se estaba frenando y no iban a llegar al mismo punto que en el 2006. Nuestra sugerencia fue no meter más animales”, precisó.

El paso del tiempo demostró que efectivamente la productividad no continuó en crecimiento sino que se mantuvo. “Es difícil decirle a un productor que no le conviene aumentar la cantidad de animales. Pero es peor que los animales que ya tienen se mueran”, sentenció.

El servicio del INTA tiene un costo para grandes estancias, pero también están previstos convenios con pequeños productores e instituciones. “El sistema ya está funcionando y el análisis lo hacemos desde el origen hasta la interpretación de la información”, dijo.

El equipo del INTA obtuvo financiamiento del Consejo Federal para Ciencia y Técnica (COFECyT) para analizar algunos campos ganaderos en la provincia de Neuquén.


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