Clases plenas: el regreso de lo que nunca se debió haber ido

Mañana comienza el regreso paulatino de los alumnos rionegrinos a las aulas presenciales y en forma completa. La psicopedagoga Laura Collavini cuestiona no sólo la demora de las autoridades, sino también el rol de todos y cada uno, en este proceso.

Por Laura Collavini

lauracollavini@hotmail.com

Hay fechas de regreso a clase con escuelas destruidas hace décadas. Lo aclaro porque no es responsabilidad de un gobierno en especial, sino de todos y de cada uno. También de la sociedad, de todos y cada uno.


Cuando pasamos por las escuelas despintadas, con falta de revoque y con humedad, con poco color y escuchando que faltan las herramientas necesarias y solo decimos: ‘¡Qué barbaridad!’ Cuando sabemos que falta comida en centenar de hogares y muchas veces solo reciben el plato de comida en la escuela, decimos: ‘con la cantidad de campo que hay en la Argentina’ y seguimos con nuestra vida ordenada y acomodada, plena de desconciertos, pero con esa sensación de seguridad que da lo cotidiano.


Y llegó la pandemia. Los estantes se movieron. Todos. Tembló la supuesta seguridad y el estado de confort. Cuando se vivenció en carne propia, con los hijos en casa, la desesperación de la ausencia de educación. De tarea imposible de seguir, la tristeza de los niños, el miedo, angustia, soledad. Ahí la fuerza de la vida empezó a asomar, como el río cuando baja y deja a la vista las cloacas ocultas, así muestra esta pandemia el estado de políticas públicas para la niñez y adolescencia.


Quedamos al desnudo. Nos empezamos a mirar. Primero con desconcierto, asomó el miedo que paralizó, la angustia, la soledad, desesperación y fue ahí, cuando nos secamos una vez más las lágrimas por las pérdidas, cuando varios seres amados nos dejaron sin poderlos despedir, cuando no sabíamos de qué más asegurarnos, que empezamos a mirar con ojos de niños.
La mirada de la niñez es tan simple como profunda. Habla de frente con pocas palabras. Es mágica para quienes son capaces de escuchar.
En estos dos años escuché a muchos hablar de la infancia como nunca sucedió. Fue un despertar. Lo celebro. Tal vez no sea suficiente. Pero por algo se empieza.


No puedo hablar de la alegría del regreso a las clases presenciales, porque deberían haber cesado muy poco, y no sucedió. Importa más el dinero que la vida. Emergencia hídrica y la atención sigue estando en el petróleo. Eso es falta de creatividad. Disculpen la falta de recursos literarios para expresar algo hiper sencillo, pero parece que no se entiende bien: Los basurales están colapsados; los ríos sucios; hay emergencia hídrica; los colegios están destruido, y los niños angustiados, excluidos.


¿Dónde vamos a poner de ahora en más la energía? Lo digo ahora, antes que nos tome la distracción. Antes que comience la carrera de llegar a horario al colegio y que tengamos que revisar los cuadernos tapa dura de color rojo. Lo digo con ironía, sí. Porque el mundo se mueve con sistemas muy diferentes.


Entonces aprovecho la atención y el momento electoral para preguntar: ¿cómo diagramamos el desarrollo, el crecimiento? ¿Dónde están las mesas de debate con las diferentes partes que declamen, interpelen, argumenten, propongan, acuerden?

Foto: Juan José Thomes


Es necesario construir políticas educativas acordes con los tiempos 2021. ¿Y nos estamos peleando si el protocolo se cumple en la escuela?, ¿cuál sería el problema en nuestra zona de armar aulas diferentes más amplias? ¿Por qué hay falta de recursos? ¿Dónde va la energía si no es en educación y salud? ¿Por qué hace meses que todo está abierto y las escuelas cerradas? ¿Por qué estamos tan distraídos?


Cuando hablo de niños no hablo de votos ni de horas de trabajo. Cuando los profesionales de la salud mental hablamos de niñez, hacemos referencia a la familia, al desarrollo, al por qué de la vida, a la construcción de un estado de bienestar.


¿Cómo vamos a hacer para “enmendar” esta tragedia?, ¿qué pensaron?, ¿cuándo?, ¿dónde? El anuncio de comienzo progresivo en septiembre con paro docente por reclamo de aumento no parece algo diagramado en favor de la educación de cada niño y familia. ¿Cuáles son las cifras de deserción escolar? ¿Cómo se van a convocar a esos alumnos para que vuelvan sin regalarles la promoción? ¿Cuáles son los cientos de equipos de trabajo interdisciplinarios para abordar esta gran problemática? ¿Con qué nivel se proyecta que podrán recibirse los adolescentes en 2021? ¿Podrán ingresar a la universidad, a un terciario, a una fábrica? ¿Con qué recursos cuentan? ¿Cuál es la mayor problemática del sistema educativo?


Parece que es necesario que, como sociedad, en cada lugar, todos sigamos despertando.
Reclamemos . Si se pinta de voto, pintemos de niñez, son colores fuertes, intensos, huelen a colores naturales y a profundidad;a inquietud y curiosidad; interpelan con tanta sabiduría que es imposible no preguntarse si se está diciendo lo necesario.
¿Podremos responder a la pregunta de ellos cuando cuestionen, qué hiciste por mí para mejorar el mundo?
Buen comienzo de clases. En septiembre.


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