Cocina con vida, la nueva propuesta de El Bolsón
Pensada para lugareños, visitantes y turistas. El mix de verduras frescas y flores recién cortadas sorprenden.
Cocina con vida, la nueva propuesta de El Bolsón
Pensada para lugareños, visitantes y turistas. El mix de verduras frescas y flores recién cortadas sorprenden.
Cocina con vida, la nueva propuesta de El Bolsón
Pensada para lugareños, visitantes y turistas. El mix de verduras frescas y flores recién cortadas sorprenden.
Las verduras frescas y las flores recién cortadas asoman por encima de la mesada y los estantes. Al llegar al puesto, sorprende la sonrisa y la “buena onda” de los cocineros que meten mano en los bols y mezclan hierbas y pétalos preparando el almuerzo para lugareños y turistas.
“Nos juntó el camino de la alimentación y el naturismo, acá nos encontramos”, asevera Marcos Gutiérrez sobre la nueva propuesta gastronómica instalada hace una semana en la Feria Franca de El Bolsón, que comenzó junto a sus socias Sol Karakasis, Cecilia Briano y Abril Benegas.
El nombre del local -Cocina con vida, kilómetro cero-, es “una articulación entre los productos naturales que ofrecen nuestras chacras y la elaboración de alimentos sanos”, explican.
Enseguida llaman la atención las pizarras instaladas a los costados, donde se anuncian “tacos dosa con verduras orgánicas y crema de cajú; raw de spaghetti de zucchini con ensaladas varias; batidos energizantes de cacao, maca y miel; o frutos rojos con leche de semillas de almendra o nuez”.
“La idea es consumir todo lo que la estación va proponiendo, aunque solo lo que llega de las huertas que no usan agroquímicos, privilegiamos los cultivos orgánicos y no usamos nada de provenga de animales”, aclara el chef.
Cecilia Briano apunta que sus tacos “evitan las harinas. Están hechos a base de arroz yamaní y garbanzos, que remojamos y molemos antes de hacer la masa. La gente se está enterando y experimenta esto de alimentos crudos que mejoran la calidad de vida. Ya nos pasó que unos turistas nos dijeron ‘fue nuestra mejor comida en tres meses de viaje’, son cosas que gratifican”.
A la hora de “tomar algo”, aconseja “un agua enzimática llena de probióticos que te hacen la digestión feliz. Está hecha a partir del muy buen trigo orgánico que tenemos en la zona, germinado y fermentado, con todas las sales minerales conocidas. Un trago con todos los nutrientes que necesita un humano al día para estar completo, es realmente poderoso”, valora.
Sol Karakasis recuerda que “estamos trabajando en red con otros cocineros amigos y nos gustaría también encontrarnos con otras ferias francas del país para intercambiar productos e ideas”.
Remarca que “estamos haciendo menúes de $100 y les pedimos a los locales que vengan con su envase, ya que nuestra filosofía es evitar los descartables”.
En contados minutos despliegan un enorme plato de tallarines vegetales, acompañado de ensaladas variadas, más un taco decorado con “flores que se comen” y colores que impactan y despiertan todos los sentidos: el sabor es riquísimo y dan ganas de volver a probar lo que saldrá mañana de las manos y mentes de los originales cocineros naturistas.
Por su lado, el coordinador del área municipal de Producción, Fernando Arbat, subrayó que “estamos poniendo en valor la feria franca, de la que viven hoy más de 100 familias. Participan productores de toda la Comarca Andina y aquí tienen un espacio para mostrar y comercializar lo que hacen en sus chacras, sin intermediarios, el dinero que entra queda acá”.
“La verdura que llega es de excelente calidad –insiste-, los sábados son más de 60 feriantes y hay otros 40 del programa de Agricultura Familiar que están exponiendo durante buena parte del año. El lugar que ya nos está quedando chico y estamos gestionando la financiación, a través del Proderi, para ampliar las actuales instalaciones y dotar a la infraestructura que nos está haciendo falta, además de la compra de un camión destinado al acopio”.
Además, en el mismo espacio funciona la estación de cerveza, con tres marcas artesanales de la región (Pilker, Chaura y Rupestre), y en las tardecitas de verano ya se han convertido en “un clásico” las picadas y la presentación de bandas.
Allí también funciona la Oficina de Informes de Montaña y otros puestos dedicados a los tejidos y a las artesanías de los grupos “Ruca Mallín” y “Aymará”. Se suma “La Despensita”, que recibe la producción “de aquellos que no cuentan con tiempo para instalarse y que normalmente es punto de abastecimiento de los excursionistas que parten hacia los cerros y de los propios vecinos”.
La Feria Franca abre todos los días a las 10 y queda en Onelli y Roca (detrás del correo), en pleno centro de El Bolsón.
Fotos: Fernando Bonansea
Comentarios