Un paso en la dirección errada

Por Carta de lector

La Ley de Salud Mental, en su forma actual, es un paso en la dirección equivocada. En lugar de promover el bienestar mental colectivo, perpetúa la desigualdad, el estigma y la negligencia de derechos humanos.

El enfoque comunitario, si bien loable en teoría, no estuvo acompañado de las inversiones y recursos necesarios para garantizar su eficacia. Los centros comunitarios carecían de personal y fondos suficientes, y el acceso a medicamentos psiquiátricos se vio obstaculizado. Como resultado, muchos pacientes con enfermedades mentales graves quedaron sin atención adecuada, deambulando por las calles o terminando en el sistema penitenciario.

Se necesita una revisión profunda de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 para garantizar que la atención en salud mental esté basada en la evidencia científica. Una inversión significativa en el sistema de salud mental, incluida la construcción y equipamiento de centros comunitarios de salud mental y con personal calificado. El fin de la persecución de los profesionales de la salud mental y el reconocimiento de su importante rol en la atención. Hay que evitar que la historia se repita.

Fabián Wotnip
Buenos Aires


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