No tienen cola larga ni oreja: por qué estudian a los roedores tuco-tucos

Investigan por qué hay tanta diversidad de especies en Patagonia andina.

Los tuco tuco son roedores que no tienen ni cola larga ni orejas, aunque sí tienen oídos. Son de cuerpo cilíndrico y llevan una vida subterránea: construyen túneles y montículos de tierra que sacan a la superficie y hasta cámaras de acopio de alimentos y nidos donde duermen. En América del Sur, desde el sur de Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil hasta el sur de la Argentina y Chile, incluyendo Uruguay, se han reconocido unas 70 especies de tuco tuco En la Patagonia, habitan aproximadamente 7 especies.

Desde el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA), que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue, en Bariloche, se estudian las relaciones evolutivas de sus poblaciones, el comportamiento de esos animales y se evalúan su estado de conservación.  

Uno de los investigadores que busca comprender la diversificación y ecología de los tuco tuco es el biólogo Mauro Tammone, quien ya ha publicado varios estudios. “Uno de los aspectos que más sorprende es el amplio rango de distribución de los tuco tuco y que hay aún huecos sobre su presencia en Patagonia. Podría haber más especies de las que ya se han descripto”, afirmó en diálogo con Diario RIO NEGRO.  

El nombre «tuco-tuco» está en relación con el sonido que emiten. Es como un golpeteo o chirrido repetitivo. “Se estima que el grupo evolucionó a partir de un ancestro común hace algo más de un millón y medio de años en base al registro fósil y a las evidencias moleculares. Luego hubo una radiación explosiva que evolucionó hacia una diversidad de al menos 70 especies descriptas hoy en día”, dijo Tammone. 

“Se considera que el hecho de que sean animales subterráneos habría favorecido también su diversificación. Como las poblaciones se encuentran en un territorio restringido y no se dispersan en largas distancias, quedan aisladas unas de otras. Con el tiempo se van diferenciaron y surgen nuevas especies”, comentó el biólogo, quien también investiga entre las relaciones evolutivas de los roedores en todo el país.  

Años atrás se creía que los tuco tuco eran solitarios y que cada animal vivía en un sistema de madriguera. Eso ocurre con la mayoría de las especies del género Ctenomys. Pero se descubrió una nueva especie en el sur de Neuquén (Ctenomys sociabilis) y sorprendió. Allí varios individuos de esa especie pueden compartir la madriguera. Más estudios han encontrado variaciones de sociabilidad: algunos comparten solo tramos de la madriguera. Durante la tesis de doctorado, Tammone comparó a esa especie de Neuquén con otra que vive cerca que no es sociable.    

“La ciencia trabaja con hipótesis, que vamos confirmando o rechazando. Entre ellas, hemos estado observando que hay áreas con mayor diversidad de especies de tuco tuco. Habría una mayor cantidad de esas áreas en la zona andina en comparación con la zona central y costera la región Patagonia. La pregunta actual es si la variabilidad climática y otros factores han influenciado este patrón de diversificación”, comentó.

Algunas especies de tuco tuco son solitarias y otras son sociables: comparten las madrigueras /Crédito Conicet

En el sur de Mendoza, se han identificado 3 linajes y 5 especies. Una de ellas fue descripta y publicada por Tammone este año y se llama Ctenomys miguelchristie, en homenaje a Miguel Christie. “Ahora estamos investigando otra región en Neuquén, que también parece tener una alta diversidad”, contó.  

Si bien algunas personas pueden percibirlos como plagas en áreas agrícolas, son importantes para la salud de los ecosistemas donde viven, ya que sus actividades de excavación airean el suelo y facilitan el crecimiento de plantas.  

“Los tuco tuco son considerados como ingenieros de ecosistema por la modificación constante que realizan: afectan la disponibilidad de recursos a otras especies”, resaltó. «No comen raíces sino hojas de plantas», aclaró el doctor Tammone, quien colabora con Ulyses Pardiñas, investigador del CENPAT del Conicet en Puerto Madryn y con científicos del Museo de Vertebrados de Berkeley, Estados Unidos, como Eileen Lacey. 

En el pasado, los tuco tuco eran consumidos como recurso alimenticio por muchas tribus en Patagonia y en otras áreas del país. En Tierra del Fuego, para los selknam, era incluso su principal fuente de alimento. 


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