«La ciencia bajo amenaza en las elecciones argentinas», advierte investigador en Nature

Es el geólogo Víctor Ramos, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales y profesor emérito de la UBA.

Este domingo, la Argentina vota para decidir quién ocupará la Presidencia, y el presidente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, el doctor Víctor Ramos hizo una advertencia a través de un artículo de opinión que publicó en la prestigiosa revista Nature.

“Los científicos, incluido yo, estamos profundamente preocupados: existe una posibilidad muy real de que el candidato del Partido Libertario de extrema derecha, Javier Milei, pueda ser el próximo líder de nuestro país”, escribió.

El científico aclaró que “los presidentes argentinos tienen poderes de gran alcance. Son a la vez jefes de Estado y jefes de gobierno, así como comandantes en jefe de las fuerzas armadas”.

La preocupación surgió a partir de diferentes posturas que ha expresado el candidato presidencial Milei. Ramos puntualizó: “Expresa admiración por Donald Trump al mismo tiempo que defiende puntos de vista anticientíficos y aboga por un Estado minimalista extremo. Ha negado repetidamente la existencia de un cambio climático antropogénico. Ha dicho que quiere cerrar los ministerios de Medio Ambiente y Salud, así como el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad”.

El investigador Víctor Ramos expresó su preocupación por el riesgo de que se reduzca el presupuesto para las actividades científicas en Argentina.

También señaló que Milei “quiere privatizar o eliminar el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Su plan es sustituir la educación primaria, secundaria y universitaria pública y gratuita por un sistema de vouchers”.

De acuerdo con la perspectiva del geólogo, “los planes de Milei son miopes y alteran la larga tradición argentina de priorizar la educación financiada por el Estado y valorar la ciencia. Para ser un país clasificado por el Banco Mundial como de ingreso medio alto, Argentina tiene una orgullosa historia de investigación”.

Recordó que el país cuenta con tres premios Nobel de ciencia: el fisiólogo Bernardo Houssay, el bioquímico y médico Luis Federico Leloir y el bioquímico César Milstein. También el diplomático argentino Raúl Estrada Oyuela fue el presidente de las negociaciones y una fuerza líder para el Protocolo de Kioto de 1997, el primer tratado global legalmente vinculante sobre el cambio climático.

En cuanto al Conicet, el organismo público que fue fundado en 1958, Ramos resaltó que se ha posicionado como la principal institución científica de América Latina durante los últimos cinco años. Sus 300 institutos de investigación emplean a casi 12.000 investigadores a tiempo completo en todas las disciplinas científicas.

Milei propone privatizarla ante lo que llama su “falta de productividad”. Sin embargo, el conocimiento desarrollado por el Conicet y las universidades nacionales de Argentina ha facilitado logros importantes, como la fabricación de kits de detección de COVID-19 durante la pandemia y el desarrollo de semillas de soja y trigo resistentes a la sequía.

“Hace apenas unas semanas, investigadores del Conicet lanzaron en Buenos Aires la empresa de biotecnología Galtec para producir anticuerpos monoclonales para tratar el cáncer y enfermedades inmunológicas”, precisó Ramos.

“Según la lógica de Milei, los 30 años de investigación básica que subyacen a estos tratamientos fueron una actividad parasitaria realizada a expensas del Estado y del pueblo”, detalló.

Además, el doctor Ramos expresó: “En los casi 60 años transcurridos desde que me gradué de la Universidad de Buenos Aires en 1965, y en mis varias décadas como geólogo allí, nunca escuché a un político proponer ideas tan extremas en mi país”.

Ante la posibilidad de que Milei sea presidente, “muchos estudiantes hablan de irse del país. Los investigadores se están uniendo frente a estas amenazas. En agosto, los presidentes de las principales universidades del país se reunieron y redactaron una declaración defendiendo el acceso a la educación superior como un derecho de los argentinos y un bien público”, mencionó.

El experto comentó que “No hay duda de que Argentina se encuentra en una profunda crisis económica y necesita hacer cambios importantes. El país ha experimentado más de ocho años de dificultades económicas, incluida una inflación anual de más del 120%, y tiene una deuda de aproximadamente 43.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. El cuarenta por ciento de la población vive en la pobreza. Sin embargo, siempre ha habido consenso cultural en que la educación y la ciencia son claves para el progreso y el desarrollo de la Nación, sustentan la riqueza comercial, generan patentes nacionales e internacionales y crean empresas de base tecnológica”.

Como ejemplo, subrayó que “las estadísticas muestran que los países que más invierten en investigación y desarrollo avanzan más rápidamente. Israel y Corea del Sur invierten cada uno alrededor del 5% de su producto interno bruto; Estados Unidos invierte el 3,46%. La cifra de Argentina es del 0,5%. Contrariamente a los planes de Milei, la inversión en ciencia y educación científica debe aumentar, para el futuro del país y para lograr una mejor calidad de vida para sus habitantes. Los científicos de Argentina y de otros países deben gritar más fuerte y hacer oír su voz”.


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