Cuál era el pez que nadaba hace 150 millones de años en el mar de Neuquén

Lo hallaron científicas de Argentina y Estados Unidos. Es la primera reconstrucción de un pez para la Formación Vaca Muerta

Hace más de 150 millones de años atrás, durante la era Mesozoica, una buena parte de los actuales territorios de Neuquén y Mendoza se encontraban bajo agua. Entre los vertebrados más numerosos habitaban peces marinos. Ahora, un equipo de una investigadora en paleontología del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata con colegas de Estados Unidos pudieron describir una especie de pez del pasado: le llamaron Kaykay lafken.

Se trata de la primera reconstrucción de un pez para la Formación Vaca Muerta, comentó Soledad Gouiric-Cavalli, la paleontóloga argentina, quien hizo estudios junto con su colega Gloria Arratia, del Instituto de Biodiversidad y Departamento de Ecología y Sistemática Biológica de la Universidad de Kansas, Estados Unidos. Investigaron numerosos materiales fósiles provenientes de la formación geológica Vaca Muerta, en la Cuenca Neuquina.

Es un pez carnívoro, de una longitud total superior a los dos metros, que habitó la Patagonia argentina durante el Jurásico Superior, hace alrededor de 150 millones de años. Tenía aletas pectorales en forma de guadaña, escamas muy pequeñas y delgadas, “por su forma, tamaño y tipo de nado podría decirse que era similar a algunos peces teleósteos actuales, como los atunes, o los peces vela y espada”.

La evidencia indica, además, que era “ictiófago”: se alimentaba de otros peces. Uno de los ejemplares encontrados tenía una presa en el interior de su cavidad estomacal: la columna de un teleósteo. La nueva especie descripta es un pez paquicórmido. Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Journal of Systematic Palaeontology.

La doctora Gouiric-Cavalli comentó a RIO NEGRO que las investigaciones de peces en el país se habían iniciado en la década del 40, pero los restos eran muy fragmentarios y las descripciones muy escuetas. Indicó que los peces “ en general, están poco estudiados en el hemisferio sur”. Pero el trabajo de Gouiric- Cavalli está abriendo un camino pionero.

La investigación que publicó ahora comenzó durante su tesis doctoral y se basó en el análisis de la anatomía de los ejemplares del grupo hallados en Argentina tanto con luz normal como con luz ultravioleta (UV), que permite apreciar características difíciles de encontrar o interpretar, por ejemplo contactos entre huesos que no se ven a simple vista, o la preservación de tejidos blandos.

Sobre los hallazgos en la Cuenca Neuquina, señaló que son todas de especies endémicas, es decir que únicamente están representadas en la Argentina.

En la Cuenca Neuquina hay una diversidad de peces, aunque no están siendo estudiados en detalle. “Se encontró una gran variedad, tanto taxonómica (especies) como de disparidad morfológica, o sea, formas muy diferentes entre sí”, afirmó.

Había peces adaptados a comer animales que tenían conchillas, otros que eran predadores ictiófagos (que comían peces), otros gigantescos como Leedsichthys que eran filtradores y que llegaron a medir alrededor de 16 metros de largo, siendo el pez óseo más grande conocido.

Los restos fósiles de la Cuenca Neuquina son valiosos porque brindan información “para tratar de entender cómo era la historia evolutiva de los peces desde el hemisferio sur”, describió la científica.

“A grandes rasgos se puede decir que los peces tenían –en general– el cuerpo mucho más pesado en comparación con los actuales. Las escamas eran más gruesas, por ejemplo. Aunque siempre hay excepciones, hay una tendencia desde el Paleozoico ( hace más de 400 millones de años) a reducir el peso del cuerpo. En el Mesozoico ya no hay peces acorazados, pero sí con escamas gruesas y huesos del cráneo con mucha ornamentación”, explayó.

Durante el Mesozoico, tanto Neuquén como Mendoza estaban cubiertas “por una lengua de mar del Pacífico. La cordillera apareció mucho después. No estaba en ese momento”.

Mencionó que entre los lugares que tienen muy buena preservación, hay dos sitios, dentro de la formación Vaca Muerta. Uno es la Cantera del Ministerio y el otro es Cerro Lotena. La preservación de fósiles es tanto o más exquisita que en algunas regiones del hemisferio Norte, según la experta. Y destacó también la formación Agrio, que “es muy rica en invertebrados y los colegas que están trabajando han encontrado restos de peces. Algunos muy interesantes como los primeros fósiles de cráneos para un grupo de peces que se llaman Picnodóntiformes”.

A diferencia de lo que ocurre con la extracción de fósiles de dinosaurios, “los restos fósiles de peces se encuentran generalmente en lajas y nuestro trabajo consiste en picar piedras hasta que aparezcan restos en algunos de los niveles, o en el caso de las concreciones empezar a picar en algunas piedras para ver si aparece algo dentro”, comentó.

Todos los peces que se han descrito en la cuenca Neuquina, están depositados y algunos exhibidos en el Museo Olsacher de Zapala.

La búsqueda de peces en la Antártida

Además de investigar los restos fósiles de peces de la Cuenca Neuquina, la científica Soledad Gouiric-Cavalli hace trabajos en la Antártida. Colabora con investigadores del Instituto Antártico Argentino (IAA) en el registro de peces fósiles de 150 millones de años al sur de la Península Antártica.

Esos trabajos permitirán conocer la evolución de esas formas de vida, su adaptación a los cambios climáticos y sus migraciones durante la conformación de los continentes.

Cuando la científica hacía su tesis doctoral se dio cuenta que había poco registro sobre los peces argentinos del período Jurásico en territorio antártico.Eso la llevó a contactarse con el responsable del proyecto de Paleontología de Vertebrados del IAA, Marcelo Reguero.

“Me propuso presentar el plan para una campaña de investigación de campo que terminamos concretando en 2016”, contó Gouiric Cavalli a la agencia Télam.

“Esto sirve para interpretar parte de la historia evolutiva de la zona, incluyendo no sólo la diversidad faunística sino proporcionando información sobre posibles interacciones tróficas, estimaciones de paleotemperaturas y paleocorrientes”, señaló.

Para hacer las investigaciones van en campamento y permanecen en la Antártida hasta 40 días. La investigación se centró en un lugar en la Península Antártica donde afloran sedimentos marinos de la Formación Ameghino, que se ubica a unos 114 kilómetros al sur de la isla Marambio. Contaron con apoyo logístico dela Fuerza Aérea Argentina.

“Logramos reunir una gran cantidad de muestras que nos permitieron ampliar las líneas de investigación, pensar en la vinculación entre los peces de Argentina y la Antártida con fósiles del mismo período encontrados en el Corredor Caribeño y en Europa”, dijo la investigadora.

Ese hallazgo de restos fósiles en la Antártida permite inferir, según la experta, una relación entre los peces del Paleo-Pacífico y del mar Tetis que cubría parte de lo que hoy es Europa.


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