Norberto Raffo, ingeniero agrónomo de profesión y jardinero por vocación
Se dedicó al área de Paisajismo, siendo un referente en el tema. Su familia, su jardín son reflejos de su pasión: el cuidado de lo verde en todo el Alto Valle.
Junto a la vida de cada hijo e hija, Norberto Raffo plantó un árbol en el jardín de su casa, cuando cumplían un año. Siempre sostuvo que una casa y un jardín de árboles trascienden la vida.
Nuestro ingeniero nació el 15 de diciembre de 1954; tanto sus abuelos paternos como maternos eran inmigrantes italianos. También lo era su madre, Franca María Girelli, que arribó al puerto de Buenos Aires con cuatro años junto a sus padres, después de la Primera Guerra Mundial, y se radicaron en Tandil. Sus abuelos paternos habían llegado en 1906 y se radicaron en la misma ciudad.
El papá de Norberto, Gerardo Francisco, era herrero. La mamá, Franca, había nacido en Ossimo, provincia de Brescia, y trabajó en un laboratorio de fotografía revelando fotos y atendiendo al público. Los papás de Norberto se conocieron en la escuela primaria y se casaron en 1949., para luego trasladarse a Covunco, en Neuquén, donde Gerardo trabajó en el ejército argentino herrando caballos y también manejaba los motores de la usina que alimentaba de energía al barrio militar.
Franca ejerció en Covunco el oficio de fotógrafa y de revelado de fotografías en un pequeño taller doméstico. Tuvieron tres hijos varones. Dos de ellos, Adrián y Gerardo, nacieron en Tandil y en Bahía Blanca respectivamente, y Norberto, el más chico, en Covunco. Nuestro homenajeado realizó sus estudios primarios en Las Lajas, mientras que los secundarios en Tandil. Los últimos años los realizó pupilo en la Escuela Granja Dr. Ramón Santamarina.
Una vez retirado el padre, se asentó la familia en Neuquén Capital menos Norberto, quien estaba finalizando sus estudios secundarios en Tandil; una vez terminados inició sus estudios de Ingeniería Agrónoma en la facultad de Ciencias Agrarias de la UnComahue. Contaba en una oportunidad: “Soy ingeniero Agrónomo de profesión, pero jardinero por vocación y cuando me cuestioné de donde viene mi vocación, sin lugar a dudas, es por las vivencias de mi niñez: mi padre, luego de su jornada de trabajo, se dedicaba a transformar cada lugar en el que le tocó vivir en un cuidado jardín. También se ufanaba de su huerta, donde podían encontrarse sus grandes tomates corazón de buey. Acompañado lógicamente codo a codo por Franca, mi madre”.
Tras 5 años de estudio, dedicación y viajes a Cinco Saltos, con amigos, el 10 de abril de 1979 Norberto culminó sus estudios. Seguidamente comenzaron sus primeros trabajos relacionados con su profesión y la jardinería, fue Titular de N. Raffo Parquizaciones y el Vivero Raffo en lo privado, y entre los trabajos más destacados en el ámbito público fue Director General de Espacios Verdes en el municipio de Neuquén.
Además, se dedicó al área de Paisajismo siendo un referente en el tema; fue docente de la Universidad Nacional del Comahue, asesoró a las Bodegas ubicadas en San Patricio del Chañar y también a Bubalcó, lugar en el que supo convivir entre plantas y animales y cultivar anécdotas increíbles. Además, fue docente en cursos y jornadas de capacitación en diferentes instituciones, siendo la más querida por Norberto La Asociación Amigos de la Jardinería de Neuquén, espacio que quiso como su segundo hogar por la calidad educativa y humana. Entre tanto, Raffo realizó el parque del Concejo Deliberante de Neuquén, participó en la Comisión de Ecología del Concejo Deliberante en donde aportó todo su conocimiento para un futuro Jardín Botánico.
En un programa radial en LU5 del que participaba se lo apodó “El Doctor en Plantas”; como columnista se dedicó a dar consejos a los vecinos de Neuquén y el Alto Valle sobre todo lo relacionado al verde.
En el diario Río Negro publicó diferentes artículos relacionados a su profesión; preocupado por la poda indiscriminada de árboles, compartía sus saberes para mitigar estas acciones.
En 1982 se casó con Aida Marcote, con quien tuvo seis hijos e hijas: Gerardo, José, Javier, Ana, Julieta y Esteban, y dos nietas: Jazmín y Munay. También dos yernos y dos nueras: Rogelio, Marco, Natalie y Vanesa. Bien podría decirse que Norberto “cosechó lo que sembró”. Su familia, su jardín son reflejos de su pasión: el cuidado de lo verde. Nuestro homenaje neuquino y valletano.
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