La Antártida se derrite cada vez más rápido

La noticia inquieta, pero lo cierto es que no nos sorprende demasiado. Desde hace rato ya que el mundo tiene clara consciencia de que el calentamiento global es una realidad.

Pero lo cierto es que la contracara de lo que está ocurriendo, es que el nivel de los mares está creciendo constantemente, poniendo entonces en riesgo eventual a las ciudades y poblaciones costeras.

Hablamos de unos 15 centímetros desde el 2012, cuando el fenómeno del crecimiento de los mares aparentemente comenzó claramente a acelerarse. Así parece confirmarlo un trabajo reciente que, revisando lo sucedido en el último quinquenio, ha sido incluido en la revista “Nature”, como consecuencia de una nota en la que se resumen los trabajos liderados por un grupo de científicos encabezado por el profesor Andrew Shepherd, de la Universidad de Leeds.

El mismo fenómeno se está ya midiendo -prolija y activamente- en el sector Ártico de nuestro planeta donde también el hielo se está derritiendo.

Para dimensionar de alguna manera la magnitud del tema en cuestión, basta señalar que si de pronto toda la Antártida se derritiera -hablamos de un territorio cuya extensión equivale aparentemente a la superficie combinada de los Estados Unidos y México- algunos estiman ahora que los mares crecerían aproximadamente unos 60 metros. No es poco.

Inundando entonces, como consecuencia, buena parte de los litorales costeros. Con todos los problemas consiguientes, que deberían comenzar a anticiparse para no tener que reaccionar de pronto, apretados por la falta de tiempo.

El alerta a las ciudades necesario está sobre la mesa. El tema no es, reiteramos, nada nuevo. La información si lo es. Ella debería generar una reacción conjunta de la comunidad internacional, que dimensione lo mejor posible la magnitud del problema a enfrentar y proponga las soluciones y estrategias alternativas del caso. Todavía esto, sin embargo, no parece estar ocurriendo.

Aparentemente, el fenómeno comentado del derretimiento del hielo antártico es más evidente en el sector oeste del Continente Blanco, que en el sector este, donde las mediciones evidencian una actividad algo menos clara.

Lo más impactante es que el ritmo del derretimiento del hielo antártico se ha nada menos que triplicado desde el año 2012. Y que sigue acelerando la llegada de sus posibles consecuencias.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.