Cuáles son las claves para producir más trufas

Con técnicas de la biología molecular se puede mejorar el rendimiento.

Las trufas son sabrosas, nutritivas y muy raras, una combinación que las convierte en uno de los alimentos más caros del mundo por su peso. Se sabe que tanto Río Negro como Neuquén tienen zonas aptas para instalar truferas.

«Recién estamos haciendo camino. Asesoramos a truferas que han implementado especies de árboles inoculadas. Estamos viendo cómo resultan», explicó María Belén Pildain, doctora por la Universidad de Buenos Aires en ciencias biológicas investigadora del Conicet en el CIEFAP

En relación a las altas temperaturas del verano, cuando los hongos tienen menos fructificación, se recomienda un manejo del predio para que la temperatura no afecte tanto. «El manejo de la poda puede ayudar mucho así como hacer evaluaciones periódicas del estado de las raíces es muy recomendable para saber que está pasando bajo tierra y poder entonces tomar decisiones de manejo a tiempo», especificó Barroetaveña.

Uno de los productores de trufas de Choele Choel, en Río Negro/Archivo https://www.rionegro.com.ar/diamante-negro-las-primeras-trufas-de-la-patagonia-son-de-choele-choel-998943/

La científica mencionó que en la zona andina de Patagonia, hay suelos que tienden al ph ácido. “Es posible corregirlo agregando carbonato de calcio. Hay que ir chequeándolo regularmente y corregirlo cuando baja», expresó.

Dijo también que para que la trufa fructifique, debe haber micelios (hebras que conforman el cuerpo del hongo) machos y hembras en el suelo de la plantación. «Con técnicas moleculares, evaluamos si están presentes macho y hembra o si hay desbalance. El productor, a su vez, debe agregar esporas al campo para mejorar ese balance», puntualizó.

Otra instancia de participación de las investigadoras es en el chequeo del inóculo (las esporas análogas a las semillas de las plantas encargadas de la reproducción que son microscópicas).

«Si a un productor le venden un inóculo que no es trufa negra, hará una inversión grande y va a tener trufas de menor valor. Además, el suelo queda contaminado con otra especie. También analizamos los plantines que producen los viveros. Para asegurar una buena producción hay que tener un porcentaje alto, más del 40%, de las raíces colonizadas con esta especie de hongo», dijo Pildain.

Según la cantidad de árboles, se pueden alcanzar en promedio entre 30 y 50 kilos de trufas por hectárea al año, excepcionalmente 120. «Por eso -agregó- es importante la selección del sitio, la calidad de la planta inoculada, la pureza de esas raíces y el manejo posterior».


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