Dinosaurios que llevan nombres de mujeres: un tributo inesperado
La nueva especie Emiliasaura alessandri homenajea a una figura fundamental en el ámbito cultural regional en Patagonia. Por qué el hallazgo se destaca
La Patagonia tiene un registro de dinosaurios muy diverso, que comprende casi la totalidad de su historia evolutiva desde hace 135 millones de años hasta el momento en que desaparecieron de la faz del planeta. Varias de las especies que se han descripto tienen nombres científicos que rinden homenajes a mujeres.
Una de las últimas es Emiliasaura alessandri, que significa “lagarto de Emilia Ondettia de Fix y Carlos Alessandri”. Pero también hay otras especies que llevan nombres femeninos: Gasparinisaura cincosaltensis; Anabisetia saldiviai, Isaberrysaura mollensis. Ya mucho más al extremo sur investigadores encontraron los restos de Trinisaura santamartaensis en el continente antártico.
Qué se sabe sobre Emiliasaura
Emiliasaura alessandri es una especie que fue identificada por científicos del Museo Carmen Funes, en Plaza Huincul, Neuquén, el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología, en General Roca, Río Negro, el Museo Municipal Ernesto Bachmann, en Villa El Chocón, la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural y el Conicet de la Argentina junto con colegas de Canadá y Alemania.
Se trató de una especie de dinosaurio herbívoro que vivió hace aproximadamente 130 millones de años en el territorio actual de Neuquén.
Tiene dos singularidades: ser el primero de la familia de rhabdodontes que se halló en América del Sur y el más primitivo con alrededor de 130 millones de años.
«En términos de géneros de dinosaurios ornitópodos dedicados a mujeres existen muchos en Patagonia norte. Emiliasaura es la última y más reciente», explicó a Diario RIO NEGRO el paleontólogo Rodolfo Coria. Como autor de este género, busca que la mujer homenajeada se haya destacado por determinadas acciones. «Emilia era la candidata perfecta por su acción y para que su recuerdo quede plasmado en un nombre científico», describió.
Se trata de Emilia Ondetti de Fix, impulsora del museo histórico de Las Lajas, en la provincia de Neuquén. Tuvo un vínculo muy fuerte de intercambio de información con el primer director del museo Carmen Funes de Plaza Huincul, Francisco Garrido, entidad que también dirigió Coria y sigue vinculado hasta hoy.
«A la abuela Emilia le acercaron elementos de la pionera de Plaza Huincul, doña Carmen Funes. Ella los trajo y los tenemos aquí en exposición. La conocí y era una mujer entrañable», refirió el investigador.
El equipo de investigadores determinó que Emiliasaura es un dinosaurio ornitópodo, herbívoro, bípedo, corredor, pero no saltador. No eran de gran tamaño -entre los 3 a 5 metros de longitud- y si se los quisiera comparar con algún animal de la actualidad sería del porte de un ñandú.
«Eran de patas muy bien desarrolladas y adaptadas a la carrera. Brazos pequeños y manos prensiles», describió Coria.
Por qué se destaca en el mundo
La trascendencia de estos ejemplares hallados en cercanía a Las Lajas es que dentro del grupo de ornitópodos, existe una familia llamada Rhabdodontes, cuyo registro era exclusivamente europeo. Con los años, empezaron a identificarse otras especies de dinosaurios que se habían encontrado en Australia y Norteamérica.
«Antes del hallazgo de Emiliasaura, no había especies de Rhabdodontes identificadas aquí: es la primera sudamericana y, es la más primitiva. Estas son las dos características diferenciales. Podemos decir entonces que la historia de los rahbodontes comienza en Las Lajas hace 130 millones de años», destacó Coria.
Es probable que en el futuro se registren más hallazgos de Rhabdodontes más antiguos en Patagonia, situados en las rocas jurásicas de Chubut, por ejemplo. Es porque la anatomía de Emiliasaura indica que: «debe haber una historia más antigua en América del Sur», subrayó.
Coria mencionó que para diferenciar entre una y otra especie de dinosaurios se identifican características anatómicas determinadas. El desarrollo de esas características anatómicas les brinda una idea de la secuencia evolutiva.
Los rhabdodontes europeos tienen características más avanzadas que Emiliasaura y lo que revela que tenían una historia más antigua que no se conocía. Emiliasaura es la primera que se conoce de esa historia ancestral.
«Es como encontrar materiales que aparecen en otros continentes, que son muy abundantes, reconocidos y populares, pero no sabes ni de dónde vienen ni cómo se originaron y encontrás en Sudamérica al abuelo», acotó.
Entre los rhabdodontes europeos y Emiliasaura hay una diferencia temporal de 50 millones de años. Si bien hay muchísimo tiempo que se desconoce de este grupo, este hallazgo da una idea de la etapa más primitiva de la historia.
Cómo fue el hallazgo
La segunda parte del nombre científico está dedicada a Carlos Alessandri que fue la persona que dio el aviso del hallazgo de los huesos. Es un vecino de Las Lajas que se acercó al museo de esa localidad y la institución se comunicó con el paleontólogo Coria. Fue en 2008. Los trabajos posteriores en el área permitieron encontrar nuevos materiales -en 2010- y con todo eso que está resumido en dos ejemplares pudieron identificar características anatómicas para fundar una nueva especie y hacer el estudio representativo.
La identificación de qué tipo de ornitópodo era Emiliasaura implicó mucho tiempo de dedicación a los investigadores, al no estar completo. «El estudio de detalles es muy lento. Las matrices utilizadas para analizar las características anatómicas son enormes. Se requiere muchísimo tiempo para elaborar los análisis», dijo el paleontólogo.
Qué era la Gasparinisaura cincosaltensis
Otro dinosaurio que honra las contribuciones de una mujer es Gasparinisaura cincosaltensis. Alude a la paleontóloga argentina Zulma Brandoni de Gasparini, quien contribuyó al estudio de los reptiles del mesozoico en Patagonia. Mientras que la especie indica la localidad rionegrina de Cinco Saltos, donde se hallaron los fósiles en 1992. En el estudio de esa especie trabajaron Coria y el paleontólogo Leonardo Salgado.
Para Coria, el hilo de relevancia está dado en que fue el primer ornitópodo hallado en Sudamérica. «Antes de este descubrimiento no se sabía que este dino había vivido en América del Sur. Es el primero endémico. Si bien hubo ornitópodos en Río Negro, eran formas que bajaron desde América del Norte a fines del Cretácico entonces eran invasoras. Fue el primero que indicaba la presencia de un linaje endémico», subrayó.
Después de este descubrimiento, vino un aluvión de hallazgos de Patagonia de ornitópodos basales, concluyó.
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