Ya hay diferentes técnicas para entender las causas del Parkinson
La científica Soledad Espósito, del Centro Atómico Bariloche, participó en una revisión de estudios en colaboración con investigadores de Alemania y el Reino Unido
“Los médicos saben muchísimo de enfermedades pero a veces se pierden la conexión con el avance tecnológico en la ciencia”. Este diagnóstico llevó a un grupo de investigadores a emprender una revisión de los recientes estudios vinculados a la enfermedad del Parkinson, un trastorno del sistema nervioso central que afecta el movimiento y suele provocar temblores.
Desde Bariloche, la licenciada en Ciencias Biológicas Soledad Espósito fue la única investigadora argentina invitada a participar de la revisión junto a un equipo de colegas alemanes de la Universidad de Würzburg y de la Universidad de Berlín.
“Lo que se hizo fue describir las técnicas que usa la neurociencia en modelos de animales en la actualidad para entender los mecanismos de la enfermedad. La idea es explicarlos en un lenguaje tal que sea comprendido por profesionales no expertos y por los médicos”, contó Espósito en diálogo con RIO NEGRO.
Espósito es investigadora del Conicet en el Departamento de Física Médica del Centro Atómico Bariloche, dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Años atrás, realizó un doctorado en la Fundación del Instituto Leloir en Buenos Aires, y un posdoctorado en Suiza durante 10 años.
La científica se refirió que la revisión se hizo para aportar a la mejor formación de dos tipos de médicos: los clínicos y los que se dedican a la investigación. “Apuntamos a ellos a fin de aportar una herramienta para que comprendan fácilmente los trabajos científicos en ciencia básica. De esta forma, pueden trasladar los conocimientos a la clínica de una manera más sencilla”, aclaró la científica que fue convocada el año pasado por el investigador Philip Tovote, a quien conoció durante su estancia de posdoctorado en Suiza.
La revisión, que fue publicada en la revista especializada Experimental Neurology, demandó un trabajo de un año vía internet. Espósito insistió en que no se trata de un artículo original que describa nuevos experimentos sino que expone cómo funcionan las diversas tecnologías ya desarrolladas. En Europa -enfatizó-, abundan los subsidios para proyectos de investigación compartidos entre médicos clínicos y científicos básicos. “A partir de esas experiencias, surge la necesidad de explicar en un lenguaje más sencillo los principios de las diferentes técnicas en la neurociencia básica”, comentó.
Las técnicas permiten estudiar los mecanismos que subyacen a la enfermedad de Parkinson. ¿Por qué la importancia de que los médicos estén actualizados sobre el avance de la tecnología? Espósito consideró que, de esa manera, pueden acercarse cada vez más a los circuitos involucrados con la enfermedad. “Eso genera a la larga nuevas estrategias terapéuticas y nuevas maneras de monitorear el avance de la enfermedad, aunque a muy largo plazo”, explicó.
Pese a la larga historia de investigación del Parkinson, las estrategias y terapias que puedan revertir o ralentizar la enfermedad están muy poco desarrolladas, según Espósito.
“Hay muchas investigaciones y ensayos clínicos. Pero no se encuentra la manera, como en la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas, de generar una terapia que revierta la enfermedad. Se logró saber cómo se genera el síntoma pero no la causa; de modo que la enfermedad sigue avanzando”, agregó.
Consideró que la revisión era necesaria en este momento para mejorar la comunicación con los profesionales del campo de la salud y para contribuir a la investigación traslacional, que es la que tiene en cuenta los problemas de la gente y desarrolla soluciones basadas en investigación básica, pero en contacto con diferentes disciplinas.
“Muchas veces, nos resulta difícil comunicarnos con los especialistas en clínica médica. Usamos terminología o técnicas a las que el otro no está acostumbrado. De esta forma, se intenta generar un ida y vuelta. Aprender a generar un lenguaje común”, planteó.
En Bariloche, Espósito se enfoca en la investigación del control motor, especialmente relacionado con la enfermedad de Parkinson. ”Utilizo estas herramientas para entender el mecanismo circuital que genera la sintomatología clásica del Parkinson. En particular, nosotros tratamos de entender cómo un área del cerebro -el tronco encefálico- participa en el control del movimiento en una situación normal y cómo se altera en la patología del Parkinson”, detalló.
El laboratorio de Neurobiología del Movimiento del Departamento de Física Médica del Centro Atómico Bariloche fue establecido por Espósito tras su regreso al país en 2018. También la investigadora se dedica al estudio de la plasticidad neuronal asociada al aprendizaje motor.
Los próximos estudios
Ahora se abre una nueva instancia de trabajo, en principio por tres años, ya que los investigadores indagarán en modelos de roedores con “estrategias novedosas” para estudiar la progresión de la enfermedad del Parkinson.
“Se hará a través de la sobre-expresión de alfa-sinucleína, una proteína que se acumula en la neurona de pacientes con Parkinson en algunas regiones del cerebro”, puntualizó.
Espósito explicó que el desafío es desarrollar un modelo que “permita recapitular esta acumulación de la proteína alfa-nucleína progresiva -que es característica en los pacientes- para entender el origen de los síntomas de pacientes con Parkinson. Sucede que hay mucha variedad de síntomas motores y no motores y, para muchos de ellos no se entiende cuál es la región del cerebro que origina esos síntomas. De esta forma, se podrían generar nuevas terapias para reducir la neurodegeneración”.
Adelantó que trabajarán en colaboración con investigadores de Tucumán ya que tienen experiencia en hacer fibrillas de alfa-sinucleína con la idea de inyectarla en el cerebro del animal para inducir el Parkinson y evaluar las respuestas.
Cuáles son los síntomas
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta el movimiento. Los síntomas comienzan gradualmente. A veces, comienza con un temblor apenas perceptible en una sola mano. Los temblores son habituales, aunque la enfermedad también suele causar rigidez o disminución del movimiento, según explicó la Clínica Mayo de los Estados Unidos.
En las etapas iniciales de la enfermedad de Parkinson, el rostro puede tener una expresión leve o nula. Es posible que los brazos no se balanceen cuando caminas. El habla puede volverse suave o incomprensible. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson se agravan a medida que esta progresa con el tiempo.
A pesar de que la enfermedad de Parkinson no tiene cura, los medicamentos podrían mejorar notablemente los síntomas. En ocasiones, el médico puede sugerir realizar una cirugía para regular determinadas zonas del cerebro y mejorar los síntomas.
Se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, pero varios factores parecen influir. Por un lado, hay investigadores que han identificado mutaciones genéticas específicas que pueden causar enfermedad de Parkinson. Por otro lado, la exposición a ciertas toxinas o factores ambientales puede aumentar el riesgo.
Comentarios