Comprar un remedio ya no será igual para los 155.000 afiliados al Ipross

La obra social presentó los cambios que implementará desde el 1 de octubre para la provisión de medicamentos. Habrá que elegir el producto y esa decisión implicará el porcentaje de cobertura. Los prestadores ya no manejarán las auditorías.

La obra social rionegrina aplicará -desde octubre- un nuevo esquema de cobertura de medicamentos y, también, de controles de las prestaciones.

Este año, el Ipross destinará unos 600 millones anuales por la cobertura medicinal de sus 155 mil afiliados.

Un objetivo de la reforma -según las autoridades del organismo- está en la obtención de “mayor previsibilidad” en el costo de esas prestaciones.

Ayer se presentó la nueva modalidad en el Salón Gris de Casa de Gobierno.

La explicación correspondió al presidente del Ipross, Claudio Di Tella, acompañado por el gobernador Alberto Weretilneck y el vicegobernador Pedro Pesatti. Esta reformulación prestacional exigió otro convenio con el Colegio provincial de Farmacéuticos.

En su lanzamiento, Di Tella consideró que el “programa representa un gran avance, pues actualiza el listado de medicamentos cubiertos” y “modifica la forma de acceso en farmacias, permitiendo a los afiliados elegir las opciones de cobertura que mejor se ajusten a su economía”.

Precisó que el actual convenio es prestacional, y el nuevo es por monto fijo.

“Cada medicamento, por su principio activo, tendrá un valor fijo que se modifica cada cuatro meses. El afiliado podrá optar por las distintas marcas y cuanto más barato, mayor el porcentaje de bonificación, siempre teniendo en cuenta que el 50% es lo mínimo que se cubre”, resaltó Di Tella.

También ponderó la simplificación de las recetas. “Ya no se expenderán recetarios, sino que se hará a través del RP con datos del afiliado, y el nombre del genérico”.

Crónicos

Puso atención además en la cobertura del paciente crónico, afirmando que deberán reempadronarse y permitirá a la obra social analizar “nuevas políticas sanitarias con respecto a la situación actual y empezar a planificar otros programas”.

Actualmente, el Ipross no dispone información de sus afiliados crónicos.

Otra modificación que Di Tella puntualizó fue que el organismo asumirá el “sistema de validación, que es el control. Antes lo tenía el Colegio y ahora será propiedad del Ipross”, remarcó.

Las auditorías de las prestaciones también corresponden actualmente a la entidad de las farmacias.

La modificación prevé que la obra social asuma esa fiscalización final de las facturaciones y, para eso, el presidente aseguró que ya se está conformando un equipo de auditores.

En el acto, Di Tella avanzó en el sostenimiento de “cinco subprogramas” y, con “el nuevo sistema informático de validación, se dispondrá de un registro de afiliados con sus coberturas de acuerdo a cada situación de salud o línea de cuidado”.

Además, enumeró que se establece una “cobertura anual en todo lo de anticoncepción. Generalmente se cubre una caja por mes, pero la caja tiene 28 comprimidos y la persona está obligada a comprar dos por mes”.

La transformación en la cobertura será importante, con muchos partícipes y, consecuentemente, con diferentes reacciones.

Algunos interrogantes.

¿El afiliado querrá o podrá modificar su actitud de solicitar su medicamento habitual (posiblemente, más caro) para optar por otro de menor precio y, posiblemente, de mayor cobertura?

Di Tella afirma que será “un cambio cultural”, otorga mucho peso a la cuestión económica por la baja que puede generar otro producto más barato y mayor cobertura. “El afiliado puede regular su propio bolsillo”, remarcó ayer. También destacó que, en todo caso, la cobertura estará garantizada en el 50%, como ahora.

Los farmacéuticos advierten sobre sus limitaciones, considerando que el Ipross puede plantear un amplio espectro de medicamentos, pero ellos no siempre disponen de todos.

Así, la posibilidad de elección se reduce.

Otro punto. El lógico riesgo de desfasaje de los montos fijos con los de mercado se potencia con el presente estado inflacionario.

Las permanentes subas de los medicamentos podrá descalzar rápidamente a los valores fijados por el Ipross, recordando que la diferencia será abonada por el afiliado.

La actualización de la nómina de la obra social está prevista, pero será cada cuatro meses. Un plazo largo para esta realidad argentina. La resolución dice que “el monto fijo será actualizado en forma cuatrimestral o en un plazo menor, ante situaciones de emergencia económicas imprevistas”.

La secretaria de Planificación Estratégica del Ipross, Julieta Parente, también aclara que las diferencias entre el monto fijo y los valores inferiores de las marcas presentan igualmente una ventana suficiente para contener hasta «una inflación actual del 4% mensual», siempre resguardando la cobertura mínima del 50% esté garantizada.

ANÁLISIS

Por Hugo Alonso

Una apuesta de riesgo que no borra el pasado

La realidad sacudió la modorra estatal y el Ipross tuvo que apurar el nuevo sistema de compra de medicamentos para llegar a la presentación pública de ayer.

El diseño de los cambios avanzaba a paso lento, pero la causa penal por el fraude millonario a la obra social desde farmacias de Roca y Allen impuso otros ritmos.

Pero no se trata sólo de un problema de tiempos de implementación y de adaptación.

El nuevo escenario forma parte de una jugada riesgosa del gobierno, donde se prioriza la economía sobre la salud.

Los cambios dejan al afiliado en un rol central, forzado a elegir entre la salud de su bolsillo o la de su cuerpo, en la mayoría de los casos sin la formación ni la información necesaria para tomar decisiones.

Es ahí donde aparece otro concepto importante: la honestidad de los prestadores.

Médicos primero, al elaborar las recetas, y farmacéuticos después, serán fundamentales para orientar a los beneficiarios de la obra social sobre las ventajas y desventajas de comprar un genérico o un producto de una marca comercial reconocida.

En ese sentido, lo ocurrido en las farmacias de Roca y Allen aporta una gran cuota de desconfianza a ese vínculo, que necesita absoluta transparencia.

Es cierto, fueron sólo cinco y en la provincia hay 250 farmacias. Pero fue tan grave lo ocurrido que pasará mucho tiempo hasta que los afiliados se retiren de un mostrador con la tranquilidad de que no hay puntos oscuros en la relación.

Y las autoridades del Ipross también deben tomar nota sobre eso. Su imagen ante los afiliados también está dañada y el lanzamiento del nuevo sistema no exime a los actuales ni anteriores funcionarios de explicar en la Justicia cómo fue que la obra social fue estafada en decenas de millones de pesos sin que nadie lo advirtiera.


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