Clásico enganchado
“El del domingo puede ser mi último superclásico”, dijo Román dejando abierta la posibilidad de alejarse de Boca.
Fútbol de afa
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En esta nueva edición del superclásico habrá jugadores que serán parte por primera vez del gran choque del fútbol argentino (el roquense Gustavo Canales, por caso). Pero también habrá otros, históricos ellos, que quizá el próximo domingo se sumen por última vez al esperado derby de todas las temporadas. Con Ariel Ortega fuera de la consideración de Leonardo Astrada, la idolatría millonaria se resume a Matías Almeyda y Marcelo Gallardo. El Muñeco, que no arrancó como titular en este Clausura, deslizó el miércoles que el duelo del domingo en La Bombonera, podría ser el último de su carrera. A los 34 años, el talentoso volante es consciente de los esfuerzos que ha tenido que sobrellevar para estar a la altura de las circunstancias y no quedar preso del calendario. De hecho el domingo, el Muñeco cumplirá nada menos que 300 partidos en Primera. Distinta es la posición de Juan Román Riquelme. No mucho más joven que Gallardo (cumple 32 a los el 24 de junio), las razones que tuvo el ‘Torero’ para parafrasear 24 horas después al ‘Muñeco’, son otras a las del jugador de River. Los dirigentes xeneizes deberán sentarse con Riquelme al final del torneo para prolongar su vínculo con el club, y no todos son demasiado optimistas en que JR siga con la azul y oro. Su enfrentamiento nunca del todo confirmado con Martín Palermo, se potencia en los medios cada vez que Boca sufre una serie de resultados negativos. Claro que esta vez la racha negra es de una magnitud tal, que ha llevado al Xeneize a estar anteúltimo en la tabla, una posición demasiado incómoda para su rica historia. Puertas adentro, algunos integrantes de la Comisión Directiva boquense creen que uno de los dos deberá partir de La Ribera en junio: o Riquelme o Palermo. Pero mientras se habla de futuro, el domingo el presente golpeará las puertas de la celeridad. Boca y River nunca jugarán un superclásico devaluado. El que salga triunfador de La Bombonera, dejará indefectiblemente heridas a flor de piel en el derrotado. Por un lado estará Riquelme, quien nunca se vio fuera del gran choque, más allá de aquel afiebrado rumor de principio de semana. Por el otro estará Gallardo, quien con seguridad el Jefe Astrada habrá tomado nota de que en los dos últimos superclásicos (ambos 1-1), el autor del gol millonario fue precisamente Gallardo (de tiro libre), con el Pato Abbondanzieri como víctima.
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