Cómo llegar y qué podés hacer en Mari Menuco, el lago favorito de los neuquinos
Por su distancia, a no más de 40 kilómetros desde la intersección con Ruta 7, suele ser el más elegido. Allí hay un camping, al que cada domingo, unas 600 personas llegan a pasar el día metidos en el agua.
Los lagos artificiales, además de servir como embalses para la generación de energía hidroeléctrica, sirven como espejos de agua para apagar el calor del verano de muchos neuquinos. Mientras la temperatura sube, también aumentan las ganas de escapar de la ciudad, por lo menos algunas horas durante el día.
Al lago Mari Menuco, se accede por Ruta 51 y no hace falta recorrer más de 40 kilómetros desde la intersección con Ruta 7 para encontrar distintos accesos.
Aunque hay muchas “picadas” que surgen del asfalto y van hasta la costa, el camping Mari Menuco llegan a refugiarse del calor unas 600 personas en cada domingo del verano. Así lo señaló Alfredo Santángelo, quien tiene la tenencia de las tierras.
Para llegar, hay que recorrer unos 45,5 kilómetros desde la intersección de Ruta 7 y la 51, justo después de la entrada al Club de Caza y Pesca Mari Menuco.
Si sos de los que adoran llevar al perro para refrescarse, este parador no es la mejor opción. El cartel de bienvenida sólo invita a pasar a los humanos de la familia, por lo que los canes deberán quedarse en el hogar.
“No es porque no me gusten los perros, pero sus dueños puede ser muy desconsiderados con el resto”, enfatizó el encargado. Por eso, tras un conflicto entre clientes, Alfredo decidió prohibirles la entrada.
Además de dejar al perro y cargar el tanque de nafta, hace falta llevar dinero extra para pagar la entrada al camping.
Con un régimen de tarifas progresivo, se comienza pagando $630 por dos personas, $870 para tres, $1050 para cuatro, $1200 para cinco y $1350 para un grupo familiar de seis. Una vez superadas las seis personas, el resto entra sin costo y los niños pagan a partir de los cuatro años.
Como el parador cuenta con proveduría, el olvido de la comida y las bebidas sobre la mesa no impide que se disfrute de un día verano. Sobre la izquierda de la costa hay un kiosco que además de vender snacks para el mate, también vende comida rápida, como hamburguesas, para el almuerzo o la cena.
A diferencia de otras costas del lago, el camping cuenta con una amplia orilla llena de árboles, entre pinos y álamos, que brindan una agradable sombra a pocos metros del agua. Durante las horas de máximo esplendor de los rayos del sol, resulta ideal tirarse a descansar bajo el reguardo que brindan, pero una vez que comienza a asomarse el atardecer, puede hacer falta una campera ligera para los friolentos.
Si vas temprano para agarrar buenos lugares, no es necesario ir cargados con gazebos y sombrillas. También podés prescindir de la parrilla, ya que el lugar cuenta con más de cincuenta para uso de los clientes. Lo que sí no puede faltar son las reposeras y la conservadora para mantener fría la bebida todo el día.
Los que desprecian las algas cuentan con pocas opciones para bañarse, pues la mayor parte de la costa está invadida por ellas. Santángelo comentó que no sabe por qué este año la orilla presenta tantas algas. De todas formas, se adentra en el agua unos metros, ya no molestan. ¡Coraje!
Si se busca ir de fiesta, el Camping Lago Mari Menuco no es la mejor opción. El dueño de la tenencia de las tierras, Alfredo Santángelo, sostuvo que la mayoría de los que frecuentan el parador son clientes habituales que buscan pasar un día tranquilo.
Como el público es en su mayoría familiar, no se permite poner los parlantes a todo volumen. De todas formas, para los que no acostumbran dormir temprano, pasar la noche alrededor de un fogón puede ser una buena opción, o tan sólo acercarse a la costa del lago y mirar las estrellas. El baño brinda duchas con agua caliente las 24 horas. Además hay energía para cargar los celulares.
Precio
- $630
- pagan dos personas por pasar un día en al camping
- $870
- para tres, $1050 para cuatro, $1200 para cinco y $1350 para un grupo familiar de seis.
Eso sí, hay que tener cuidado con los llamados “piojos de pato”. Así lo alerta uno de los carteles. Por eso Santángelo colocó varias duchas en la costa para que se enjuaguen.
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