El íncreíble ecosistema del Monte en la Patagonia
A primera vista, el Monte Austral del noreste patagónico pareciera sumamente monótono. Resalta una aridez extrema, la tierra reseca y los arbustos espinosos. Sin embargo, si uno se permite recorrerlo lentamente y apreciarlo con detenimiento, descubrirá que, en realidad, esconde una diversidad vegetal mucho más rica que los bosques. Es un ecosistema que no se encuentra en otra zona del planeta. El monte constituye una ecorregión que solo se puede hallar en Argentina.
«Compartimos bosques y la estepa con Chile; La Pampa con Uruguay y las selvas con Brasil. Pero el monte solo se puede encontrar en Argentina. No está en ningún otro lugar y eso la hace una zona tan particular», celebró la bióloga Marcela Ferreyra.
Esta experta nació en Córdoba y empezó a estudiar biología en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Decidió terminar esa carrera en el Centro Regional Universitario Bariloche de la Universidad Nacional del Comahue en Bariloche. Desde entonces se ha dedicado su vida a registrar especies de plantas de la Patagonia. Los días 26 y 27 de octubre próximo junto con otros especialistas, Ferreyra develará las singularidades del ecosistema del Monte. El encuentro incluye una salida de campo al Área Natural Protegida Paso Córdoba.
Qué es el ecosistema de Monte
El Monte cruza el noreste de la Patagonia, desde el norte de Neuquén, atravesando Zapala y Cutral Co. Abarca el noreste de Río Negro y Chubut, incluyendo Puerto Madryn y la zona de Las Grutas. Al circular por la ruta nacional 40, desde Bariloche hacia Neuquén, al pasar Piedra del Águila, es posible encontrar monte. Al igual que por la ruta nacional 23, a la altura de Ramos Mexía. «Toda esa vegetación baja hasta el este de Chubut», afirmó Ferreyra.
Advirtió que el Monte en la Patagonia se diferencia del que se desarrolla más al norte, entre Mendoza y La Rioja. «Hablamos de una ecorregión patagónica; por eso, lo llamamos monte austral. Hay especies del monte que no crecen en Patagonia porque necesitan más temperatura. A la vez, hay especies en Patagonia que no están más al norte«, especificó Ferreyra, que es autora de la Guía de identificación de flores del monte.
No son pocos los que confunden la estepa con el monte. O quienes no saben diferenciar dónde termina uno y comienza el otro. Es innegable: son muy parecidos. El monte, en cierta medida, luce como la estepa aunque es más arbustivo y ocupa la zona más baja y de mayor temperatura de la Patagonia. «Para que se desarrolle el monte se requiere una temperatura media anual de más de 14 grados; la estepa, en cambio, tiene una temperatura media anual de menos de 13 grados», subrayó.
A fin de adaptarse a la falta de agua y los altos niveles de insolación, los arbustos son espinosos a modo de protección y para acumular agua, sin hojas o con hojas pequeñas -que duran muy pocos días-, con cubiertas resinosas.
Qué especies vegetales habitan en el Monte
Hay dos especies de arbustos resinosos que caracterizan fitogeográficamente a la ecorregión del monte y que no están en la estepa: las jarillas -hembra y macho-. «Uno podría usar esas plantas como referencia para saber dónde empieza el monte y dónde termina la estepa. Hay una zona de transición. Si uno buscara alguna planta simbólica de la estepa, por ejemplo, podría mencionarse el neneo», dijo Ferreyra.
La Patagonia árida, conformada por el Monte y la Estepa, alberga el 65% de las plantas de toda la Patagonia, es decir, alrededor de 1.400 especies.
Para Ferreyra, las personas no aprecian tanto la diversidad en las zonas áridas ya que suele asociar la diversidad con la exuberancia. Considera al bosque más rico ya que es más verde y las plantas tienen una mayor cobertura vegetal; mientras que el monte cuenta con muchos arbustos espinosos que, cuando no están en flor. Son muy parecidos.
«En realidad -advirtió-, las zonas áridas de la Patagonia son más ricas en especies que el bosque, al igual que la alta montaña. Los bosques, bajo el dosel arbóreo, son oscuros, húmedos, más homogéneos en oferta de ambiente (lo que no quiere decir que sean pobres). Pero los ambientes abiertos ofrecen una gran diversidad de hábitats: por ejemplo, zonas áridas y otras húmedas o anegadas, sitios rocosos, otros arenosos o arcillosos, llanos o con colinas o elevaciones.
Cuáles son las amenazas para el Monte
La zona del Monte cercana a Rincón de los Sauces resulta sumamente rica en especies ya que en esta zona ingresan algunas que crecen más al norte. Sin embargo, la actividad petrolera es la principal amenaza en la zona del monte, afirmó. Un grupo llamado Cofradía Rincón propuso la creación de reservas naturales en el área, aunque no encuentran respuesta por parte de las autoridades.
Con respecto a las especies del monte que están más amenazadas, Ferreyra mencionó a Aylacophora deserticola, que solamente se ha encontrado cerca de Cutral Co, Añelo y Rincón de los Sauces, zonas que coinciden con el yacimiento de Vaca Muerta. «Se están haciendo desastres ambientales en esa zona con la explotación petrolera. Se están abriendo caminos y haciendo exploraciones», señaló la bióloga.
Otra especie amenazada es el cactus Denmoza rhodacantha endémico de Argentina. Aunque también crece más al norte, hay una pequeña población cerca del cerro Pequenco, en Buta Ranquil, al pie del volcán Tromen, al norte de Neuquén. En ese sector, las rocas mezcladas con arenisca, caliza y sales estratificadas crearon un ambiente que favorece a esos cactus.
«Esta población es valiosa porque está en el límite austral. Siempre se dice que son interesantes las poblaciones marginales porque tienen variabilidad genética. Y esa población está amenazada también porque la gente las destruye, trata de llevárselo y hasta escribe en los tallos con punzones», destacó. Los cactus, en general, sufren la presión de los coleccionistas. También se refirió a la expansión de los núcleos urbanos en la zona de Neuquén, Roca, Cipolletti y Allen, en detrimento de la zona del monte.
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