Los murciélagos de la Patagonia no son plagas, ni ciegos ni ratones viejos

Son mamíferos que vuelan y traen beneficios. Pero aún hay prejuicios sobre ellos

En las oficinas del Registro Civil de la ciudad de Centenario, en Neuquén, entraron 11 murciélagos y las autoridades decidieron suspender la actividad en el edificio por temor. Los ejemplares de murciélagos fueron retirados en bolsas por considerarlas como “plagas”. Sin embargo, desde la biología no es correcto considerarlas dentro de esa categoría: son especies protegidas.

Desde el Programa de Conservación de Murciélagos de Argentina (PCMA) y la Fundación Inalafquen se aclaró que es incorrecto percibir a los murciélagos como “plagas” y que aún persisten prejuicios, mitos y creencias que no se corresponden con el conocimiento científico actual y el respeto a la biodiversidad.

En el mundo, existen cerca de 1.400 especies de murciélagos y más de 300 están en Sudamérica. En las provincias de Neuquén y Río Negro habitan 9 especies de murciélagos. Una de ellas lleva el nombre científico Tadarida brasiliensis, y se la conoce popularmente como murciélago moloso común. Los ejemplares que estaban en el Registro Civil de Centenario pertenecerían a esa especie. En diálogo con RIO NEGRO, Mirta Carbajal, representante del Programa PCMA e integrante de la Fundación Inalafquen, explicó: “No se puede considerar plaga a los murciélagos protegidos por la ley nacional de Fauna Nº 22.421. Además, en el caso de la especie de murciélago Tadarida brasiliensis está protegida también por la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres, más conocida como la Convención de Bonn. Esa convención internacional tiene rango de ley en la Argentina”.

El murciélago escarchado grande es uno de las 9 especies de mamíferos que vuelan en Patagonia. 
Crédito: Mariano Sánchez (SAREM)

Otro error es estimar que 11 ejemplares de murciélagos signifiquen una cantidad enorme. “La especie moloso común generalmente vive en refugios en construcciones humanas en las ciudades. Once murciélagos son solo un grupo pequeño. Mandarlos a Zoonosis sin que hayan tenido contacto con su saliva es una acción desmesurada. Es un gasto inútil”, opinó Carbajal. Además del moloso común, las especies de murciélagos que habitan en Neuquén y Río Negro son: el murciélago orejón grande oscuro, el orejón austral, el orejón chico, el escarchado chico,y el escarchado grande. También se ha registrado la presencia del murciélago peludo rojo, el murcielaguito de Chile y el murcielaguito amarillo. “Todas las especies de murciélagos que habitan en Río Negro y Neuquén están clasificadas en la categoría “preocupación menor” en su estatus de conservación”, comentó.

En el caso de la provincia de Rio Negro rige un decreto de fauna silvestre que regula cómo se debe actuar en conflictos con murciélagos. Está prohibido fumigar. En cambio, Neuquén no cuenta aún con una norma específica. La bióloga Carbajal aclaró con detalles diferentes desinformaciones que circulan sobre los murciélagos.

“Es falso que son una plaga. Los murciélagos no son plagas sino que son mamíferos beneficiosos incluso para los seres humanos. Pueden comer insectos que son perjudiciales para los cultivos y la salud humana. Por ejemplo, se comen a la polilla Carpocapsa y a la grafolita en Rio Negro, que son plagas que afectan a las manzanas, los perales y los nogales. También sirven para controlar las poblaciones de mosquitos, moscas, cascarudos, saltamontes, langostas, y cucarachas”, dijo.

Con la presencia de murciélagos en los lugares, “se reduce el uso de insecticidas que son productos químicos y pueden tener efectos adversos en la salud humana. También colaboran con mantener saludables a los ecosistemas: algunas especies de murciélagos se alimentan de frutos y luego dispersan las semillas. Esto ayuda a la regeneración de los ambientes naturales”, precisó la experta.

Es también falso que los murciélagos sean ciegos. “Como los murciélagos usan de noche la eco localización para capturar sus presas, algunas personas creen que son animales ciegos. Pero no es cierto. No existe ni una especie de murciélago que sea ciega. Todos tienen ojos funcionales y ven bien. Incluso algunas especies tienen ojos muy grandes”, resaltó Carbajal.

Uno de los 11 murciélagos que fue encontrado en el Registro Civil de Centenario en Neuquén. 

La mayoría de los murciélagos no tienen rabia, que es una enfermedad causada por un virus que se puede prevenir administrando una vacuna. El perroes la principal fuente de muertes humanas por rabia según la Organización Panamericana de la Salud. De acuerdo con Carbajal, solo hasta el 1.5% de la población de murciélagos tiene el virus que causa la rabia.

Un individuo de murciélago enfermo puede mostrar comportamientos de vuelo diurno, estar atontados. Pero no pasan a ser agresivos por la rabia como sí ocurre en perros y gatos, detalló.

“Lo importante es no manipular mamíferos desconocidos con las manos desnudas para evitar una mordedura, aunque solo lo harán en defensa propia. Además siempre se recomienda tener perros y gatos vacunados anualmente contra la rabia”, sugirió.

Es un mito que los murciélagos de Patagonia se alimenten de sangre. “Todas las especies de murciélagos que se han descripto en Patagonia comen insectos. Eventualmente, pueden comer arácnidos. Pero son básicamente insectos voladores que cazan en vuelo. Ninguno se alimenta de sangre”, subrayó. Tampo co son ratones viejos. “Desde el punto de vista filogenético, los murciélagos de Patagonia están muy lejos del grupo de los roedores. No tienen antepasados en común y son muy diferentes en muchos aspectos”, señaló.

Ficción vs. Ciencia: Desde Drácula a Batman

“Durante siglos los prejuicios sobre los murciélagos abonaron creencias, temores y rechazos más afines con las supersticiones que con la ciencia. Ese compendio es tan dispar que ha sido capaz de concebir al Conde Drácula, padre del vampirismo, como a uno de los máximos paladines de la justicia: Batman”, según escribió el naturalista Claudio Bertonatti, investigador adscrito de la Universidad Maimónides y asesor científico de la Fundación Azara en el prólogo de la Nueva Guía de los Murciélagos de Argentina.

Los autores de la publicación son Rubén M. Barquez y Mónica Díaz, con la colaboración de María Eugenia Montani y María Julieta Pérez (Se descarga desde aquí: http://www.pcma.com.ar).


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