Con el colapso diario de la Ruta 65 no hay vías rápidas en el Alto Valle

No hay eufemismos en el apodo del camino provincial 65: ruta chica. La define de punta a punta y a eso se le puede agregar que es angosta, que hace tiempo no tiene mejoras de consideración y una extensa lista de accidentes viales. Pero así y todo los conductores regionales prefieren circular por esa vía para evitar la Ruta 22.

Muchos conductores que circulan diariamente entre la calzada que une Roca con Cipolletti, la eligen por sobre la ruta nacional. En este contexto, con la 22 lenta por las obras y la 65 por la superpoblación de autos, en horario pico no hay vías rápidas en el Alto Valle.

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La ventaja la saca la ruta chica en horario no pico donde la circulación tiene cierto ritmo que la Ruta 22 que a toda hora mantiene su paso cansino y lento, al ritmo de las obras inconclusas por parte de Vialidad Nacional.

Tanto es así que la mayoría eligen circular por un camino que no está en buenas condiciones, que tiene poco margen de maniobre de sobrepaso y muchos reductores de velocidad.

Esta situación se agravó la semana pasada con el temporal de agua que plegó de pozos los desvíos de ripio que hay sobre las construcciones de los murallones. Entre Allen y Cipolletti hay tres obras que transforman en un embudo.

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Incluso, está situación, obligó a la empresa Ko:Ko a desviar el servicio que circula por 22 entre estas ciudades. Como muchos conductores, optó por la ruta 65. La semana pasada la firma desvió su trayecto a la altura de Isla Jordán para retomar luego de pasar por la ciudad allense. Vialidad Nacional tomó nota del reclamo y mejoró los caminos de ripio, el lunes KoKo retomó su habitual recorrido. Esta situación obligó a una mayor demanda en el recorrido por la ruta provincial generando caos en ambos caminos. Esta semana la circulación mejoró pero el tramo entre Allen y Cipolletti es muy lento. Un conductor puede tardar hasta 25 minutos en los 6 km que separa Cipolletti de Fernández Oro.

La principal complicación en la 65 es la cantidad de ingresos que hay en ese tramo. Entre dársenas para ingresar a las ciudades y los cruces hacia la 22 la convierten en un camino peligroso.

Históricamente sus cruces y lo angosta de la calzada han sido terreno de muchos accidentes. Sin ir más lejos en la madrugada del martes hubo un fuerte choque entre dos vehículos a la altura de Puente 83 (notifoto).

La semana pasada también hubo un accidente de tránsito a la altura de Allen que involucró una moto y un camión de la empresa Ko:Ko.

Ruta 22, tan lenta como el avance de las obras

La mejora sobre los desvíos de ripio en los sectores de obras de la Ruta 22, no ayudaron a descomprimir el tránsito cada vez más tedioso para quienes circulan por la región. Ya no hay pozos gigantes con agua, debajo de los murallones que se levantan entre Allen y Cipolletti, pero el tránsito sigue siendo lento.

En horario no pico, por ejemplo a las 11 de la mañana, circular entre esas ciudades puede demandar hasta una hora, los separan apenas 20 kilómetros.

Las obras volvieron a reanudarse luego de casi un mes sin movimientos. La semana pasada los inmensos pozos mostraron la peor versión de la 22 que hace décadas están en constante construcción y nunca finaliza.

Paciencia: los tramos tediosos del Alto Valle

Oro-Cipolletti: por ruta chica en horario pico es el tramo más lento. En los cruces avanza a paso de hombre y puede demorar hasta 30 minutos.

22, muy lenta: tiene una demora constante entre Allen y Cipolletti.

Dato

Violento choque en Puente 83