Por qué el hallazgo de una tortuga extinta fascina a los paleontólogos 

Se encontró un cráneo cerca de Roca, Río Negro. Qué permite saber sobre cómo era el ambiente hace 70 millones de años.

Los quélidos son una familia de tortugas de agua dulce que habitan en Australia, Nueva Guinea y Sudamérica. Científicos del Museo Argentino de Ciencias Naturales, que depende del Conicet, la Universidad Maimónides y de la Fundación Azara describieron un nuevo género y especie de ese tipo de tortuga de cabeza plana que se extinguió. Vivió hace 70 millones de años en el actual territorio de Río Negro y se la conoce como «tortuga cuello de serpiente«.  

El estudio fue publicado por Federico Agnolin, Alexis Aranciaga-Rolando y Raúl Ortiz, en la revista especializada Alcheringa: An Australasian Journal of Palaeontology

Los restos encontrados consisten en un cráneo parcial y fueron hallados por Ortiz, quien es aficionado y coautor del trabajo, cerca de la ciudad de General Roca. El sitio es parte de una cantera de bentonita.Está ubicada en la zona de bardas, al norte del barrio J. J. Gómez. 

“Tuve la suerte de haber encontrado en 2014 la parte superior del cráneo de una tortuga, donde se ven las órbitas de los ojos. En ese mismo lugar había identificado restos de Plesiosaurios, que son un género extinto de reptiles marinos”, contó Ortiz a Diario RÍO NEGRO


Cómo era el lugar 


El lugar donde se preservó el cráneo es parte de lo que para los científicos se denomina “Formación Allen”, una unidad geológica que alcanza un grosor máximo de aproximadamente 30 metros y se compone principalmente de rocas pelitas verdosas que se alternan con psamitas finas, calizas estromatolíticas y yeso hacia los niveles superiores.  

De acuerdo con Ortiz, la zona del Área Natural Protegida Paso Córdoba forma parte de la formación Allen inferior. Allí antiguamente había un delta. “El delta luego se transformaba en estuario en el sector de J. J. Gómez, porque allí comenzaba a ingresar el mar Atlántico y comenzaban a mezclarse las aguas. Es decir, Roca es una zona de mezcla de ambientes continentales y marinos”, dijo. 


Qué implica el hallazgo 


El hallazgo aporta información valiosa sobre la morfología craneal de un grupo de tortugas extintas, del que se conocía poco debido a que el registro fósil es escaso. 

Lo que hace único al fósil es que conserva la parte anterior del cráneo, una característica que no se había observado en otros miembros de este clado.  

El hallazgo aporta información clave sobre la morfología craneal de tortugas extintas/MACN -Conicet

“Si bien está incompleto, se trata de uno de los pocos cráneos que se conocen de tortugas tan antiguas. El cráneo muestra que la nueva especie, a la que llamamos Iaremys batrachomorpha, tenía un cráneo muy achatado y de hocico redondeado, con los ojos ubicados en el tope de la cabeza, lo que recuerda superficialmente a un sapo”, afirmó  en diálogo con Diario RÍO NEGRO el científico Federico Agnolín, primer autor del trabajo, quien forma parte del Laboratorio de Anatomía Comparada. Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia» en Buenos Aires. 

El estudio del animal ofrece una oportunidad para comprender mejor la evolución y las características anatómicas de las tortugas prehistóricas. “El descubrimiento no solo amplía el conocimiento sobre la diversidad de las tortugas del grupo de los quélidos durante el Cretácico Superior, sino que también subraya la importancia de la región de Río Negro como un sitio clave para la paleontología en América del Sur”, señaló Agnolin. 


Convivencia con los dinosaurios 


“La especie de tortuga descrita convivió con los dinosaurios. Fue hallada junto a una enorme variedad de peces extintos, reptiles como los plesiosaurios (que eran de cuello largo), dinosaurios carnívoros y herbívoros de cuello largo, así como dinosaurios con pico de pato”, comentó el investigador.    

En la Formación Allen se han identificado una rica diversidad de fósiles vertebrados, incluyendo peces como Metaceratodus y Lepisosteidos, reptiles marinos como el plesiosaurio Kawanectes, y restos de dinosaurios. 

Además -agregó Agnolin- “los rasgos anatómicos del cráneo distinguen a Iaremys de cualquier otra tortuga viviente o extinta e indican que era un predador de pequeños vertebrados a los que atrapaba mediante succión. Seguramente se alimentaba de peces”. 

Cuando vivía, la tortuga convivió con dinosaurios, peces y otros reptiles extintos en Patagonia/MACN-Conicet

Los investigadores agradecieron la colaboración del personal del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados del MACN, especialmente a Julia D’Angelo, Ana Moreno Rodríguez, Marcelo Isasi, Gonzalo Muñoz, Federico Brissón-Egli, Jordi García Marsá, Gerardo Álvarez Herrera, Sebastián Rozadilla y David Piazza, entre otras personas. Contaron con subsidios del Conicet, el ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Argentina y de National Geographic.  


El presente de muchas tortugas 


El ejemplar encontrado cerca de Roca perteneció a una especie de tortuga que se extinguió. En la actualidad, de acuerdo con un trabajo realizado por científicos de Estados Unidos, Francia, Australia y Alemania, que pertenece a la Fundación de Investigación de los Quelonios y Turtle Conservancy, aproximadamente la mitad de las 357 especies de tortugas reconocidas científicamente están en peligro de extinción. En el atlas «Tortugas del mundo», destacaron que la pérdida de hábitats y la captura excesiva para consumo humano y el comercio de mascotas son las principales amenazas para estos reptiles. 

Los resultados muestran una drástica reducción en los hábitats de casi todas las especies, lo que pone en evidencia el impacto de la actividad humana en su supervivencia. El atlas ofreció una base sólida para que las legislaciones nacionales e internacionales tomen medidas urgentes en favor de la conservación de las tortugas. 


Los quélidos son una familia de tortugas de agua dulce que habitan en Australia, Nueva Guinea y Sudamérica. Científicos del Museo Argentino de Ciencias Naturales, que depende del Conicet, la Universidad Maimónides y de la Fundación Azara describieron un nuevo género y especie de ese tipo de tortuga de cabeza plana que se extinguió. Vivió hace 70 millones de años en el actual territorio de Río Negro y se la conoce como "tortuga cuello de serpiente".  

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