Qué se hace en Neuquén para tratar a tiempo a los pacientes con ACV
Con un encuentro con Malena Vázquez Valenzuela, se habló sobre la enfermedad. Cómo funciona una red que atiende a los pacientes las primeras cuatro horas posteriores al ataque cerebrovascular
Neuquén acaba de vivir un gran momento dedicado a la difusión sobre la prevención del ataque cerebrovascular, más conocido como ACV. Se trata de una enfermedad aguda que se produce cuando se tapa o rompe una arteria del cerebro.
Malena Vázquez Valenzuela, quien sobrevivió a la enfermedad hace 20 años, visitó la provincia para compartir su experiencia y concientizar en que mucho se puede hacer para prevenir.
Es hija de la actriz María Valenzuela y el periodista Pichuqui Mendizábal y creó un programa denominado “Male te cuida”. Estuvo presente en Neuquén como parte de las actividades que se desarrollan por un convenio entre el Ministerio de Salud provincial con la empresa farmacéutica Boehringer Ingelheim .
El ACV es una enfermedad que puede causar la muerte de al menos el 15% de las personas que lo padecen, mientras que un 35% quedan con secuelas invalidantes. El impacto de la enfermedad en la sociedad es tal que resulta importante que día a día se vayan actualizando los estudios para agilizar la detección, tratamientos y poder prevenirla.
El año pasado, se había reglamentado en Neuquén la Ley N° 3.263. Fue la primera provincia argentina que reglamentó una norma que garantiza el acceso de la población a la prevención, diagnóstico y tratamiento del trastorno. En la provincia también tiene en vigencia la Red Provincial del Accidente Cerebro Vascular (ACV), y en paralelo un Comité Hospitalario del ACV, con el mismo objetivo de lograr un mejor tratamiento.
La guardia del Hospital Castro Rendón, el Sistema Integrado de Emergencias (SIEN) y las clínicas privadas utilizan el “Código ACV” como protocolo para reducir los tiempos y que el paciente pueda recibir un tratamiento oportuno para disminuir el riesgo de las secuelas. También otras localidades se han sumado al uso del código para lograr una mejor asistencia.
En comunicación con RIO NEGRO, Andrea Aranzave, médica del Servicio de Emergencias del hospital provincial de Neuquén e integrante del Comité Hospitalario explicó que existen dos tipos de ACV. Uno es el hemorrágico, producido por el sangrado de una arteria cerebral. El otro es el isquémico.
Aranzave detalló que el más común es el segundo, el ACV isquémico, que se produce a partir de la obstrucción de una arteria por enfermedades que pueden ser controlables como hipertensión arterial, diabetes, colesterol, obesidad, y el sedentarismo. Es decir, si una persona tiene esos trastornos es clave que vaya a la consulta médica y acceda a tratamiento para controlarlos. Si no lo hace, está en mayor riesgo de desarrollar un ACV.
En la guardia del hospital Castro Rendón de Neuquén, han ingresado entre 2016 y 2022, un total de 99 pacientes con ACV isquémicos de los cuales el mayor número se registró el año pasado. Sin embargo, la profesional aclaró “estos datos fueron obtenidos hasta 2022, pero con la vorágine de la pandemia pudo haber más pacientes que no se han tenido en cuenta”.
Aranzave comentó que a partir del análisis de datos habían concluido en un principio que era una patología que afectaba a más hombres que mujeres. Pero a partir de 2019, la cantidad comenzó a igualarse y hacia el 2022, las personas afectadas eran mujeres mayoritariamente.
En cuanto al rango de edad, la experta dijo que es una enfermedad que suele darse entre los 30 y 70 años. Aunque la mayor cantidad de casos se diagnostican entre los 50 y los 69 años.
La especialista en ACV manifestó que si una persona tiene síntomas, hay que llamar a Emergencias o acompañarla a una guardia médica si está cerca.
Cuanto más rápido reciba asistencia médica, aumentan las probabilidades de que la persona se recupere o solo le queden secuelas leves. Hay un período “ventana”, que es un lapso de cuatro horas y media en las que la persona puede recibir un tratamiento oportuno para evitar secuelas graves.
En diálogo con RÍO NEGRO, Gabriela Parada referente de la Red Provincial de ACV, se refirió a la gravedad de esta enfermedad que constituye la tercera causa de muerte y la primera de discapacidad en Argentina.
Parada explicó que es necesario reconocer los signos y síntomas de alerta para actuar de forma inmediata.
Los síntomas son: “debilidad de la cara, brazo o pierna (solo un lado); dificultad para hablar y entender los que otros dicen; problemas para ver en uno o ambos ojos; dolor de cabeza súbito e intenso; vómitos, mareos o alteración del conocimiento; y problemas para caminar”.
Hay que tener en cuenta que el ACV puede prevenirse. Realizar actividad física sostenida, tener una alimentación sana y variada, consumir frutas y verduras, reducir el consumo de sal, limitar la ingesta de alcohol, evitar el consumo de tabaco y no consumir drogas son algunas acciones para bajar el riesgo.
De la sobrevivencia a la solidaridad
El 10 de febrero de 2003 fue el día en que la vida de Malena Vázquez Valenzuela cambió para siempre. Solo tenía 19 y sufrió un tipo de ACV. “Grave con pronóstico reservado”, fue el primer parte médico sobre el estado de Malena. Una angiografía digital de los vasos cerebrales detectó la causa de la hemorragia: una malformación genética arteriovenosa.
En el hospital le hicieron una intervención quirúrgica y estuvo 14 días en coma inducido. Después que le dieron el alta de la internación, hizo dos años enteros de ejercicios de rehabilitación, con sesiones hasta 5 veces por semana.
Le quedaron algunas secuelas cognitivas. Pero Malena se considera una sobreviviente y hoy apunta ayudar a otras personas. Desde su cuenta en Instagram, da consejos basados en la evidencia científica para prevenir ACV.
“Es importante que haya campañas permanentes que recuerden lo mal que hace fumar y que si uno tiene seres queridos fumadores, los incentive a dejar el cigarrillo, por su bienestar, y el de aquellos que los rodean”, escribió. “Una vida sin hábitos tóxicos ni adicciones es fundamental”, agregó.
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