Claves para la cría de ponedoras en la región

En lo que va del año, el ProHuerta asistió a unas 1.000 familias en Patagonia Norte con la entrega de aves y capacitación para la producción de huevos. Para obtener buenos resultados productivos, la clave es un buen manejo de las gallinas ponedoras.

Redacción

Por Redacción

Por INTA Alto Valle

Alternativa viable. La producción avícola se abre paso en la Patagonia Norte de la mano del Programa Pro Huerta.

La producción avícola es una excelente alternativa de producción, con amplias raíces en la cultura rural familiar.
El ProHuerta, programa que implemete el INTA junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, cuenta con un componente de granja que promueve la avicultura familiar para el consumo de proteínas en huevos y carne aviar. En Patagonia Norte, las aves se multiplican y distribuyen desde las agencias del INTA en Zapala –Neuquén – y Villa Regina – Río Negro– y se realizan capacitaciones sobre la recepción, alimentación, producción y sanidad de pollos.
Para tener buenos resultados en la producción de huevos, es necesario que las gallinas reciban cuidados básicos en las primeras cinco semanas. Según Horacio Cantaro, médico veterinario y especialista en avicultura del INTA Alto Valle, “durante estas primeras semanas de vida, los órganos vitales del aparato digestivo y el sistema inmune experimentan su mayor desarrollo. Si surgen problemas durante este período las aves serán más sensibles a las enfermedades o a las alteraciones en la digestión y absorción de la dieta, lo que interferirá en su producción como ponedoras adultas”.
De acuerdo con Cantaro, al final de ese período –en la quinta semana– el objetivo es lograr un peso mínimo de 380 gramos y una uniformidad del lote del 80%. Existe una alta correlación entre el logro de estos objetivos y los resultados de la postura.

Ponedoras. El cuidado temprano en la cria es esencial para los resultados posteriores.


El peso obtenido en ese tiempo estará relacionado con el desarrollo y la adecuada ingesta de agua y alimentos en un ambiente apropiado, de lo contrario se verá afectada su capacidad de producción, la uniformidad y la mortalidad del lote. Al respecto, es importante llevar un control del peso de la pollita en los primeros días, para hacer un seguimiento estricto de la curva de crecimiento y poder compararla con el peso objetivo de la línea.
Los pesos más relevantes son los de 7 y 21 días, ya que indican cómo ha sido el arranque del lote y la uniformidad del mismo. Sin embargo, no es suficiente lograr un buen peso corporal promedio, además es necesario lograr lotes uniformes en consumo y peso de manera que tengan el mismo grado de madurez y respondan por igual a los estímulos de la postura.
Para una buena uniformidad es importante un buen manejo del lote y una alimentación correcta. Para ello, es recomendable no exceder la densidad de ponedoras y procurar el acceso a la comida y bebida con bebederos y comederos suficientes .
“Un punto importante es regular la altura de los comederos de manera que tengan fácil acceso al alimento, sin ocasionar desperdicios y procurar que agoten diariamente el alimento en los comederos”, remarcó el especialista, y explicó que “de ese modo se estimula el apetito y se mejora la uniformidad”.
En caso de tener lotes con mala uniformidad, es necesario clasificar las aves por peso y criarlas por separado. Esta decisión permitirá que las aves pequeñas se recuperen ya que, si se crían con las aves grandes, su crecimiento se puede retrasar más.

Para tener buenos resultados en la producción de huevos, son necesarios una serie de cuidados básicos en las primeras cinco semanas.


Respecto al manejo ambiental en la cría, es necesario que las gallinas reciban cuidados básicos de temperaturas, ya que una pollita recién nacida no puede regular su temperatura corporal, y es necesario proveerle un medio ambiente con temperatura y humedad ambiental adecuadas. Durante la primera semana las pollitas deben permanecer en un ambiente con temperaturas de 32 a 35°C con un mínimo de 50% de humedad y la temperatura deberá reducirse 2°C por semana hasta que se alcance la temperatura ambiental.
Las pollitas son sensibles a las variaciones de temperatura, lo que puede provocar que consuman menos alimento, pierdan uniformidad y bajen de peso. Por eso, se recomienda mantenerlas dentro de la zona de termo neutralidad que es de 1 a 2 grados por encima o debajo de temperatura recomendada para la edad.
Otro aspecto importante es la ventilación que debe realizarse desde el primer día de edad con el objetivo de realizar un recambio permanente de aire al interior del alojamiento. De esa manera se expulsan los gases nocivos como monóxido de carbono, anhídrido carbónico y la humedad excesiva que son reemplazados con oxígeno. Al respecto, el especialista agregó que: “calefaccionar el ambiente con combustibles y mantener el galpón hermético en los primeros días puede provocar una acumulación de gases nocivos que ocasionan somnolencia y disminuyen el apetito de las aves”.
Para tener buenos resultados en la producción de huevos, es necesario que las gallinas reciban estos cuidados básicos de temperatura, luz e higiene en la etapa de crecimiento, una adecuada alimentación y fundamentalmente instalaciones aireadas y desinfectadas. “Un buen arranque de las pollitas garantiza un buen resultado productivo”, concluyó Cantaro.


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