Cómo pasar las fiestas en pandemia, sin miedo a contagiarse
Para la psicóloga social María Angélica Marmet hay que asumir que el riesgo de la transmisión sigue siendo alto y acordar estrategias de cuidado.
A dos semanas de las Fiestas de Fin de Año la pregunta que se hacen todos no es qué comemos, sino qué hacer. Se mezcla el miedo a contagiarse y el deseo de juntarse con familias que tienen integrantes que prefieren la distancia, y otros que prefieren no pensar en las consecuencias del coronavirus. En un 2020 muy exigido psíquica y emocionalmente, llegar a acuerdos es aún más complejo que antes, pero ya se han pensado algunas herramientas.
Si bien es algo de lo que todo el mundo habla, quien llevó el tema a la agenda de los medios fue el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Recomendó aislarse 14 días antes de las fiestas para no poner en riesgo a las personas mayores de 60 años, que pertenecen a los grupos de riesgo.
Luego, su viceministro de Salud, Nicolás Kreplaj, aclaró: “lo que estamos proponiendo es un autoaislamiento, un autocuidado de 10 días, si uno sabe que se va a encontrar con una persona de riesgo, esos 10 días antes (de la reunión) hacer lo posible de no encontrarse con más gente para tratar de ser uno un menor factor de riesgo para su familia”.
Pero, ¿es posible autoaislarse después de haber vivido la cuarentena? Río Negro le llevó esa consulta a la psicóloga social María Angélica Marmet, que analizó la propuesta y dio otras alternativas.
Para Marmet, la sola idea de autoaislarnos probablemente nos genera una enorme resistencia. Consideró que se nos haría difícil pensarlo cuando hemos vuelto a compartir espacios y actividades con ciertos cuidados y protocolos.
La psicóloga consideró que es necesario pensar en el distanciamiento, como alternativa. Para lograrlo, propuso apelar a los aprendizajes realizados para que se constituyan en puntos de apoyo y encarar los esfuerzos que requiere pensar en medidas de cuidado propio y de los otros/otras, en instancias del año tan especiales.
“Hay que redoblar los esfuerzos por comprender no sólo que la pandemia sigue en curso, sino que los logros que hemos tenido en relación a los números terribles de otros países, han sido posibles por el respeto a medidas de cuidado y autocuidado. Aspecto que en general, suele quedar borrado del análisis”, resaltó.
Marmet planteó que el haber aprendido algunas pautas nuevas de comportamiento significa que hemos asumido que el riesgo sigue siendo alto, y que el esfuerzo colectivo fue lo que permitió sostener la estrategia sanitaria.
“Ha sido un año signado por el miedo, por las pérdidas, pero también por el conocimiento que pudimos ir incorporando. Es en estos últimos que necesitamos apoyarnos para minimizar los intentos por infringir las normas que hasta aquí han demostrado ser válidas para sostener la vida”, recomendó.
Con estas herramientas “en mano”, llegaría la hora de organizar los festejos con la familia y amigos, pero la diferencia de posturas puede impedir el acuerdo. Para Marmet no hay que evitar estas instancias sino que hay que tratar de generar una conciencia crítica. “¿A qué me refiero?, ¿qué es la conciencia crítica?, es la comprensión de cuáles son las condiciones objetivas que determinan, posibilitan o frustran la satisfacción de nuestras necesidades. Necesidades que no son de un sujeto aislado, sino que nos incluyen como miembros de una comunidad determinada”, explicó.
Marmet aclaró que no se trata de obedecer ciegamente, sino de adoptar un estilo de vida basado en el cuidado mutuo: “sólo así podremos seguir festejando”.
Para esto, propone tomar una actitud activa, pero que no sitúe a la persona como la “esclarecida”, sino convencida, con datos objetivos para comprender la realidad que vivimos y, desde esa base, encontrar formas de festejar cuidándonos.
“A la vez, es importante decir que este debate no solo se promueve a partir de la necesidad de ya terminar con esta larga situación de excepción; creo que la cercanía de las vacunas abona precisamente la fantasía de resolución. Pero es necesario reconocer la realidad: aún no terminó la pandemia. Y las vacunas tampoco indican su resolución automática. Necesitamos seguir preparándonos y aprendiendo, necesitamos conocer para transformar la situación a favor de nuestras necesidades colectivas”, concluyó la psicóloga.
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