Qué harán los científicos con un robot sumergible en Patagonia
Está a cargo de investigadores de la Universidad Nacional del Comahue en Patagonia Norte.
En Patagonia Norte ya está presente un robot sumergible para usos científicos único en su tipo en Argentina. Fue adquirido en los Estados Unidos y puede usarse en el ámbito científico, en la industria hidrocarburífera y en el campo vinculado a la producción de energía. Lo compró la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) y cuenta con características que lo destacan en comparación con otros aparatos que hay en el país.
Es un vehículo de Operación Remota (ROV), que conoce en inglés como “Mission Specialist Defender”. Consiste en un equipamiento con tecnología de punta que se compró a un fabricante de Pensilvania. Está hecho de plástico y metal, y es de un metro por 70 centímetros de ancho.
El robot es capaz de sumergirse hasta 1000 metros de profundidad. El equipamiento se adquirió en 2023 a través del programa federal Equipar Ciencia del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que estaba a cargo de Daniel Filmus.
A través de la adquisición del equipo, la universidad pretende contribuir a fortalecer las capacidades del sistema científico nacional, desarrollar líneas de investigación estratégicas en ciencias del mar y brindar servicios de exploración, relevamiento y monitoreo al sector privado.
En diálogo con Diario RIO NEGRO, el doctor en biología Fausto Firstater, investigador de CONICET, docente de la Escuela Superior de Ciencias Marinas (ESCiMar) de la Universidad Nacional del Comahue y Director del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos (CIMAS), explicó que “el diseño del aparato permite su uso para misiones de exploración, prospección y relevamientos, es decir, puede usarse en una amplia variedad de tareas”.
En su conjunto, el sistema del ROV Mission Specialist Defender es una plataforma liviana, compacta, ágil y de rápido despliegue en una gran variedad de ambientes y condiciones de navegación.
Cómo es el robot
Firstater amplió que el equipo dispone de una cámara HD y sistema de iluminación Led, con su consola de control, un brazo manipulador con cinco accesorios prensiles intercambiables, y un sonar bi-banda de ultra alta definición.
También cuenta con un kit de posicionamiento hidroacústico con rango de alcance hasta un kilómetro, cables umbilicales de 450 m de largo, una sonda oceanográfica con seis sensores para mediciones de calidad de agua y los softwares para el control y operación básicos de todo el sistema, además de un software específico de navegación y pilotaje autónomo.
Su diseño modular admite diversas configuraciones. Esto lo hace flexible para diferentes tipos de misiones de exploración, prospección y relevamientos.
El biólogo precisó que se podrán realizar tareas relacionadas con la observación y monitoreo de vida marina, de hábitats, el control medioambiental y evaluaciones hidrográficas.
En tanto, en el ámbito de la ingeniería civil y la industria hidrocarburífera, las aplicaciones se relacionan las inspecciones y relevamientos (de tuberías y cables sumergidos, puentes, reservorios de agua, amarres e infraestructuras portuarias). En la industria de la producción de energía hidroeléctrica, el equipo puede prestar servicios para la inspección visual de represas, tomas y turbinas hidráulicas.
Por su parte, la bióloga marina Macarena Marello, que actualmente realiza un Doctorado en Biología y es becaria doctoral de CONICET destacó que el ROV tiene «potencial para misiones de exploración en ambientes de difícil acceso mediante buceo y en condiciones de corrientes elevadas».
Además que es lo suficientemente versátil y robusto como para ser aplicado y adaptado para cumplir diversos propósitos. «Por ejemplo, podría utilizarse para la descripción topográfica del fondo, monitoreo de estructuras sumergidas, recolección de muestras sedimentarias y biológicas, muestreos no destructivos de la abundancia y tallas de macroorganismos y para el registro continuo de parámetros fisicoquímicos del agua de mar mediante la aplicación de sensores», señaló. Algunas de estas aplicaciones se logran anexando instrumentos especialmente diseñados para el ROV.
La investigadora resaltó una peculiaridad que tiene este robot. Comentó que los ROVs con fines científicos en sistemas acuáticos tienen por lo general propósitos relacionados con la observación del ambiente y los ecosistemas mediante cámaras de alta calidad. Eso es muy útil cuando las condiciones del medio lo permiten, como los ambientes de aguas muy claras. Pero hay sistemas con mayor turbidez que limitan el alcance de visualización de un ROV.
«El Mission Specialist Defender se destaca en ese punto debido a que posee un sonar de gran alcance y resolución que le permite representar gráficamente cómo es el ambiente aún en condiciones de ausencia total de luz. Se puede prescindir completamente de la cámara para la realización de cualquier actividad», explicó.
Además subrayó su maniobrabilidad y control, ya que posee numerosas hélices dispuestas en varios planos y con controles individualizados. Es algo «sumamente ventajoso para poder operar al robot en condiciones con elevadas corrientes y en ambientes que posean estructuras o recovecos que puedan funcionar como puntos de enganche para el ROV», afirmó.
Otra ventaja destacable es que es un ROV modular, lo que implica que se le pueden anexar o adaptar diversas herramientas o equipamientos dependiendo de la actividad que se quiera desarrollar.
«El ROV cuenta por ejemplo con manipuladores de agarre, corte y recolección de muestras, y puede cargar sobre él otros instrumentos, cómo una sonda multiparamétrica que es comúnmente usada en labores científicas. Con esta sonda se puede obtener información de diversos parámetros fisicoquímicos del agua vinculando las observaciones con el posicionamiento geográfico, ya que el ROV posee múltiples sistemas de georreferenciación”, mencionó.
Con el robot, todo eso puede hacerse de forma automatizada y hasta puede predefinirse antes de sumergir. Es decir, si se tiene información del ambiente (adicionando como base una carta náutica o equivalente) y si se quiere hacer un muestreo sistematizado de esos parámetros fisicoquímicos del agua, se pueden configurar previamente la ruta del ROV y los puntos específicos de muestreo», detalló.
Una capacitación para armar un equipo para el robot
Durante el mes de agosto, hubo un curso que formó parte del acuerdo de adquisición del ROV entre la UNCo y VideoRay. Dos instructores enviados por el fabricante capacitaron a ocho docentes, no docentes y estudiantes de la ESCiMar.
El entrenamiento incluyó prácticas de pilotaje manual y automático, mantenimiento del equipo y manejo de los diversos accesorios. Las actividades prácticas se desarrollaron en la pileta municipal, los muelles de San Antonio Oeste y Este, y en el Parque Submarino Las Grutas.
El objetivo fue avanzar en la conformación de un grupo adiestrado en la operación de un equipo submarino de alta complejidad.
«La capacitación fue excelente. Los instructores, que vinieron desde Estados Unidos, nos mostraron múltiples utilidades y formas de operar el ROV adaptando las técnicas a los distintos escenarios utilizados: pileta, muelles con corriente y barco hundido. El proceso fue intensivo, en una semana aprendimos y pusimos en práctica muchas cosas, desde la operación del ROV hasta prácticas de mantenimiento y reparación en caso de ser necesario», destacó Marello.
Además del doctor Firstater, dentro del equipo de operadores del ROV Mission Specialist Defender de la ESCiMar están los licenciados en biología marina Nicolás Cetra, Macarena Marello Buch y Giuliana Burgueño. Además el buzo profesional Sebastián Leal, el ingeniero en redes Mariano Soria, el doctor en Biología Matias Ocampo y el estudiante avanzado de la carrera de Licenciatura en Biología Marina de la ESCiMar, Franco Zoppolo.
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