Cómo abordar los problemas de conducta en los perros

Las conductas son respuestas a estímulos, por lo que el modo de modificar ciertas conductas es trabajando sobre dichos estímulos, nos cuenta el adiestrador roquense Néstor Gutiérrez.

¿Los problemas de conductas generalmente son consecuencia de una mala educación o tienen otro desencadenante? Para Néstor Gutiérrez, educador canino de Roca, existen cuatro factores para analizar esta pregunta y son los que toma en cuenta antes de hacer un diagnóstico integral para el abordaje de los problemas de conductas:  

– Medioambiental: hace referencia al lugar o ambiente en donde vive el animal.  

– Genético: saber si el padre o madre eran agresivos o con fobias. Todo aquello que se transmite a través de los genes.  

– Físico: alguna dolencia o mal funcionamiento de algún órgano. Esta lo determinara el veterinario.  

Psíquico: existen trastornos que afectan el funcionamiento cerebral de nuestros canes impidiendo su nivel de aprendizaje y adaptación social. Luego de haber analizado estos factores de forma adecuada, se aborda la modificación de las conductas.  

Entendemos que los perros son nobles por naturaleza; las malas conductas se suelen desencadenar, en un gran porcentaje, a causa de exposición de situaciones de estrés”.

Néstor Gutiérrez, adiestrador canino.

Las conductas en los animales son las respuestas a estímulos ya sean positivas o negativas. En base a eso el perro responde con una conducta que no tiene connotación positiva o negativa es simplemente una respuesta. “Las costumbres o hábitos son construcciones sociales innatas de las personas y nuestros canes son depositarios de nuestros hábitos o costumbres”, señala Gutiérrez.  

Como ya mencionamos antes, las conductas son respuestas a estímulos. Para modificar las conductas no deseadas debemos anular o modificar estos estímulos que hacen que nuestro perro se altere o se ponga en un estado reactivo. Por ejemplo, si el perro se excita al agarrar la correa para sacarlo a pasear – lo conveniente es enseñarle a gestionar la calma -y para eso nosotros debemos ayudar a que el perro gestione dicha calma- para poder obtener la salida o paseo, es decir, no colocar la correa hasta que no logremos calmarlo.  Respecto a la edad depende cuánto tiempo lleva con esta conducta y cuan afianzada la tenga. Sucede por ejemplo el caso de perros escapistas, que no se adaptan a un entorno de hogar y buscan recuperar su habita fuera de éste. “Entendemos que los perros son nobles por naturaleza, las malas conductas se suelen desencadenar, en un gran porcentaje, a causa de exposición de situaciones de estrés”, indica Gutiérrez. 

Qué hacer para educar a nuestros perros

· Brindarles un ambiente calmo, seguro y confortable.
· Acudir al veterinario.
· Asesorarse sobre la alimentación.
· Ofrecerles tiempo de recreación.
·Sociabilización con humanos y pares.
·Realizar de forma ordenada todas las actividades diarias. Alimentación, paseos, evacuación y descanso.
·Recordar que la jerarquización es una parte muy importante en el vínculo con nuestros perros.
·Consultar de forma inmediata ante la aparición de conductas no deseadas a especialistas en la temática


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