Cómo es el acompañamiento en Neuquén a familiares con pacientes covid en terapia

Un grupo del hospital Castro Rendón brinda contención. Se garantiza que puedan ingresar con equipos de protección y así sentirse cerca de sus afectos.

Si ser contacto estrecho de un caso positivo de coronavirus nos impone el aislamiento preventivo, y el diagnóstico confirmado vuelve obligatorio ese distanciamiento, las formas graves de la enfermedad implican un alejamiento aún mayor. La terapia intensiva en una emergencia sanitaria es el sitio más inaccesible, sin puentes para la afectividad.

“Fuimos de los primeros hospitales, o instituciones por lo menos en la ciudad de Neuquén, que permitió el ingreso de los familiares a la terapia”, contó Valeria Dos Santos Almeida, psicóloga del servicio de Salud Mental del Castro Rendón. El establecimiento de mayor complejidad del sistema público, cuya Unidad Covid es una de las más importantes de la provincia, habilitó la entrada de personas con equipos de protección personal, para que vean a pacientes en situaciones críticas prácticamente desde el inicio de la cuarentena. Quien armó el proyecto fue su colega Isabel Almeyra.

La profesional explicó que durante la primera ola el “desconcierto” era total: los o las pacientes eran derivadas y las familias se despedían sin saber cuándo las volverían a ver. El ingreso a la terapia ayudó a descomprimir ese temor. En esta segunda ola, que tuvo a la provincia desde el 20 de mayo hasta el 28 de junio con ocupación completa en unidades de cuidados intensivos, y con internaciones en guardias debido al colapso, ya contaban con más información sobre la enfermedad. Sabían que era una intubación y qué significaba saturar.

El grupo que integra Almeida junto a Mabel Cea, Ana Belén Weiner y Marianela Marcellino acompañan a este entorno afectivo. Se entrevistan personalmente o por videollamada. “Lo que brindamos es un espacio para que las familias puedan hablar sobre esta situación que están pasando, los preparamos para que sepan con lo que se van a encontrar. Es un espacio de contención, pero no es un espacio de psicoterapia, nosotros tomamos contacto con la familia cuando entra el paciente lo antes posible”, agregó.

Las trabajadoras que están abocadas a esta tarea en la unidad. Foto Florencia Salto.

Los días y horarios de visitas están pautados. El parte diario se brinda por teléfono, al contacto designado, y esa tarea es exclusiva de los médicos.

“Las familias se sienten aliviadas cuando ven cuan cuidado está su familiar, cuan monitoreado, cuan bien atendido, que la terapia es de primera, cuando se dan cuenta de dónde está y que realmente se está haciendo todo lo humanamente posible. Entonces eso alivia mucho y poder hacer un protocolo de despedida, que la gente entre a ver a los familiares, te prepara de otra forma”, afirmó.

El ingreso a veces implica un apretón de manos, traerle un rosario, hacerle escuchar una canción o el audio de un amigo o un nieto.

“Siempre es mejor estar acompañado, incluso a la hora de morirse es mejor estar acompañado. Fue un gran esfuerzo para el hospital, para toda la terapia, imaginate un lugar totalmente riesgoso como podía ser la terapia covid. Cambiar a las familias, ponerles todo el equipamiento, el barbijo, el camisolín, las botas, la cofia, hacer que ingresen. También ha sido un trabajo extra enorme para los terapistas, para los enfermeros, sin embargo se pone por delante los derechos del paciente de estar acompañados”, enfatizó la profesional.

La pandemia transcurre de una manera muy distinta dentro que fuera del hospital: “Nosotros como psicólogos, como trabajadores de salud mental no estamos tan acostumbrados a trabajar con tanta muerte, y quizás un poco lo que nos pasaba a nosotros es lo que le pasaba al resto de las personas que trabajan en el hospital: se vive un clima que cuando vos atravesas la puerta y vas a la calle, ves que la cosa es diferente. La gente vive a un ritmo distinto, tiene otro registro de la pandemia, todavía hay gente que cree “no bueno, ¿pero es para tanto che?, ¿lo de las camas es cierto? También nosotros vivimos muy a flor de piel todo lo que tiene que ver con la enfermedad en si misma.”

En números

25
personas fallecieron por covid el 1 de junio de 2021. Es el registro de muertes diarias más alto de la provincia.
5
meses lleva de trámite el amparo que presentaron terapistas del hospital por las condiciones del servicio. Hubo renuncias de profesionales y aún no se dictó sentencia.


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