Claves para acompañar a niños con altas capacidades

Al menos un 15% de los chicos posee altas capacidades, según un estudio del Área de Neuropsicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Pero este gran potencial no garantiza su bienestar ni el éxito.

Un estudio del área de Neuropsicología de la Universidad Nacional de Córdoba estima que al menos un 15% de los niños y niñas cuentan con altas capacidades. ¿Qué significa esto? Que estos chicos y chicas tienen una capacidad de aprendizaje superior a la media, además de un potencial para desarrollar una forma de aprender y de sentir diferentes.


Pueden destacarse a través de cuestiones que lucen su intelecto, pero también a través de la expresión artística o la destreza motriz. Es decir, las altas capacidades no se circunscriben a lo intelectual.

Existen características comunes entre estos chicos y chicas: Son muy curiosos e intensos; hacen muchas preguntas, y muchas de ellas muy sofisticadas; les encanta aprender y lo hacen rápido; tienen un vocabulario muy desarrollado; resuelven las tareas de la escuela a su manera; disfrutan de tener conversaciones con adultos.

También tienen un desarrollo cognitivo avanzado que les permite, inclusive, aprender por sí mismos; tienen opiniones formadas acerca de diferentes temas; cuentan con una percepción profunda de las cosas que los rodean; tienen una memoria prodigiosa; la habilidad de ver situaciones desde diferentes ángulos y explorar alternativas; son muy creativos; perfeccionistas y sensibles.

La contracara de esta situación, es que muchas veces estos alumnos se aburren en las aulas, y debido a ese aburrimiento terminan teniendo conductas disruptivas. Otras veces, se convierten en el centro de las burlas de sus propios compañeros.

“Que estos niños sobresalgan en alguna disciplina, no los exime de que necesiten desarrollar habilidades socioemocionales, especialmente si les cuesta vincularse.”


Por lo general, la escuela tradicional está demasiado ocupada trabajando con los chicos que no llegan al nivel esperado, y no hay tanta mirada puesta en aquellos que están en esta otra situación.

Por eso, es necesario fomentar y desarrollar los talentos especiales de estas chicas y chicos, incentivándolos para que apliquen el pensamiento lateral a ideas, cuestiones y situaciones complejas, pero teniendo en cuenta que muchos de ellos requerirán de apoyo en otras áreas.

Pero atención: las altas capacidades no siempre garantizan el éxito escolar. Si un niño no ha adquirido hábitos de estudio o su motivación ha decaído porque no es estimulado, en vez de encontrar un entorno que lo estimule, hallará un espacio tóxico y podría perfectamente llegar al secundario sin las herramientas para avanzar en sus trayectorias académicas. Muchos, de hecho, no terminan la escuela.


Por otro lado, que sobresalgan en alguna disciplina no los exime de que necesiten desarrollar alguna habilidad socioemocional, especialmente si les cuesta relacionarse con sus compañeros u otras personas.

¿Es conveniente acelerarlos y que avancen de año? Cada niño, cada niña, es único, como única debiera ser su educación. Que un alumno pueda resolver problemas de una manera extremadamente creativa o sepa perfectamente cómo funciona tal o cual sistema, no le garantiza que pueda relacionarse socialmente con chicos más grandes. Debemos visualizar qué necesitan para desarrollarse plenamente y con bienestar.

Por Laura Lewin; Especialista en Educación y capacitadora. Autora de La Nueva Educación (Santillana, 2020).


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